La American Alliance of Museums define como característica de la excelencia respecto a los objetivos de la capacidad educativa de los museos las siguientes premisas: conocer lo mejor posible al visitante, preguntarle qué le gustaría saber; tener un discurso coherente para ellos – lo mejor es que sepamos hasta la última coma de lo que les estamos hablando -; emplear el lenguaje apropiado y apoyarnos en otros recursos en la medida de lo posible (imágenes, sonidos, música);asegurarnos de que los visitantes nos entienden; es bueno que les preguntemos si les gusta lo que les contamos, y si no les gusta, debemos cambiarlo.
A continuación os vamos a enunciar unos consejos a tener en cuenta para aquellos de vosotros que os encargáis u os vais a encargar de llevar a la práctica las actividades (visitas) dirigidas a los visitantes (si os resultan obvias disculpad la petulancia y la reiteración):
· Deben gustarte las personas, ser sociable, presentarte antes de comenzar la visita (o actividad) y ofrecer algunas indicaciones sobre la misma y sobre el recorrido, situar al grupo contigo y ubicarlo (si se ríen contigo en los dos primeros minutos los tendrás en el bolsillo, pero nada de ser graciosillo).
· Antes de comenzar la actividad debes disponer de información básica sobre el perfil del grupo para poder adaptarte mejor a sus necesidades.
· Debes ser siempre especialmente educado y paciente con los visitantes. La paciencia será una de tus mejores aliadas. Aprende a respirar para superar los momentos tensos.
· Ante todo eres un profesional, da igual que esa visita (actividad) la hayas hecho mil y una veces, el grupo que tienes ahora a tu cargo no tiene la culpa, haz que parezca que forman parte del grupo más importante que hayas tenido bajo tu responsabilidad siempre.
· ¿Estás cansado, aburrido de repetir una y cien veces lo mismo, se te ha caído la taza del café al desayunar, has reñido con tu pareja? Las personas que han ido al museo no tienen la culpa de nada. Sé creativo, cambia la visita (actividad), hazla diferente siendo en esencia la misma, concéntrate en las personas que tienes delante.
· Saberte el discurso de memoria no significa que sepas comunicar lo que sabes, por lo tanto las actividades debes hacerlas tuyas, vivirlas, acoplarlas a tu personalidad, creértelas y así se hará más fácil el modo de trasmitir ese conocimiento.
· Poniendo pasión en lo que haces lograrás comunicar y expresar mejor las ideas y te darás cuenta inmediatamente de que tus oyentes reciben el mensaje. Lo mejor de este trabajo es lo inmediato que se recibe el resultado.
· No pretendas convertir a los miembros de tu grupo en sabios eruditos sobre el tema en cuestión, no les des tanta información en una hora que acaben todos al borde de que les estalle el cerebro y que tarden en recuperarse meses. Ése será ese tiempo que dediquen a no volver por el museo.
· Tu eres la conexión entre el visitante y la exposición, no te conviertas en el «protagonista» de la visita, no te escuches a ti mismo cuando hables, habla solo y exclusivamente para ellos.
· Da pistas, genera curiosidad en la medida de lo posible, juega, pero no les des todo hecho.
· Mientras estés hablando no dejes de mirar al grupo, obsérvales, no le des importancia al que no te mira, pero estate atento a las señales de aburrimiento, ahí debes reaccionar de inmediato.
· La improvisación es una herramienta muy potente, cuando se trabaja con grupos de personas siempre hay cosas que no se pueden planificar ni controlar de antemano, debes estar preparado para salirte del guión si es necesario. Es cierto que lidiar esos toros con éxito sólo es posible con la experiencia, deberás equivocarte, cometer errores y acabar muchas de las visitas con la sensación de que no ha ido bien, o que no has conectado con el grupo, o todo junto, pero debes convertirlo en anécdota puntual, no desanimarte y aprender de esa experiencia. Es muy recomendable analizar la visita una vez realizada, en todos los casos.
· Casi siempre se puede reconducir un mal comienzo de visita, dependerá, eso sí, de tu habilidad para redireccionar situaciones en contra. Si para ello debes cambiar la forma de la visita o hablar con ellos de «tú a tú» hazlo. Intenta también que los acompañantes del grupo se alíen contigo para la visita. Ofréceles protagonismo.
· Motiva al grupo, agradece sus intervenciones, confirma lo que saben, invítales a participar, pregúntales cosas sin que parezca un interrogatorio o un tercer grado, intenta recordar algún nombre, éso te unirá al grupo y facilitará muchísimo tu trabajo.
· Nunca olvides que tu eres el jefe cuando estén contigo, que el grupo lo diriges tú, por lo tanto se cuidadoso/a con los alumnos parlanchines, graciosillos, chistosos, esos que parecen saberlo todo, los de la cultura del Trivial Pursuit, aquellos adultos que antes de la visita se han leído tres enciclopedias; intenta ensalzar al bueno y anular al malo de forma amable, sabemos que es muy difícil pero, en ocasiones, no hay mejor desprecio que no hacer aprecio. Las experiencias que se vayan sumando a tu conocimiento hará que estas situaciones con «personajes» sean más fáciles de conducir. Te convertirás en un experto en personalidades, un especialista en «psicología social».
Una visita o actividad que sale bien genera confianza en el museo, convirtiendo a tu público (visitantes) y por descontado a su círculo de influencia, en usuarios y amigos de museo ya que la publicidad viral (boca-oreja) sigue siendo la más eficaz, y a su vez facilita que se decidan a visitar otros museos y a participar cada vez más en la oferta cultural.
CURSOS EVE MUSEOS ÚLTIMO TRIMESTRE 2015 – MATRÍCULAS ABIERTAS (Accede desde aquí)
Foto principal y para redes sociales: Issei Suda, (Japón, 1974)
Recursos: SABATÉ NAVARRO, Miguel y GORT RIERA, Roser. Museo y Comunidad. Un museo para todos. TREA Ediciones, Gijón (2012).
Reblogueó esto en Mari Carmen Souzay comentado:
Me parece genial esta entreda
Mil gracias Mari Carmen, así da gusto escribir. Un abrazo.