Compromiso con el Futuro de los Museos

Compromiso con el Futuro de los Museos

 

Los museos tienen el poder de emocionar, educar e iluminarnos. La forma en que este poder debe usarse y compartirse es un tema relevante en nuestra sociedad cada vez más pluralista.

Los museos de hoy se enfrentan a desafíos tan evidentes como sutiles: las misiones institucionales deben negociarse paralelamente a una demografía cambiante, a las expectativas crecientes de los visitantes y a la, cada vez más importante, realineación de la financiación y el uso de la tecnología. Idealmente, esto conduce a una experiencia para nuestros visitantes más rica y memorable, animándoles a convertirse en defensores de los museos.

El modelo tradicional de la experiencia del museo como observación pasiva está derivando hacia un compromiso interpretativo activo. Las exposiciones ya no están únicamente dirigidas por expertos eruditos; ahora se reconoce la subjetividad de las múltiples perspectivas. Este modo emergente es particularmente evidente en la popularidad de las colaboraciones interdisciplinarias e interinstitucionales.

Los museos están reconsiderando y reelaborando sus espacios para promover una comprensión profunda de sus colecciones, visión y misiones, una potenciada interactividad, una gama más completa de actividades y una mayor estabilidad en sus ingresos.

Nuestros visitantes.

Los museos se hallan en una posición única para combinar la educación y la recreación, de manera que puedan desafiar y catalizar a las comunidades. Estimulan la curiosidad y crean experiencias educativas al brindar acceso a las colecciones y fomentar la variedad de interpretaciones. La participación de la audiencia es un elemento importante del valor del museo como depósito de conocimientos.

Muchos profesionales opinan que los museos deberían estar en condiciones de asumir riesgos con el contenido para promover su misión institucional, y que la presentación de ese contenido de un modo totalmente novedoso y que invite a la reflexión es clave para lograr relevancia y participación de la audiencia. Creemos que los museos no deben rebajar sus esfuerzos para abordar el «mínimo común denominador». Más bien, deberían creer en la capacidad del público para participar de manera significativa.

Más allá de las experiencias educativas cuantificables, se considera que el asombro, la sorpresa y las conexiones personales significativas animan a los visitantes a regresar a nuestros museos.

Presencia.

A medida que el estilo de vida y las actividades individuales compiten cada vez más por la atención de los visitantes, los museos deben fortalecer su presencia en la comunidad para atraerlos e involucrarlos.

Se producen ideas variadas, y a veces contradictorias, acerca de cómo el visitante espera interactuar con las instituciones culturales. Los actuales debates revelan la importancia de un público objetivo claramente definido y programas estratégicos para atraerlo. Y no hablamos de un público objetivo necesariamente nuevo; es importante generar entusiasmo entre los visitantes ya existentes.

Muchos museos tienen la sensación de que su conjunto regional de atracciones culturales tiene una audiencia finita, por ello se preocupan por cultivarla y llegar a la próxima generación.

Algunos se han unido para aumentar la visibilidad y su poder de convocatoria. Tratan de presentar historias más impactantes sobre lo que hacen, y establecer conexiones más sólidas con las comunidades circundantes se considera el medio principal para reforzar su presencia pública.

Misión.

La misión institucional es el núcleo de la identidad de nuestros museos y debe informar sobre las expectativas filantrópicas, las métricas de éxito y la participación de la audiencia.

Los donantes filantrópicos esperan, cada vez más, resultados cuantificables de sus inversiones en instituciones culturales. A muchos les preocupa que dichas expectativas a menudo conduzcan a métricas improductivas (asistencia bruta, adquisición constante, crecimiento insostenible) y enfatizan que esas métricas deben reflejar las misiones institucionales.

Las métricas alineadas con la misión pueden ser tanto cualitativas como cuantitativas. Por ejemplo, una audiencia más pequeña pero comprometida con entusiasmo probablemente proporcione más éxito que un gran volumen de visitantes atraídos por ofertas de misión tangencial. Existe la preocupación adicional de que la dependencia de métricas desalineadas restrinja la espontaneidad y complique las respuestas rápidas y ad hoc a las reacciones de la audiencia.

La discusión normalmente incluye el cuestionamiento del rol social de los museos. Muchos de ellos luchan por conciliar el potencial de actuar como defensores de la comunidad con sus misiones institucionales declaradas. Las iniciativas demasiado ambiciosas y/o inapropiadas diluyen las misiones principales y decepcionan a los beneficiarios previstos. Los museos deben ser capaces de cumplir con el apoyo comunitario prometido y asegurarse de que las iniciativas que emprendan aumenten su poder de captación entre sus públicos objetivo (meta).

Operaciones.

En lugar de contar con un crecimiento continuo, los museos deberían mirar hacia adentro, hacia los activos infrautilizados y las colecciones permanentes.
La financiación es, como se esperaba, una preocupación fundamental. Algunos sugieren que los modelos legales y de financiamiento actuales para las organizaciones sin ánimo de lucro están pasados de moda y necesitan un replanteamiento completo para alinearlos con las realidades económicas actuales.

Los museos deben enfrentarse a la creencia de que las actividades culturales han de ser gratuitas, pero sus respuestas varían. Si bien existe un acuerdo general de que los costos de las entradas nunca deberían suponer una barrera, muchos proponen que es importante y productivo asignar valor a la entrada, y señalan que la admisión al museo está en gran medida en línea con la de las salas de cine, clubes y espacios para actividades recreativas similares.

Experiencia.

Hacer que los museos sean más atractivos y accesibles es esencial para cultivar al público.

Existe una fuerte tendencia hacia la accesibilidad, tanto para atraer visitantes como para lograr que su experiencia sea más intuitiva. La primera impresión de un visitante es fundamental para la experiencia del museo, por lo que éste debería repensar la orientación, la ubicación de los momentos de descanso, las oportunidades para enseñar a través de la curación de exposiciones y colecciones permanentes, y los puntos de contacto con el personal profesional. Todo esto se extiende a sitios web / medios digitales, enfatizando que las experiencias digitales y en persona deben ser consistentes.

Creemos que hay consenso expresado en que el enfoque excesivo en la tecnología aplicada a la localización de recorridos y las exposiciones está desplazando la interacción humana en detrimento de la experiencia del visitante. Una bienvenida personal es, a menudo, más importante que el factor sorpresa.

Existe un gran interés por descubrir cómo hacer crecer los contactos iniciales con los visitantes para llegar a una participación más profunda. Hay discusión en cuanto a la manera de sacar provecho de los grandes eventos: conseguir que los asistentes a eventos populares, pero de misión tangencial, regresen para ofrecer ofertas alineadas con la misión. Generalmente se considera que las conexiones personales son clave. Varían según la edad e incluyen demostraciones, debates, juegos de roles y actividades prácticas, así como saber escuchar e involucrar a los visitantes en el sitio.

Los museos reconocen que esperar pasivamente al público no funciona. Éste debe acudir de manera activa y estratégica. Es muy importante la programación de exposiciones fuera del museo para llegar a nuevos grupos: programación no tradicional – como búsquedas del tesoro -, campañas publicitarias enfocadas, alentar a los visitantes a resaltar su experiencia en las redes sociales, asociarse con servicios cercanos, organizar eventos relacionados con las exposiciones y comunicarse con poblaciones de estudiantes y profesores.

Por lo general, hay coincidencia en que ofrecer una mayor combinación de programación y experiencias (si está respaldado por el tamaño y la misión de la institución) atrae a más visitantes.

Jóvenes.

La generación más joven está desafiando el «qué» y el «cómo» de las ofertas de los museos.

Los que se hallan en edad escolar, conocedores de la tecnología, necesitan razones convincentes para ir a un museo por no sentirse satisfechos con el material en línea. Se sugieren dos estrategias principales: primero, enfatizar que la mayoría de las colecciones se experimentan mucho mejor en persona y, segundo, programar experiencias significativas compartidas adaptadas a la tendencia de los visitantes más jóvenes a viajar en grupos.

Los modos de aprendizaje están evolucionando y los museos ven la necesidad de incorporar estos modelos para satisfacer mejor las necesidades del público joven. Los visitantes jóvenes tienen una mayor tendencia a buscar una gratificación instantánea, y es menos probable que esperen
un recorrido o utilicen guías de audio para el ritmo de la visita. Los gustos juveniles en cuanto al modo de absorber información ayudan a dar forma a los programas de los museos y al diseño de las exposiciones.

Muchos estamos interesados en involucrar a las familias en su conjunto, por razones que van desde los ingresos hasta el cultivo de audiencias futuras. Una estrategia posible consiste en enriquecer los programas K-12, ofreciendo actividades familiares asociadas. Creemos que hay un acuerdo general en que los niños deberían experimentar los museos como lugares estimulantes, no intimidantes, y regresar con sus familias. Idealmente, esto respaldaría una apreciación de los museos de por vida.

Espacio.

El diseño espacial de un museo es siempre una oportunidad para mejorar la experiencia transformadora del visitante. La arquitectura enmarca el recorrido y las exposiciones y, como tal, debe participar orgánicamente en las misiones institucionales.

En general, se enfatiza que los nuevos museos no deberían repetir o clonar sin cuestionar diseños y expresiones existentes. Para ello, los arquitectos y las instituciones deben considerar de cerca qué es lo que mejor sirve a las colecciones, visión, misiones, personal y comunidad, incluso cuando esto nos lleva a direcciones no tradicionales. Asimismo, han de mantener una visión global de la historia y la cultura para respaldar estas investigaciones, y dejarse asesorar por los profesionales de los museos.

Podemos señalar que, dadas las limitaciones de tamaño y las exposiciones cambiantes, muchos espacios deberían acomodar una variedad de actividades y usos. Los museógrafos/as tienen que equilibrar los modos activo y silencioso, curatorial creativo y receptivo, enfoques que involucran visitantes, experiencias comunitarias y personales, orientación y elección en el recorrido del visitante, y contenido familiar y desconocido.

Si bien algunos critican el diseño arquitectónico demasiado demostrativo, muchos piensan que el edificio del museo juega un papel importante en el establecimiento de la identidad institucional y debe verse, en términos comerciales, como una parte integral de su Marca. El edificio es fundamental para la percepción de la institución en su comunidad. Debe transmitir un sentido lo más claro posible sobre el contenido y la oferta del museo. Si bien un edificio icónico o histórico es capaz de atraer visitantes, podría resultar, en algunos casos, algo intimidante. Es importante desarrollar una fuerte conexión con la audiencia a través de la programación, los eventos y la experiencia, así como su realidad en línea, para que ese atractivo de la institución supere cualquier sentimiento de intimidación.

Un enfoque intuitivo y atractivo a través del sitio y dentro del edificio es fundamental para dar la bienvenida a los visitantes. La entrada y el vestíbulo deberían mostrarse particularmente claros y fáciles de recorrer; las áreas de recepción han de incorporar exposiciones, objetos y / o instalaciones. Resulta esencial un punto de contacto de recepción / admisiones amigable, visible y bien dotado de personal profesional. Los diseños del área de exposiciones deben ser sencillos, incidiendo en el potencial de descubrimientos accidentales y múltiples narrativas.

El espacio necesita cambiar, y un edificio existente puede funcionar a favor o en contra de la evolución de las demandas. Es importante evaluar activamente la experiencia del visitante para determinar las áreas a mejorar; las soluciones van desde la simple revisión de la señalización hasta extensas renovaciones o ampliaciones. También es fundamental una comprensión clara de los objetivos de utilización del espacio.

Comunidad.

A medida que las exposiciones y los programas se expanden fuera de las paredes del museo, y el ámbito público se infiltra en él, se revelan nuevos potenciales para una participación significativa de la audiencia.

Debemos preguntarnos cómo los museos pueden crear un sentido de lugar. Sin embargo, éstos, por sí solos, no son suficientes para crear un destino. Existe una llamada a un enfoque integral de la experiencia de la audiencia que debe incluir un estacionamiento cercano, parques, restaurantes, otras comodidades sinérgicas, buena señalización y orientación, y conectividad a través del transporte público. Colaborar para crear eventos que atraigan y permitan la circulación de visitantes entre los museos cercanos también ayuda a crear un sentido de lugar perdurable, particularmente cuando esos eventos se repiten.

Existe un gran interés sobre cómo responde el público a los eventos iniciados por el museo en entornos nuevos e inesperados. Los programas de exposiciones temporales fuera del sitio pueden respaldar un mayor nivel de experimentación, y requieren menos presupuesto operativo que los esfuerzos internos.

Los visitantes que viven al margen de las ciudades aún pueden visitar un museo referente para obtener ofertas únicas y atractivas, pero los participantes están interesados ​​en ver cómo los museos sucursales y emergentes en áreas periféricas afectarán a las visitas a los museos establecidos cercanos, así como a las instituciones matrices. Se está analizando de cerca la necesidad y el potencial de las sucursales o las ventanas emergentes para llegar a una comunidad geográfica más amplia.

Existe la necesidad de una mayor consideración de los espacios al aire libre alrededor de los museos; tanto la calidad del diseño en sí como la posibilidad de conectarse a servicios cercanos son elementos clave. La creación de espacios agradables, transitables y conectados al tránsito mejora la accesibilidad de los museos.

Al crecer más allá de la noción del tercer lugar, los museos están sirviendo, cada vez más, como un ámbito público de facto, acomodando eventos comunitarios y programas culturales. Quizás debamos reconsiderar el modo en que funcionan estás instituciones como parte del tejido urbano y comunitario, con el objetivo de crear una continuidad de una experiencia pública vibrante desde el mundo exterior hasta el interior del museo.

Consultas: info@evemuseos.com

Recurso:

Gensler (2015): Engage the future of museums. Interim findings from roundtable discussions on audience engagement and the role of the museum in the community. Documento en línea. https://www.gensler.com/gri


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