Hoy seguimos hablando del tipo de tecnología que complementa la función de difusión de los contenidos del museo. Todos estos soportes no son un fin en si, sino una manera de implementar la función didáctica del museo para que los contenidos fluyan y sean accesibles a todo tipo de visitantes, atendiendo a perfiles universales de público. Además, dependiendo del uso que le demos a esta tecnología del «touch», la información puede desdoblarse ofreciendo todo tipo de contenidos complementarios, incluidos aquellos relacionados con la información general del museo y de su zona de influencia, no tanto ya de un contenido puntual.
Las pantallas táctiles son una solución que se aplica cada vez más en los museos y centros de interpretación del patrimonio, poquito a poco, pero se encuentran. Estos son soportes de nueva generación que optimizan los costes de desarrollo. Ya no son tan costosos, ni mucho menos, como los de hace poco tiempo, aquellos que ya se han quedado muy antiguos y resultan muy frágiles, por no decir que se estropeaban a la mínima. Estos recursos generan un gran interés, funcionando como elementos de interacción con los visitantes, y se utilizan pensando sobre todo en los niñas y los niños.
Las pantallas táctiles nos permiten desarrollar discursos museográficos paralelos en función del tipo de público y de sus necesidades de información, ayudando a la comprensión del mensaje expositivo y haciendo el recorrido en el museo mucho más versátil, de manera que podamos atender al público en función de su interés y/o nivel de curiosidad. Todo ello a partir del accionamiento de hipervínculos de textos y/o fotos, incluso a base de trasladarlos a sitios web.
Archivo EVE
Las pantallas táctiles deben colocarse en lugares estratégicos, para que los visitantes puedan acceder a sus contenidos y servicios en línea, y su manejo debe ser muy sencillo, favoreciendo así la interactividad a todo tipo de personas, incluidas aquellas que no suelen utilizar ordenadores o computadoras, y con una exposición gráfica (interfaz) legible, nada de explosión de colores y uso de letras pequeñas. Debe facilitarse el traslado de la información a los dispositivos móviles de los visitantes.
De manera complementaria, las pantallas táctiles deben satisfacer la necesidad del visitante como punto de información general del museo, permitiendo al público recabar información mucho más amplia y específica, normalmente de carácter turístico local, como información sobre otros museos, patrimonio histórico relevante para los visitantes, lugares para comer, ir de compras e incluso alojamientos.
Palau de la Música (Barcelona)
Foto principal y para redes sociales: Robonaut (NASA)
Recursos: SABATÉ NAVARRO, Miguel y GORT RIERA, Roser. Museo y Comunidad. Un museo para todos. TREA Ediciones, Gijón (2012).
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