Foto de Micah Albert para World Press Photo
Hace ya muchos años, cuando impartíamos clases de creatividad gráfica, una de las cuestiones más frecuentes que surgían en nuestro diálogo con los alumnos era la siguiente: ¿Hay algún método que pueda ser aplicado sistemáticamente para conseguir una idea brillante? La respuesta es no. Además, la pregunta correcta debería ser: ¿Cómo podemos llegar a la mejor idea posible usando nuestra capacidad creativa? Podemos aproximarnos a un método y conseguir acercarnos lo más posible a esa idea brillante. Deberemos también evitar lo que no se debe hacer y que nos aleja de lo que podría ser el concepto clave que buscamos. El racional creativo se distrae con facilidad y, si lo hace, acaba difuminándose en la nada y perderemos el tiempo. Pero existe una manera de trabajar en creatividad que, además, consideramos se puede aplicar a todos los ámbitos de la vida. El primer ingrediente que debemos utilizar correctamente es la simplicidad.
Las buenas ideas siempre han surgido a partir del dominio de la sencillez (Imagen MC Saatchi / Brutal Simplicity of Thought)
Los que nos seguís, posiblemente habréis leído nuestra idea de la simplicidad. La brutal simplicidad de pensamiento que es nuestro axioma a la hora de afrontar un problema. Hoy hablamos de creatividad gráfico o visual, como más os guste. En otra ocasión abordaremos el concepto de simplicidad aplicado a la museografía. Pues bien, fue un ex sacerdote de los Jesuitas de Oviedo, Javier Zurbano, quien ya en el colegio nos inculcó la idea del «menos es más». Fue también el responsable de que nos dedicáramos a esto ya que nuestra vocación nació a partir de la búsqueda de la simplicidad. Nos hacía sintetizar de más a menos conceptos visuales cada vez más complejos si cabe, como por ejemplo, generar visualmente el concepto de infinito con los mínimos elementos posibles y sin recurrir a simbologías reconocidas. Aquellas clases fueron muy importantes, nos ayudaron a encontrar la solución que buscábamos para dar respuesta a un problema recorriendo el camino más corto.
La simplicidad es la absoluta sofisticación de concepto
Evidentemente, la simplicidad es un método, un camino, una forma de buscar soluciones, pero, ¿qué nos falta para completar el guiso? Necesitamos la chispa creativa. La chispa creativa es el tener la intuición suficiente para saber que idea es la correcta, donde debemos parar en la simplificación de la idea, cuando debemos decir basta. No es tanto el saber sino la intuición.
Saber llegar a un punto de no retorno y apostar fuerte por esa decisión creativa es la clave para generar propuestas visuales de valor
Y hay que escribir mucho. También en ocasiones hemos oído que eso de ser creativo es algo que tiene que ver con la inspiración mística, con musas que revolotean a nuestro alrededor hasta que una de ellas nos susurra al oído lo fundamental: la idea genial. Eso es falso. Nadie pone ya los pies encima de la mesa de su estudio con las manos en la nuca y repantingado en el sillón hasta que llega la idea genial. No hay arte de virlo virloque. Esa visión del creativo es un mito, no existe, y si los hay no comen de ser creativos. Los creativos gráficos deben escribir más incluso que garabatear en papeles, aunque también. Se escriben conceptos sobre la solución visual a desarrollar, a veces son listas muy complejas. Conceptos y más conceptos; idea sobre idea; idea e inspiración sobre la idea, en un caos de ideas; el maremagnum de conceptos, una marea de ideas. Comenzamos a sintetizar, comienza el proceso de simplificación. Si no lo hacemos simple, naufragamos. Eliminamos de mano aquellos conceptos que no son comprensibles universalmente, ya se sabe, vivimos en un mundo global. Eliminamos aquellos conceptos además que no son fácilmente representables visualmente. Ya van quedando menos conceptos en la lista. Eliminamos aquellos conceptos que no marcan una diferenciación desde nuestro punto de vista, y es aquí, llegados a este punto, donde debe empezar a funcionar la chispa de la genialidad que nos ha convertido en creativos y no en cirujanos cardiovasculares.
No se trata solo de comunicar un concepto, debemos generar emociones
Norberto Chaves, veterano profesor y amigo de la Escola Eina de Barcelona, nos daba las primeras claves sobre lo que debe ser una buena estrategia para conseguir una comunicación visual diferenciada y rotunda. Fue el primero al que oímos hablar de semiótica y semiología en la creación de la comunicación visual. La semiótica, como ciencia que estudia el significado de los signos visuales universales, es fundamental en su aplicación para la creación gráfica. La importancia de la semiología porque el creativo debe dominar en la medida de los posible el uso de la palabra y su significado. A mayor número de palabras, mayor número de conceptos. Todas las ideas surgen del uso de las palabras, incluso de la habilidad en el dominio del lenguaje, a partir de una conversación mental donde el emisor y el receptor son la misma persona. Y el impulso creativo es el que aporta el grado de emoción necesario en la creación del mensaje y el que dicta donde debemos parar de buscar: esa es la mejor idea sobre ese concepto. La experiencia profesional y los años hacen que el método sea cada vez más fluido y los conceptos surgen con menos dificultad. Ese es el proceso, no hay otro. La simplicidad es la meta.
Cartel de la ópera Don Giovanni
«Menos es Más». Cocó Chanel
Hablaremos sobre la simplicidad aplicada al diseño industrial, en la museografía y en la cocina…
Hola,muy interesante y complejo el tema de la «simplicidad».Es curioso que el término «simple» se utilice a veces en un tono casi despectivo y , sin embargo, en el terreno artístico tenga otras connotaciones.Si lo pensamos , resulta mucho más fácil complicar las cosas que simplificarlas.A veces, dar con una idea nos cuesta porque tendemos a abordarla de una manera demasiado complicada.Muchos intelectuales juegan al juego de la complejidad para esconder el hecho de que en realidad no saben bien de qué están hablando.
Por otro lado, «simplicidad» no quiere decir «simple».Está claro que la simplicidad capta a un público mucho más numeroso.Hoy en día , se tiende a desarrollar productos y diseños más sencillos a la hora de presentarlos al consumidor,y esa es, en estos momentos, la gran tarea del diseñador. (Existe un artículo muy interesante de Gerry Mc.Govern «In praise of simplicity «,por si alguien quiere echarle un vistazo )Un saludo.Enrique
Lo primero Enrique agradecer tu aportación mencionando el escrito de McGovern y también por darnos tu opinión. Como decía Winston Churchill a su secretaria: «Hoy vamos a escribir una carta larga que tenemos poco tiempo». Un fuerte abrazo Enrique.