La Exposición Estética

La Exposición Estética

 

«Todo posee belleza, pero no todo el mundo la ve». – Confucio

Si ayer hablábamos de la Exposición Romántica, dentro del grupo de exposiciones emocionales, hoy vamos  a explicar qué es la Exposición Estética, la segunda de las dos emocionales. El doctor Pott, antiguo director del Museo Nacional de Etnología de Leiden de Holanda, decía que el enfoque de lo estético: «requiere una presentación muy cuidada que utilizando un marco tranquilo y neutral para hacer justicia a un limitado número de objetos de valor artístico, dispuestos en la forma más efectiva posible». Nosotros añadimos, que las manifestaciones de buen gusto no se identifican actualmente sólo con contenidos de valor artístico. Los objetos históricos y los paleontológicos, por mencionar dos grupos de elementos expuestos en los museos que nada tiene que ver con el arte, ofrecen una estética muy particular para cada uno de nosotros, visitantes de los museos. Decir que el «marco tranquilo y neutral», es un requisito de la exposición estética, nos parece discutible. Pero, durante años, ese marco ha sido, y aún lo es,un enfoque estético muy importante en numerosos museos del mundo que adolecen de cierta inmovilidad, apelando a su entorno privilegiado y punto. Sobre todo en lo relacionado con museos de arte, evidentemente.

En cualquier caso, podemos definir la palabra «estética» como algo que tiene que ver con nuestra personal percepción de la belleza. Es una palabra que utilizamos frecuentemente aplicada a lo que se percibe de forma visual, y que nos resulta especialmente grato emocionalmente. Podríamos aplicarlo a cualquier forma de percepción sensorial – un aria de ópera seguro que es bella, lo mismo que un sabor o un aroma -. Pero no vamos a abrir un debate sobre lo que es belleza y lo que no lo es, porque acabaría siendo un debate inagotable. Es cierto que podemos asegurar que hay objetos que tiene el valor de la estética global, es decir, que la mayoría de las personas, no importando su origen, raza, cultura o condición, los reconocen como «bellos». Se trataría entonces de la idea de estética que podríamos denominar «formas de belleza universal».

El acuerdo sobre lo que es o no es bello desde el punto de vista de esa «forma universal de belleza» – para una exposición debe ser al mismo tiempo una manifestación universal del conocimiento -, tiene su origen histórico en aquellos criterios acordados y aceptados por un grupo cerrado de personas, transformando la belleza en una norma. En cierto modo, la dirección del museo, o el mismo museólogo, puede jugar ese papel, ya que es quien selecciona objetos sin apelar necesariamente a futuras razones estéticas, sino de contenido, y es el museógrafo quien puede o debe apoyarse en la percepción de la belleza para sustentar la presentación de esos objetos, siempre que se justifique – en el diseño de una exposición sobre la Inquisición digamos que esa forma de belleza no se justifica, salvo para los góticos o gores, y no para el resto del mundo –. Y la justificación no es otra, en el caso de las exposiciones estéticas, que la de reforzar la comprensión y percepción del contenido del museo, apelando al deleite de los sentidos, provocando emociones positivas, ¿porqué no? Desde el punto de vista del diseño museográfico, la exposición estética, mostrará un contenido con especial sensibilidad, de forma que sus potenciales cualidades estéticas puedan ayudar a entender y apreciar esa información. Un entorno arquitectónico, o uno con una estética agradable o bella directamente, ayuda y mucho. Se trata de generar emociones a través de la belleza. Para resumir y no liar más la madeja, comentar que hay tres puntos que resumen lo que es una exposición estética. Son los siguientes:

1. El objetivo de la exposición estética es que el visitante comprenda y valore el contenido apoyándose en la percepción de la belleza universal.

2. Para alcanzar este objetivo es fundamental tener en cuenta que lo importante es el contenido, pero diseñando y construyendo los soportes del contenido, reforzando sus cualidades estéticas.

3. El diseño de la exposición, su museografía, debe ser compatible con el entorno arquitectónico y/o paisajístico creando armonía.

Si estos tres puntos se cumplen en el diseño y construcción de la exposición, es que estamos planteando una exposición estética.

Consultas: gestion@evemuseos.com


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4 comentarios en «La Exposición Estética»

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