Estamos siendo testigos de cómo los gobiernos meten cada vez más tijeretazos en fondos destinados a la cultura. En ocasiones, nos quedamos observando estos recortes salvajes con la boca abierta sin saber cómo reaccionar. Lo cierto es que la única forma de luchar contra los recortes, la última posibilidad que nos queda, es que se produzca una reacción social en contra de ellos. No es menos cierto que la sociedad, llegados a este punto, está agotada de tanta bofetada: bofetada a la sanidad, bofetada a los subsidios de desempleo, bofetada a la educación, bofetada a la dependencia, bofetada, bofetada. Así, tratando de esquivar tanta bofetada, es muy poco probable que pueda promoverse una reacción social en contra de la ausencia de ayudas a los museos, pero hay que intentarlo, en algunos casos ha funcionado.
Archivo EVE
Cada vez que un museo desaparece por falta de recursos económicos, la sociedad se aleja un poco más del conocimiento que tanta falta le hace para seguir siendo sociedad y no rebaño. Son cientos los museos de perfil local que están amenazados con la desaparición en todo el mundo por falta de recursos económicos, muchos ya están abandonados con las puertas abiertas. Es por esta razón que los museos deben ponerse de acuerdo para orquestar campañas de concienciación sobre sus acuciantes necesidades de subsistencia. Hay que explicar a los políticos de turno qué valor tienen los museos para la sociedad y explicarles que, por tanto, los recortes públicos a los mismos deben ser mínimos. Pero ésto hay que hacerlo desde la solidaridad y con la implicación de todos aquellos que amamos a los museos.
«Yo amo a los museos». ¿Vosotros amáis a los museos? Si es que sí, deberíamos hacérselo saber a todo el mundo, sobre todo a los que deciden qué hacer con el dinero público. ¿Que existen otras necesidades mucho más urgentes que dar dinero a los museos que no cobran entrada? Nosotros creemos que es fundamentalmente importante que la sociedad tenga acceso a la cultura; los museos son cultura y conocimiento. Sin cultura es imposible que la sociedad evolucione de forma positiva. Se necesita una buena campaña de publicidad universal que conceda a los museos el salvoconducto a su subsistencia, como mínimo.
This is Colossal, Japan aids projects
Podríamos poner cifras a los recortes y mostrar la cruda realidad de lo que significan determinadas acciones de gobierno respecto a la cultura. Para la generalidad de la clase política, la cultura no vende, o vende muy poco. Creen que la cultura no da votos. Para ellos, es mucho mejor entregar miles de millones a los bancos y a fondo perdido. Los recortes, en comparación con ejercicios anteriores, como en el caso de España (país paraíso de los bancos), están por encima del 70% en el caso de los museos. Eso es una salvajada integral. Así, es muy difícil que nuestros museos locales puedan subsistir. Pero centrémonos mejor en cómo se puede orquestar socialmente una campaña de marketing para el posicionamiento de una idea a favor de nuestros museos.
1. Los museos deben comunicarse con sus visitantes y pedir su apoyo.
La mayor parte del público que visita nuestros museos locales no saben que éstos están en peligro de desaparición. Los visitantes de los museos no tienen ni idea de la presión económica que están soportando los museos que visitan. Los museos deben explicar al público que están en peligro de desaparecer, hablando de las razones que les ha llevado a esa situación con total claridad y las consecuencias que tiene para los propios visitantes que haya tales recortes salvajes que amenazan con el cierre de su museo.
Los museos deben ser expertos contadores de historias. Ahora es el momento de contar a la sociedad la historia más importante, la que explica por qué a las personas nos debe importar que los museos puedan llegar a desaparecer de nuestras vidas.
2. Las personas amamos los museos.
Podemos pensar que hay un gran sector en la población que opina que lo más importante es la sanidad, la enseñanza, la dependencia, el paro, los desahucios, etcétera. Nuestra experiencia es que también existe una gran preocupación por el conocimiento y por los temas culturales. Podríamos sorprendernos gratamente si pedimos a nuestros visitantes que nos ayuden manifestando públicamente esa preocupación. Las personas que van a los museos, aman los museos, y estarán encantadas/os de poder ayudar a que estas instituciones no desaparezcan, pero debemos pedírselo. Y los museos muy grandes deben ayudar a los más pequeños, se necesita solidaridad.
3. Recolección de firmas.
Sobre nuestro lema: «Yo amo a los museos», podemos preguntar a los visitantes si ayudarían a manifestar su compromiso de ayuda a los museos con su firma. Se puede incluso orquestar una campaña online de concienciación, poniendo urnas en las entradas de los museos para que la gente deposite su firma en un boleto diseñado para tal efecto, aunque lo más recomendable es que haya una mesa en cada museo, donde se solicite a los visitantes que firmen como si del libro de saludos del museo se tratara.
Lo primero es comunicar la situación del museo con claridad a los visitantes, y después pedirles que ayuden con su firma, para así intentar escapar del peor escenario posible: su desaparición (salva al museo). La firma conviene que vaya acompañada del número de identificación ciudadana, y si se añade una dirección de correo electrónico, pues mucho mejor.
4. Que la plantilla del museo se involucre en la acción.
Todos los trabajadores del museo deben conocer cuál es la estrategia reivindicativa y su objetivo. Todos deben estar a bordo del barco que arrive en ese puerto llamado: «Salvar vuestro museo».
5. El museo importa, y mucho.
Las redes o asociaciones de museos locales deben redactar un documento conjunto que explique las razones de la movilización en cada una de sus sedes, aportando soluciones concretas para su salvación en términos económicos realistas. La recopilación de firmas debe ir acompañada de un documento de viabilidad. Este documento deberá ser un potente recurso de hechos y figuras sobre posibles soluciones a sus demandas.
Es posible luchar contra los recortes a los museos, aunque se trata de una batalla que aún no ha comenzado realmente. Nosotros esperamos que este artículo de hoy sirva para que los responsables de los museos locales que nos lean se planteen la posibilidad de comenzar una movilización para el lanzamiento de una reivindicación que es más que justa. A los que ya lo han hecho, existen ejemplos, les ha funcionado; imitar es sencillo: I love museums.
Campaña «I love museums» en UK
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Foto principal y para redes sociales: Ptaki Polskie
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