A comienzos del siglo XXI, el avance tecnológico y la globalización han provocado cambios significativos en la sociedad, impactando de manera profunda en los museos y redefiniendo su función social. Históricamente, los museos no son una novedad; el primero se fundó en la Universidad de Alejandría, en Egipto, durante el siglo III a.C. Originalmente, estos espacios eran instituciones privadas, inaccesibles para el público general. Su misión tradicional ha sido la colección, preservación, investigación y exhibición de objetos de valor cultural, religioso e histórico para la educación y el disfrute del público. Sin embargo, esta concepción del museo ha evolucionado hacia una entidad más pública y dinámica. Anteriormente, los museos mantenían un enfoque estático, pero en la actualidad, están adoptando estrategias y planificaciones más flexibles y adaptativas. Los paradigmas museísticos han experimentado una completa transformación, adoptando nuevas ideas y enfrentándose a retos más complejos para su evolución. En este escenario, la investigación sobre la pertinencia de los museos cobra especial importancia. Hoy en día, los museos buscan relacionarse de manera directa con el contenido, fomentando la interacción del público y expandiendo su oferta a través de exhibiciones en línea para alcanzar a aquellos que no los visitan presencialmente.