Museos en Edificios Históricos

Museos en Edificios Históricos

Los equipamientos patrimoniales son valores muy importantes en nuestro paisaje cultural. Documentan quiénes éramos, quiénes somos e, incluso, nos hablan sobre lo que podemos llegar a ser. Los museos muestran la evidencia material de nuestros cambios a lo largo del tiempo: los objetos, la ropa, las obras de arte; a veces cosas ordinarias, como los boletos de autobús y las facturas de restaurante. Los edificios y lugares patrimoniales son testigos de lo que ha ocurrido a lo largo de la historia, de nuestra historia. Y además, representan una prueba material del cambio tecnológico, social y espiritual a través de la forma en que se construyen, la manera en que organizan sus espacios y las personas que los han utilizado. Necesitamos museos y edificios patrimoniales para que nos recuerden que somos parte de un continuo cultural y que tenemos la responsabilidad de lograr que nuestros descendientes preserven el conocimiento pasado y presente.

Muchos museos se encuentran en edificios históricos patrimoniales. En la mayoría de los casos, son fruto de un acuerdo exitoso que hace que el edificio tenga un buen uso y resalte la importancia de su colección. En otros, se trata de una asociación incómoda que no beneficia ni a ésta ni al edificio. El hecho de que un edificio sea viejo, no le convierte necesariamente en una buena opción para transformarlo en museo. Existen problemas derivados de la instalación de un museo en un edificio histórico, aunque os mencionaremos también las ventajas. Hoy, analizaremos el tema en función de si es más útil para nuestro museo utilizar un edificio histórico o considerar, partiendo de cero, la construcción de uno nuevo que contemple todas nuestras necesidades.

Para comenzar, vamos a establecer tres categorías de edificios de importancia patrimonial:

  1. Un edificio sin patrimonio: aquel que la comunidad considera que tiene poca importancia o relevancia histórica.
  2. Edificio patrimonial: conserva algunos aspectos que la comunidad estima significativos.
  3. Edificio histórico protegido: posee características tan relevantes históricamente que hacen que se considera esencial preservarlo. Esto no implica que el edificio no se pueda cambiar, pero sí que existen una serie de parámetros que guían la forma en que se debe tratar o utilizar. Incluso cuando un edificio no se considera de valor patrimonial,  vale la pena recurrir a un asesor de patrimonio calificado y con experiencia para evaluarlo, por sus características interesantes o inusuales.

En cuanto a los museos alojados en edificios históricos, podemos clasificarlos de la siguiente manera:

  1. Sitios patrimoniales: edificios como casas, tiendas, prisiones, minas, escuelas, fábricas y talleres pueden desarrollarse como sitios patrimoniales. En este caso, es el edificio o el sitio el que se convierte en el objeto o colección, con el fin de narrar su historia y la de las personas que vivieron o trabajaron en él. Estos museos también pueden contener colecciones relacionadas con el uso original del sitio y/o sus habitantes. El principal desafío al que se enfrentan es al de recibir a los visitantes y ofrecerles un recorrido, con la correspondiente infraestructura para ejecutar el museo sin dañar su integridad.
  2. Museos basados ​​en colecciones: se centran en uno o varios temas como base de una colección que puede estar, o no, relacionada con el edificio. Son museos que necesitan espacios flexibles para albergar exposiciones temporales y permitir un buen flujo de tráfico de visitantes. El edificio debe disponer de espacio suficiente para una buena exposición y almacenamiento (reserva técnica), así como de instalaciones donde desarrollar programas públicos, fundamentales para el funcionamiento de un museo basado en colecciones que quieran tener éxito.
  3. Galerías de arte: generalmente tienen sus propias colecciones, pero también pueden programar exposiciones temporales. Esto impone exigencias particulares a los edificios, como tener flexibilidad en las áreas expositivas y la provisión de espacios para la entrega y el almacenamiento de embalajes. Precisa de grandes áreas con paredes desnudas y capacidad para admitir soportes multimedia, elementos muy necesarios en las galerías que desean exhibir arte contemporáneo.
  4. Sitios combinados: suelen ser equipamientos muy grandes que pueden combinar algunos o todos los anteriores. Normalmente consisten en varios edificios residenciales repartidos en un área extensa acompañada de zonas naturales. La administración de este tipo de sitios implica un monitoreo cuidadoso de los movimientos y del número de visitantes, así como una seguridad excelente que garantice que los espacios vulnerables están protegidos cuando no hay nadie disponible para supervisarlos. El estacionamiento de automóviles y autobuses también requiere que la administración se responsabilice de que los jardines y los espacios abiertos permanezcan en buenas condiciones.

Cuando la colección está relacionada con el edificio, se desarrolla una sinergia que permite que la interpretación de éste se vea reforzada por la presencia de una colección en su contexto – todo ello interpretado a partir del edificio -. Por ejemplo, una tienda es mucho más interesante cuando contiene el inventario, las balanzas, la caja registradora y el libro de recibos; del mismo modo que una caja registradora adquiere un mayor significado cuando se presenta en el contexto de una tienda. Un edificio puede acomodar también usos no relacionados. Muchos museos y galerías de éxito se han alojado en un edificio que ofrece otros servicios, como ocurre con bibliotecas, comercios, fábricas e, incluso, almacenes. Esto puede generar una maravillosa sinergia, pero también crear dificultades imperceptibles. Por ejemplo, si el público necesita pasar por la biblioteca para llegar a la exposición, podría resultar perjudicial para la biblioteca y un inconveniente para los visitantes del museo.

¿Utilizamos un edificio patrimonial?  

       1. Ventajas: los edificios patrimoniales son de todas las formas y tamaños: faros, bancos, centrales eléctricas, escuelas, oficinas de correos, instalaciones mineras, estaciones de tren, hospitales, iglesias, conventos, escuelas y talleres. Todos han sido utilizados en algún lugar como museo o como galería de arte. A veces, un edificio en particular resulta ser una opción obvia para un museo porque sus colecciones se relacionan directamente con el uso original del edificio. Sin embargo, en muchos casos, la elección de la construcción está basada en otros factores, como la disponibilidad o la economía: el edificio es de propiedad pública y está vacío, y la sociedad histórica de turno está buscando una sede. A menudo, el edificio se elige porque tiene algún valor patrimonial; ésto se considera entonces un uso compatible del sitio:

  • Un edificio reconocido por su valor patrimonial ya tiene un papel visible en la vida de la comunidad. Este factor puede suponer una gran ventaja para un edificio que requiere de la participación de la comunidad para salvarse de la apisonadora.
  • Muchos edificios patrimoniales poseen un gran carácter y valor para difundir la historia de la comunidad.
  • Los edificios patrimoniales suelen estar bien ubicados, cerca del centro de las ciudades. Se trata de una ventaja tanto para atraer visitantes al sitio como para facilitar el acceso.
  • Los edificios patrimoniales pueden enriquecer la interpretación de las colecciones históricas al proporcionar un entorno físico apropiado y/o un contexto histórico para la colección.
  • Si bien hay numerosos ejemplos que refutan la idea, muchos edificios patrimoniales tienen una sólida construcción y proporcionan un entorno físico y climático estable para sus colecciones.
  • El ambiente, la belleza y la amplitud de algunos edificios patrimoniales – como las estaciones de tren fuera de uso – es tal que se prestan a convertirse en museos de arte.

2. Desventajas: las desventajas se relacionan normalmente con los costos sustanciales de adaptar un edificio existente para un nuevo propósito, con el riesgo añadido de degradar en el proceso la integridad del mismo y su valor patrimonial. Uno de los primeros pasos para evaluar la idoneidad del edificio como museo o galería es observar qué clase de edificio es, en cuanto a la forma en que se desea usarlo. En algunos casos, el tipo de museo que se pretende desarrollar puede no resultar adecuado para el edificio disponible. Un espacio de arte contemporáneo, por ejemplo, representaría todo un desafío para una cabaña de una sola habitación, al igual que una vieja escuela no es precisamente el lugar más apropiado para exhibir maquinaria agrícola. Un edificio con un rol sólidamente posicionado en la comunidad a veces provoca que sus miembros no acepten el nuevo uso. Podría llevar años cambiar las percepciones de los ciudadanos sobre este asunto; el apoyo esperado de la comunidad marcará la diferencia entre el éxito y el fracaso.

El tamaño de las habitaciones, el diseño arquitectónico, el acceso, la circulación a través del edificio, la luz y el control del clima, pueden complicar los planes para un museo e ir en contra del trabajo que queremos llevar a cabo. Recordemos también que si se trata de un edificio catalogado como patrimonio, pueden no estar permitidos ciertos cambios en algunos de estos parámetros. Por otro lado, el edificio podría encontrarse en malas condiciones estructurales y requerir una gran cantidad de trabajo de recuperación para ser resistente a la intemperie y capaz de soportar un mayor tráfico de visitantes. Debemos considerar si el costo del trabajo merece la pena o si resulta más rentable comenzar desde cero con un nuevo edificio diseñado para nuestro propósito.

Formulemos algunas preguntas importantes:

Algunos aspectos de un edificio se pueden cambiar o adaptar, pero otros, como la ubicación, no. Antes de contratar consultores o llevar a cabo estudios detallados, respondamos a las siguientes preguntas:

¿Cuál es el estado patrimonial del edificio?

Cualquier edificio que figura en el patrimonio tiene una serie de condiciones asociadas a su uso. Éstas pueden incluir los cambios que se permiten realizar en el edificio o los usos que se le pueden dar; incluso, lo que se puede colocar dentro. Deberemos verificar su estado patrimonial consultando al consejo local o los registros estatales y nacionales del patrimonio. Esto se puede llevar a cabo contactando directamente con los organismos pertinentes o buscando los registros en Internet. Probablemente también sea necesario verificarlo todo con los consejos locales para asegurarnos de que el registro esté actualizado.

Para una discusión más detallada sobre los requisitos en los edificios incluidos en el patrimonio, debemos tener en cuenta lo siguiente: ¿El edificio es fácil de recorrer? Accesos a vehículos y transporte público. ¿Se encuentra en una ubicación fácil de localizar? ¿Existe un espacio de estacionamiento suficiente y apropiado? ¿Hay transporte público en el área? Frecuencia con la que abre y si está disponible al público los fines de semana

¿Acceso de visitantes?

¿Pueden los visitantes acceder fácilmente al sitio? ¿Pueden las personas discapacitadas moverse alrededor y hacer todo lo que un visitante al uso? ¿Se puede entregar el material de recolección, exposiciones y suministros de oficina y catering con facilidad? ¿Hay algún factor ambiental a considerar? Normalmente, algo en lo que se puede intervenir poco es en el entorno externo. Algunas cuestiones formulables sobre este tema podrían ser: ¿Es el área vulnerable a incendios forestales o inundaciones? ¿Hay empresas o actividades vecinas que pudieran tener un impacto negativo en el museo? ¿Cuáles son las condiciones climáticas del área? ¿Qué repercusión tendrán éstas en el edificio y en la colección? ¿Cuáles son los requisitos de zonificación y legislativos del ayuntamiento para el área? ¿El edificio está ubicado en un área con una zonificación adecuada para las actividades asociadas a un museo o galería? Muchos consejos locales tienen Planes Locales de Medio Ambiente y Planes de Control de Desarrollo, que describen lo que está permitido hacer en diferentes áreas del municipio o condado. Sus asesores patrimoniales se hallan familiarizados con estos documentos y nos pueden aconsejar sobre cómo proceder.

¿Qué piensa la comunidad del nuevo equipamiento?

Si bien no siempre se trata de un requisito legislativo, un proceso que puede ayudarnos a superar gran cantidad de obstáculos es consultar primero con la comunidad de la que se va a formar parte. Puede tratarse simplemente de una charla con sus vecinos potenciales, o puede requerir una serie de reuniones comunitarias con diferentes partes interesadas para establecer el rango de opiniones sobre sus propuestas. La consulta a la comunidad suele ser altamente productiva para generar soluciones a los problemas antes de que aparezcan y, dado que las ideas provienen de los miembros de la comunidad, se creará el sentido de participación y propiedad del proyecto, que es crucial para su éxito.

¿Disponemos de presupuesto para mantener el museo una vez que se haya abierto?

Necesitaremos de fondos tanto para configurar la instalación como para ejecutarla y mantenerla. La colección tendrá necesidades continuas, hay que tenerlo en cuenta. Debemos cerciorarnos de que la financiación esté bien asegurada y que todo se haya planificado y presupuestado mucho más allá de su fecha de apertura.

Usos alternativos para un edificio patrimonial.

Después de contemplar todo ésto, podremos reconsiderar nuestros planes. Recordad que hay muchos usos alternativos para un edificio patrimonial que no tienen por qué ser necesariamente los de un museo. La alternativa que elijamos dependerá del tipo de edificio con el que contemos. En primer lugar, considerad una función que mantenga su uso actual u original. Por ejemplo, si el edificio era antes una oficina de correos, ¿podría utilizarlo una empresa que proporcionara servicios postales o de mensajería, o tal vez un centro de transacciones comerciales? Si se tratara de una casa, ¿sería posible que permaneciera como un hogar o sirviera de alojamiento a los visitantes de la zona?…

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Fotografía: Wikimedia Commons.


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