La mayoría de los museos comenzaron su vida virtual en Internet creando un catálogo electrónico: una o dos páginas de texto lineales con información básica y algunas imágenes. A menudo, el contenido se trasladaba a una página web tal y como aparecía en los folletos impresos del museo. La mayor parte ignoraba la necesidad de actualizar frecuentemente la información, siguiendo el mismo patrón mental de la era pre-digital: lo que se imprime no se puede modificar hasta la próxima edición, es decir, durante años. Pocos pensaban en producir algo adecuado y adaptado para la lectura en pantalla. Nadie ajustó la web a un público diferente al que asistía físicamente a las exposiciones del museo. Disponer de una dirección web única, significativa y estable no se consideraba importante. Las direcciones web se cambiaban de vez en cuando, aumentando la confusión entre sus usuarios potenciales.
Muchos son los museos que todavía se encuentran en esta etapa inicial de presencia en Internet. Para otros, el avance de las nuevas tecnologías, combinadas con las habilidades específicas de sus curadores para diseñar exposiciones, conducen a la innovación en el desarrollo de unas páginas web bien diseñadas, dinámicas y útiles. A partir de comienzos de la década del 2000, en paralelo con un número cada vez mayor de museos y otras instituciones patrimoniales que cuentan con sus propios sitios web, asistíamos a la aparición de una nueva generación de sitios web de museos: más completos, racionales, muy bien diseñados y eficientes. En aquellos primeros años, disponer de una dirección de sitio web (URL) y, al menos, una dirección de correo electrónico, resultaba obligatorio para cualquier museo responsable.
Las reglas básicas para redactar en una web de museo.
Muchos sitios web de museos comenzaron como archivos HTML. El contenido debía (y debe) estar estructurado y escrito de una manera diferente a la utilizada en una publicación convencional, teniendo en cuenta los límites de la pantalla de la computadora, pero con la ventaja de permitir saltar fácilmente de una página a otra empleando hipervínculos. La técnica de escribir para una web surgió como una necesidad y supuso una gran influencia en la escritura científica en general. Debemos considerar una serie de características específicas:
- El contenido habrá de escribirse de manera estructurada, en capítulos y subcapítulos, numerados o no. Los capítulos se deben leer también de forma independiente, desde un navegador o enlace, lo que implica que han de estar bien ordenados.
- Uso de títulos y subtítulos para poder guiarnos a través del contenido; empleo más frecuente de expresiones literarias, atractivas, interesantes e, incluso, humorísticas, con enunciados de preguntas que atraigan al lector virtual.
- Las fotografías, mapas, planos, dibujos deben tener una resolución baja (de unos 75K a 150 K) para poder abrirse fácilmente en la pantalla del usuario. Los archivos de imagen presentarán un formato de compresión jpg o gif. De esta forma, el lector puede acceder de un modo rápido a las ilustraciones. Esta regla sigue siendo válida a pesar de la extensión de las conexiones de banda ancha. Por otro lado, nuestra selección de imágenes no sigue la misma restricción de espacio especificada para la publicación en papel. Podemos agregar las que queramos. El único límite es el poco tiempo del que disponen los lectores, por lo que una selección adecuada y relevante resulta de gran importancia
- Las notas al pie de página ,o al final, se pueden indicar mediante hipervínculos. Las referencias de texto en Internet pueden mostrarse mediante un hipervínculo a la página web.
- El entorno digital permite agregar fácilmente archivos de audio y video: comentarios del autor, entrevistas con él o con otros, registros de video de eventos, sonidos de la naturaleza, ruidos producidos por mecanismos y equipos, antecedentes musicales, películas, etcétera. Las reconstrucciones 3D y la animación contribuyen a la comprensión y al disfrute de la visita a la web.
Con el avance de las tecnologías web y la creciente velocidad de conexión, las páginas estáticas pueden reemplazarse por otras más dinámicas, utilizando marcos, menús, imágenes animadas y un diseño más sofisticado. Para sitios web grandes, una mejor solución consiste en emplear un software de sistema de gestión de contenido (CMS) que asegure la coherencia, actualización y mantenimiento del sitio web, proporcionando almacenamiento, mantenimiento y recuperación de documentos HTML y XML, así como de todos los archivos de imagen, audio y video relacionados. Se pueden incluir, o aceptar, complementos que muestren banners, carritos de compras, blogs, wikis, boletines informativos, encuestas de opinión, salas de chat, plataformas RSS y foros. Dichos sistemas, además de publicarse en un sitio web, pueden copiarse en un CD / DVD o en un pendrive. Algunos de ellos son gratuitos (Joombla!, entre otros, es un popular sistema de administración de contenido de código abierto para crear y administrar sitios web). El sitio web es el resultado del trabajo de un equipo que incluye a un webmaster, un diseñador web, editores y proveedores-editores de contenido.
En los museos, este nuevo medio de comunicación ha cambiado la estructura misma de la organización. Comenzó siendo otra publicación más en formato digital, al igual que los CD, para convertirse en una parte importante de la actividad del museo, donde se incluía el catálogo de colecciones en línea, exposiciones virtuales, páginas educativas y el diálogo interactivo con el público. Los museos deben adquirir un nombre de dominio permanente para su dirección web e incluir fondos para el mantenimiento y desarrollo del sitio web en su presupuesto anual. ICOM ofrece a los museos una mejor visibilidad en la web a través del dominio de nivel superior del museo. La Asociación de Administración de Dominios de Museos – MuseDoma – es responsable de las políticas y el funcionamiento de dicho dominio.
Guía para crear páginas web de museos.
¿Qué se entiende por un buen sitio web? Para ayudar a los museos a desarrollar su presencia en la web y evitar errores, un grupo de profesionales desarrolló una guía para ser aplicada a los sitios web de los museos. El proyecto Museo & WebKit se materializó en el Proyecto Europeo Minerva, una red temática en el área de información cultural y científica, y de contenido académico. Esta guía informativa se organiza en cuatro partes:
- Estructura y contenido del prototipo: muestra indicaciones para la organización de los contenidos y herramientas, además de numerosos ejemplos de sitios, tanto italianos como del resto del mundo.
- Tutorial: ofrece sugerencias para la construcción de páginas web de acuerdo con las reglas de accesibilidad y usabilidad, y brinda información práctica sobre arquitectura, gestión, inter-operatividad, derechos de autor, multilingüismo, etcétera.
- Control de calidad: proporciona herramientas prácticas para evaluar la potencial usabilidad del sitio web específico que se creará.
- Modelos: hay tres modelos descargables: una página de inicio, otras dos páginas del sitio y sus correspondientes plantillas.
Los capítulos y subcapítulos principales del sitio web recomendado son, esquematizados, los siguientes:
- Página de inicio: contiene un resumen sintético de los objetivos, los contenidos y la organización responsable de la ejecución del sitio
- Ubicación del museo: dirección y números de teléfono; cómo llegar (mapas de calles, transporte público); el museo en el territorio; el museo en la ciudad; sobre el edificio; mapa de las habitaciones.
- Historia: describe la historia de la institución, la historia del edificio en el que se encuentra, la formación de las colecciones que se conservan dentro de ella y los cambios que ha sufrido a lo largo de su existencia (adquisiciones y eventos, ex directores. etcétera).
- Actividades: comprende actividades dirigidas al público (exposiciones, visitas guiadas, proyectos educativos, publicaciones, conferencias y eventos de varios tipos); actividades orientadas al cuidado de las colecciones (restauración, catalogación, eventos programados, adquisiciones y préstamos); actividades de investigación (estudios sobre colecciones y materiales, participación en congresos científicos, etcétera).
- Investigación: proyectos de estudio e investigación, seminarios y conferencias dirigidos y promovidos directamente por el museo.
- Colecciones: nombre y tipo de colecciones, breve descripción, destacados, catálogo en línea.
- Adquisiciones: lista de las nuevas adquisiciones del museo, con fecha y notas breves.
- Restauración: laboratorios y actividades de conservación dirigidas y promovidas por el museo.
- Publicaciones: una lista de publicaciones científicas, guías, revistas, folletos y artículos.
- Exposiciones: qué exposiciones están en marcha, cuáles concluyeron y cuáles están programadas para el futuro.
- Proyectos educativos: las actividades educativas que ofrece el museo, como las visitas guiadas, laboratorios y talleres educativos. Los proyectos se diferenciarán según la edad del visitante objetivo (meta) y/o el recorrido. Siempre que sea posible, los materiales audiovisuales, y de otro tipo, han de estar disponibles en línea.
- Horarios de apertura: horarios de apertura al público del museo y otras estructuras conectadas, como bibliotecas, librerías (tienda on line) y cafetería (con su menú). También se debe incluir una lista de las fechas de cierre de las vacaciones.
- Quiénes somos: personal científico, técnico y administrativo, la estructura de la institución y su organización profesional
- Recorridos: rutas educativas para ayudar a comprender el patrimonio conservado en el museo. Pueden organizarse temáticamente, en orden cronológico y/o por nivel de profundidad didáctica.
- Servicios: ofrece información sobre las estructuras de bienvenida dentro del museo y sobre los servicios para el público: biblioteca, archivos, librería, sala de conferencias y otros recursos.
- Comunidad: se deberían crear contenidos y servicios específicos para todas las categorías de público e instituir diversos medios de interacción con los usuarios, tales como boletines, grupos de debate, foros, asociaciones y otras organizaciones.
- Plataforma interna y asociativa: es muy importante que el museo, máxime si pertenece a una asociación o a una red de museos, pueda conectar on line con esas otras instituciones, con el fin de compartir información, experiencias, propuestas o producción de exposiciones y que, incluso, pueda contener una plataforma de compra a proveedores, donde la asociación de museos permita lanzar licitaciones on line para todos, con vistas a poder comprar más barato.
Cada museo puede utilizar esta guía para desarrollar un sitio web, verificar el suyo actual y encontrar ideas para mejorarlo. El contenido dependerá del perfil de cada institución, cobertura territorial y recursos. Otra recomendación que hacemos se refiere a las características de navegación y redes. El sitio web debe incluir botones para elementos típicos de meta-navegación:
- Inicio: indica el enlace a la página de inicio.
- Búsqueda: enlace a los motores de búsqueda para encontrar contenidos específicos dentro del sitio.
- Mapa del sitio: indica el diseño del sitio y todos sus directorios.
- Guía: contiene información general sobre el sitio y cómo usarlo.
- Contacto: permite un contacto rápido con los organizadores del sitio.
- Comentarios: generalmente abre un formulario donde el usuario puede enviar comentarios y sugerencias técnicas relacionados con el contenido.
- Conexión a redes sociales del museo: ofrecer, al menos, acceso a Facebook y Twitter, aunque también es interesante tener presencia en Instagram y otras instituciones complementarias, especialmente si se pertenece a alguna red de museos.
Un sitio web que aspire a tener calidad debe:
- Estar siempre en línea y activo.
- Ser supervisado adecuadamente.
- Mejorarse constantemente.
- Estar permanentemente actualizado con controles regulares que aseguren que los enlaces se hallan operativos.
- Interactuar con los usuarios y ser útil como herramienta.
- Controlar las estadísticas de acceso al sitio.
Colecciones de museos en línea.
Internet evoluciona a velocidad de vértigo, como un gran archivo digital y como medio de publicación. Se beneficia de herramientas de software cada vez más sofisticadas, conexiones rápidas y acceso universal. «La red se ha convertido en un depósito de memorias colectivas privadas y sociales que todos pueden registrar, catalogar y recuperar con una computadora y una conexión de red» [Numerico & Bowen 2006].
Los museos y otras instituciones de la memoria tienen mucho que aportar a la educación, la investigación científica y el disfrute en este medio. ¿Por qué no crear más museos virtuales y bibliotecas electrónicas en línea sobre patrimonio, disponibles en cualquier momento, desde cualquier lugar y para cualquiera? Se comienza mostrando algunos objetos con una imagen y una breve descripción, o inventarios completos en línea, catálogos, libros de texto completo y documentos. Las colecciones de patrimonio publicadas en línea y las bibliotecas digitales se hicieron realidad después del acceso común a los ordenadores y del avance de las habilidades informáticas de los usuarios. A nivel nacional o institucional, las bases de datos para colecciones de museos, sitios y monumentos o archivos visuales pueden ponerse en línea con servicios de búsqueda, índices de acceso y más formas de descubrir lo que estás buscando. El catálogo de colecciones de museos en línea, actualmente es más bien una cuestión de política que de tecnología. Allí donde la política fomenta la digitalización y el acceso a gran escala, encontramos recursos maravillosos disponibles para el aprendizaje, el estudio y la curiosidad pública. Como ejemplos : el Museo Fitzwilliam en Cambridge, Tate Museum en Londres, Musée du Quai Branly en París, Musée McCord d’Histoire Canadienne de Montreal o Te Papa Museum de Nueva Zelanda, por nombrar solo algunos.
Algunos museos han sido reacios a dar demasiada información en línea. Muchas personas e instituciones expresaron su preocupación de que la información disponible en la web pudiera reducir el número de visitantes al museo físico y a la venta de libros y catálogos en papel. Esta inquietud no ha desaparecido por completo, pero el nuevo medio se valora actualmente, en la mayoría de los casos, favorable en cuanto a la visibilidad, la atracción y el papel educativo de los museos.
Las grandes instituciones suelen tener recursos humanos y financieros para desarrollar costosos proyectos a largo plazo; no así los pequeños y medianos museos. Creemos que para ellos, la mejor solución es unir redes nacionales y recursos sobrantes en una plataforma colectiva; portales nacionales y redes temáticas desarrolladas en todo el mundo. En Canadá, por ejemplo, el Museo Virtual de Canadá conectó en red a los museos canadienses y actualmente disfruta de más de 7 millones de visitantes; muchos acceden a una galería de imágenes que presenta más de 420.000 imágenes, más de 150 juegos interactivos y 500 exhibiciones virtuales. Desde 1996, las conferencias anuales «Museos y la Web», organizadas por Archives & Museums Informatics son un foro prestigioso para promover formas innovadoras de contribución de los museos en Internet.
Museos y el avance de la web.
Si bien hay museos que aún no se han abierto un camino en Internet, otros ya se hallan en una nueva etapa de comunicación con su público a través de la red, facilitando las herramientas interactivas que actualmente ofrece la llamada Web 2.0: noticias, redes sociales, intercambio de fotos y videos, revistas en línea (blogs), acceso personalizado y retroalimentación del público. El visitante no es solo un observador sino también un colaborador, y obtiene además los instrumentos necesarios para participar de manera fácil y económica:
Cuando comenzamos a compartir nuestras experiencias de las colecciones expuestas con otras personas en Internet, lo estamos produciendo para uso público. Por ejemplo, podemos escribir sobre una exposición en nuestro weblog; publicar fotos sobre «La Última Cena» de Leonardo en Flickr, o agregar un artículo en Wikipedia. Las tecnologías hacen que este tipo de intercambio público sea posible, lo que conocemos como Web 2.0 (Mutanen 2006).
¿Qué deparará la Web 3.0 en los próximos años a los museos? : La Web 1.0 era de «solo lectura «, con contenido producido en gran medida por las organizaciones que respaldaban un sitio determinado; la Web 2.0 era una extensión de la web «lectura-escritura» que involucraba a los usuarios en un rol; la Web 3.0 podría dar paso a algo mucho más grande, permitiendo a los usuarios modificar el sitio o el recurso en sí, adaptándolo y personalizándolo al gusto de cada cual.
Por otro lado, ¿cómo conservarán los museos y otras instituciones especializadas su papel de autoridad intelectual? Una web más inteligente predecirá, comprenderá y responderá mejor a las necesidades de sus usuarios. Podría hacerse, incluso, una reflexión sobre el hecho de establecer una clara distinción entre contribuciones profesionales y aficionadas respecto a un tema determinado que se muestre on line, y controlar las «fake news», entre otras muchas cosas.
Recursos:
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Collis, B. (2002): Information Technologies for Education and Training. Stanford Guidelines for Web Credibility: Persuasive Technology Lab. Stanford.
H. Adelsberger et al. (editores) (2005): Handbook on Information Technologies for Education and Training.
Jacobsen, T. (2004): Individual and group modelling of aesthetic judgment strategies. British Journal of Psychology.
Jesse James Garrett (2002):The Elements of User Experience: User-Centered Design for the Web.
Graham, Lisa (2205): Basics of Design: Layout and Typography for Beginners – Second Edition. Delmar.
Nielsen, J. Tahir, M. (2001): Homepage Usability: 50 Websites Deconstructed.Indianapolis. New Riders.
Pandir, M., Knight, J. (2006): Homepage aesthetics: the search for preference factors and the challenges of subjectivity. Interacting with Computers.
Park, S., Choi, D., Kim, J. (2004): Critical factors for the aesthetic fidelity of web pages: empiri- cal studies with professional web designers and users. Interacting with Computers.
Chen, Q., Wells, W.D. (1999): Attitude toward the site, Journal of Advertising Research.
Fazio, R.H., Chen, J., McDonel, E.C.S.,Sherman, J. (1982).:Attitude accessibility, attitude-behavior consistency, and the strength of the object-evaluation association. Journal of Experimental Social Psychology.
Shenkman, B.O., Johnsson, F. (2000): Aesthetics and preferences of web pages. Behaviour & Information Technology.
Krugg, S. (2006): Don’t Make Me Think! A Common Approach to Web Usability. Second Edition. Paperback.
Liu, Q (2004): The Technology Acceptance Model: a meta analysis of empirical findings. Journal of Organizational and End User Computing.
Tilghman, B.R. (2004): Reflections on aesthetic judgement. British Journal of Aesthetics.
Fotografía: The Met.
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