En la última mitad del siglo XX, se examinó la relación que los museos debían tener con la sociedad y, sobre todo, en que consistía esa relación. La sociedad se alejaba progresivamente de los museos, que podía entenderse como un alejamiento del conocimiento y la cultura, algo muy preocupante. Era urgente proponer soluciones y nuevos planteamientos para los museos. Podríamos decir que a partir de la revolución cultural de mayo del 68 y con la aparición del Centro Pompidou en París, se dio el pistoletazo de salida a lo que sería una nueva relación del museo con sus visitantes, una renovada concepción de la museología. Finalmente a este nuevo planteamiento en la relación museo-visitantes se la denominó Nueva Museología. Pero, ¿qué es en realidad la Nueva Museología? ¿En qué consiste?
La expresión nueva museología se escuchó por primera vez en el año 1958. Recordemos algo que el intelectual antropólogo belga Claude Lévi-Strauss mencionó por aquellos años sobre Georges Henri Rivière, uno de los primeros museólogos modernos reconocido como tal: “Inventó completa y desde el principio una museografía purista y elegante, demostrando la existencia de una solidaridad que une a través de los siglos las obras maestras del pasado y las creaciones del presente. En él se reconcilian el gusto por la subversión y un clasicismo estricto, lo refinado y lo rústico, lo culto y lo popular, el rigor y la sensibilidad”. En otras palabras, había llegado el momento en el que el museo debía abandonar su imagen popular de templo para eruditos y convertirse en un lugar de aprendizaje y encuentro con el conocimiento de forma fluida y apta para todos los públicos: una institución pública de mayor apertura, dinamismo y participación socio-cultural. Este esfuerzo generó un planteamiento de renovación para los museos tradicionales, con el uso de un nuevo lenguaje expositivo cercano a la sociedad, con una manera totalmente nueva de exponer los contenidos buscando la participación activa del público. El resultado final, una vez ejecutado ese nuevo planteamiento teórico, se le denominó Ecomuseo – existen museos en España que se autodenominan ecomuseos pensando en la unión del museo y la ecología, algo que es totalmente erróneo -.
Renovados planteamientos museológicos dieron lugar a la creación de nuevas especialidades profesionales para renovar totalmente el antiguo planteamiento de las exposiciones permanentes
Para conseguir esta renovación, fue muy importante que los museólogos tradicionales se reconvirtieran bajándose del pedestal de la erudición. La apertura de aquellas mentalidades «sagradas» hasta entonces y el compromiso de los museógrafos para la renovación activa de los museos, ahora ecomuseos, han hecho posible que la relación entre la sociedad y nuestros museos haya cambiado totalmente. La sociedad demandaba ese cambio y lo hacía – y sigue demandándolo -, dejando de visitar los museos que no cumplen con sus expectativas en la búsqueda de conocimiento, pero no alejándose del ocio divertido y sobre todo teniendo muy en cuenta a los niños – la caída dramática de visitas a los museos que se han quedado desfasados acabarán provocando su desaparición si no ponen remedio -. Incluso los museos que tienen una naturaleza pasiva, los dedicados a los oficios artísticos, tuvieron que renovarse ampliando espacios, replanteándose la incidencia de la iluminación sobre las obras e incluyendo nuevas expresiones artísticas en sus galerías (vídeo expresión, por ejemplo). Muchos de ellos se renovaron totalmente construyendo incluso un nuevo edificio. También se crearon algunos nuevos museos sobre todo en los países con economías emergentes. Hay lugares que pueden presumir de que gracias a sus nuevos museos revitalizaron sus economías hasta entonces no muy boyantes. De hecho, en algunos programas de revitalización económica para zonas deprimidas – sobre todo las zonas de grave desindustrialización como son las comarcas mineras europeas (Rhur p.e.) – se hizo necesaria la construcción de ecomuseos, siempre que su aparición estuviera justificada al poseer contenidos de valor que mostrar al público (fomento del turismo local).
Uno de los recursos para activar la economía de zonas deprimidas por la desindustrialización es la de crear ecomuseos que pongan en valor el patrimonio industrial «abandonado» dentro de un contexto didáctico para todos los públicos
Para nosotros, en estos momentos de crisis no solo económica, la clave del desarrollo museístico está en la colaboración fluida entre museólogos y museógrafos para enseñar a los gobiernos nacionales, comarcales y locales que la renovación del parque museístico es muy necesaria. Que esa renovación es muy importante porque activa economías fomentando el turismo en red, por ejemplo. Que los gobiernos entiendan que meter un objeto en una vitrina ya no hace museo, que el público demanda otra cosa. Que los responsables de generar un proyecto entiendan que un museo se desarrolla desde un planteamiento profesional liderado por profesionales de la museología y la museografía y no solo por arquitectos o por el erudito del pueblo – con todos nuestros respetos a los eruditos -. Y, finalmente, que estos proyectos son muy importantes porque sirven para crear colaboraciones muy importantes con las universidades y fuerzas vivas de la enseñanza, que están deseosas de dejar que sus alumnos se integren en estos proyectos. Todo, en conjunto, sigue siendo un enorme reto que debemos afrontar; toda la sociedad lo agradecerá.
Ya no debería haber límites para disfrutar de la experiencia de visitar un museo a cualquier edad
Y para rematar, sin querer aburriros con datos y datos, os resumimos los parámetros de la nueva museología que enunció en 1996 Marc Maure (teórico de la museología) porque nos parecen muy interesantes:
1. Democracia cultural
Ninguna cultura debe ser ensalzada por encima de las otras. Hay que preservar, valorar, utilizar y difundir la propia cultura de cada grupo.
2. Nuevo planteamiento
– Del público a la comunidad
– Del edificio al territorio
3. Concienciación de la comunidad respecto al valor de su propia cultura
4. Sistemas abiertos e interactivos
Un nuevo modelo de trabajo museístico en el que el proceso o las operaciones de recopilar, preservar y difundir en el museo tradicional se transformen en un nuevo museo abierto, teniendo por objeto el aprendizaje de la comunidad.
5. Diálogo
Participación activa de la comunidad. El museólogo deja de ser «el experto» en el tema para pasar a ser «el catalizador» al servicio de las necesidades de la comunidad.
6. Un método: la exposición
Ésta se convierte en uno de los importantes útiles de diálogo y concienciación del museo hacia el público.
Ahora, a trabajar.