Para sobrevivir a dificultades financieras inesperadas (como la pandemia, la disminución de apoyo público o costos operativos crecientes) los gestores/as de museos trabajan muy duro con el fin de asegurar una financiación futura que sirva adecuadamente a sus visitantes y preserve sus colecciones. Actualmente, los departamentos financieros de los museos deben afrontar la creación de apoyo individual y corporativo para su institución. Las actividades de gestión incluyen el seguimiento de las oportunidades de subvenciones, la realización de investigaciones sobre públicos objetivo y sus patrones de donación, y las transacciones consistentes, además de contactar con donantes potenciales para construir relaciones sólidas y duraderas. Sin embargo, en respuesta a la creciente presencia de la tecnología digital, los procesos de gestión de los museos están cambiando, ya que las tareas deben centrarse en torno a las solicitudes de subvenciones en línea, una gran cantidad de investigaciones en Internet y el análisis de las bases de datos de sus visitantes. Por otro lado, los museos han comenzado a considerar nuevas fuentes de financiación tecnológicamente habilitadas, potenciando estrategias para la recaudación de fondos, como el «crowdfunding».
Según la Alianza Estadounidense de Museos, el crowdfunding es una forma de microdonación (solicitar pequeñas cantidades de dinero de un gran grupo de donantes) que «explora el potencial de las herramientas de redes sociales y la tecnología distribuida». En la edición de 2012 de TrendsWatch, el AAM publicó un artículo sobre el crowdfunding y su aplicabilidad a los museos, donde afirmaba que el proceso se basa en las relaciones, al igual que la filantropía tradicional. El crowdfunding funciona solicitando pequeñas donaciones a un gran número de personas – la mayor parte de los museos convencionales generalmente se enfocan en unos pocos donantes para obtener grandes fondos (cuando lo hacen) -. Es una estrategia que vale la pena que tengan en cuenta los departamentos de búsqueda de financiación, ya que capitaliza el alcance filantrópico y personalizado que hacen los equipos de profesionales dedicados a esta tarea.
Históricamente, los empresarios en Estados Unidos buscaban financiación de amigos y familiares, limitando sus redes de respaldo financiero a sus contactos directos. El auge de Internet amplió enormemente las oportunidades de financiación a medida que los microcréditos y los préstamos entre pares ganaban popularidad. Si bien los microcréditos – la práctica de prestar pequeñas cantidades de dinero tradicionalmente a empresarios en lugares rurales – existían antes de Internet, sitios web como Kiva, lanzado en 2005, facilitaron y popularizaron esa práctica. Al proporcionar información del empresario, una descripción del préstamo y los términos de pago, los posibles donantes podían invertir en causas que se alinearan con sus creencias e intereses. Los préstamos entre pares siguen un formato similar, lo que permite a una persona enviar solicitudes de financiación. El factor limitante de las redes pequeñas que plagaban las ofertas tradicionales de amigos y familiares, se volvió ínfimo a medida que las personas se unían globalmente a través de las redes sociales. Éstas, no solo conectan a amigos digitales, sino que también brindan una plataforma para que las personas compartan las causas en las que creen.
La capacidad técnica para el crowdfunding fue evolucionando a medida que empresas como Indiegogo y Kickstarter proporcionaban plataformas para que las personas lanzaran campañas y financiaran sus proyectos. Sin embargo, hasta 2012, los obstáculos legales impidieron que las instituciones aprovecharan esta posible vía de financiación. Más adelante, el presidente Barack Obama firmó la Ley «Jumpstart Our Business Startups Act (JOBS)», reduciendo las restricciones a las empresas, ofreciendo soluciones financieras al alcance de todos, concretamente aquellas aprobadas por la Comisión de Bolsa y Valores de EE. UU. (SEC). En 2015, los portales de crowdfunding fueron aceptados legalmente a fin de que las empresas, incluidas las organizaciones sin ánimo de lucro, los utilizaran para obtener capital en etapas iniciales, lo que ofrecía oportunidades para donantes más pequeños. Con el visto bueno legal, los museos comenzaron a recurrir al crowdfunding para complementar sus estrategias de recaudación de fondos, involucrando a ciudadanos de todo el mundo.
Los tres tipos principales de financiación colectiva son: financiación colectiva de proyectos, financiación colectiva de inversores acreditados y financiación colectiva de redes sociales. Project Crowdfunding se da cuando un individuo o empresa solicita donaciones para una idea o proyecto y proporciona un retorno tangible de su inversión. Dado que esto no es invertir en una empresa en sí, no está regulado por la SEC. Esta es una de las formas más populares de crowdfunding, y permite a las personas creativas probar sus productos y encontrar seguidores en todo el mundo. El crowdfunding de inversores acreditados permite a los empresarios vender valores si no recaudaron 1 millón de dólares en un año y solo admite inversores acreditados y potentes económicamente (aquellos que podrían permitirse el lujo de perder sus inversiones) en el proyecto. Gracias a la flexibilidad en su enfoque, Social Media o Equity Crowdfunding permite que las nuevas empresas ofrezcan valores a inversores con menos potencial económico pero lo suficientemente ricos como para permitirse perder sus inversiones. La mayoría de las campañas de los museos utilizan el modelo Project Crowdfunding, que a veces ofrece obsequios tangibles a cambio de apoyo financiero. Si bien no se requiere un tercero para un proyecto de financiación colectiva exitoso, sus procesos de pago optimizados y sus plataformas de comunicación pueden ayudar a los departamentos de «búsqueda financiera» en su trabajo diario.
En 2009, el músico Perry Chan lanzó Kickstarter, con el fin de ayudar a músicos y artistas a recaudar fondos para sus proyectos creativos. Al comprender la gran carga financiera que se necesita para grabar música y hacer giras, Chan permitió a los fans apoyar a sus artistas favoritos para alcanzar sus objetivos, a cambio de un regalo como un CD o una camiseta, según el monto de la donación. Hoy, guiados por la creencia de que el arte y la expresión creativa son esenciales para una sociedad saludable y moderna, la misión de Kickstarter es «ayudar a dar vida a los proyectos creativos», sin importar su nivel de alcance. En 2015, Kickstarter se convirtió en una Corporación de Beneficio Público, una empresa con ánimo de lucro que pondera igualmente los efectos del proyecto en la sociedad y los accionistas. A 9 de octubre de 2021, 29 millones de personas habían respaldado proyectos a través de Kickstarter, donando 6,2 millones de dólares. Hasta el momento, se han financiado con éxito 209.533 proyectos.
Fundado por tres amigos que creían que Internet podía inspirar la innovación al unir a las personas, Indiegogo tiene como objetivo «capacitar a las personas para que se unan en torno a las ideas que les importan y juntos hagan que esas ideas cobren vida». 235 países, con un promedio de alrededor de 19.000 campañas lanzadas mensualmente, Indiegogo ayuda a los empresarios a presentar nuevos productos antes de que se hagan públicos en gran medida. Se enorgullece de albergar campañas que se prevé que se conviertan en la corriente principal, involucrando a los patrocinadores en el proceso creativo y, a menudo, ofreciendo beneficios por tiempo limitado para los primeros seguidores. Si bien Indiegogo potencia proyectos creativos como Kickstarter, centra más su atención en otros más relacionados con la tecnología y el diseño.
Por mencionar algunos ejemplos de museos que han pedido financiación usando estas plataformas mencionadas, decir que el Museo Tesla Science Center ha atravesado un momento financiero crítico; el Museo de la Comida y Bebida (MOFAD) quiso relanzar su museo, y NMAH y American Friends of SMK tuvo que preservar piezas de su colección en peligro de deteriorarse para siempre (también hubo museos que lanzaron sus campañas de crowdfunding para arreglar sus edificios). Esta urgencia funciona, junto con la popularidad del tema de la campaña (Tesla, alimentación sana, el Mago de Oz y Matisse, respectivamente) para crear una narrativa sobre la campaña que se pone en marcha. El hecho de que se trate de proyectos alojados en Internet, posibilita que los museos se expandan mucho «más allá de la red de la junta directiva y [aprovecha] las redes de todas las partes interesadas».
El crowdfunding emplea a los departamentos de gestión financiera de los museos en habilidades que se utilizan a diario, por lo que es una estrategia que vale la pena implementar. Al igual que la solicitud tradicional, el crowdfunding implica una comunicación clara y constante, obsequios a cambio de una donación (la buena sensación de un acto de caridad o algo como una bolsa de mano o camiseta), y la oportunidad de ser parte de un gran proyecto de interés personal a nivel del suelo. No solo se basa en estas prácticas sino que también ayuda a expandir las comunidades de museos, conectando a las personas en función de sus pasiones, en lugar de centrarse en la ubicación geográfica. Al facilitar los proyectos de crowdfunding, los departamentos de gestión financiera llegan a un grupo demográfico más amplio de posibles contribuyentes, lo que posibilita conseguir nuevos miembros y donantes leales, incluso cuando sus contribuciones base son más pequeñas que las de los socios corporativos tradicionales. A partir de su propia experiencia de campaña con Chabot Space & Science Center, Melissa Russo habla sobre la accesibilidad del crowdfunding:
El modelo de crowdfunding no reemplazará las prácticas tradicionales de recaudación de fondos al solicitar importantes donaciones económicas de personas con un alto patrimonio neto. Sin embargo, una de las grandes promesas del crowdfunding es que promueve la filantropía más allá del tradicional donante rico, lo que permite una mayor conciencia pública y la inclusión en las donaciones.
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Recursos:
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Museo de Alimentos y Bebidas (2013): Anunciando el debut de Puffing Gun. Kickstarter, 18 de julio de 2013. https://www.kickstarter.com/projects/mofad/boom-museum-of-food-and-drinks-explosive -first-exh/posts/542218.
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Melissa Russo (2015): Crowdfunding the Museum: Engaging Program Constituents in Resource Development” en Fundraising and Strategic Planning: Innovative Approaches for Museums Lanham, Maryland: Rowman & Littlefield, 39.
Kate Rice (2021): Crowdfunding the Museum: Fundraising for Museums in the Digital Age. The State of Museum Digital Practice | 2021. A collection of graduate essays and responses. The George Washington University.
Fotografía: Ierohero. Cyber people are real.
Consultas: info@evemuseos.com