Museos como Factores de Desarrollo Sostenible

Museos como Factores de Desarrollo Sostenible

 

La cultura, en su sentido más amplio, juega un papel decisivo en la construcción de un sistema de interacciones comunitarias, donde el desarrollo social y sostenible, el empleo y el turismo se convierten en el producto de la integración de lugares, personas, naciones, economías y tradiciones.

Como destaca Santagata, el patrimonio cultural puede llegar a ser un recurso creativo capaz de producir innovación económica y tecnológica, promoviendo la investigación histórico-artística y las oportunidades sostenibles para el futuro. De ahí que la cultura y el patrimonio se consideren factores clave para el desarrollo sostenible, que van mucho más allá de su capacidad para generar un impacto económico de consecuencias positivas. Por ello, el patrimonio cultural aparece como un valor que ha de ser preservado y transmitido a las generaciones futuras a través de un enfoque multidisciplinar, capaz de promover la participación informada en el sistema e integrando sus aspectos éticos, culturales, ecológicos, económicos, sociales y políticos. Muchos autores afirman que la cultura representa un pilar separado y relevante para lograr la sostenibilidad y que las comunidades culturales son motores económicos y sociales fundamentales.

Los museos suelen ser instituciones/organizaciones sin ánimo de lucro, orientadas al cumplimiento de su función social en la recolección, preservación y educación pública. Como cualquier otra organización, actualmente deben preocuparse por temas económicos, sociales y ambientales para contribuir con la sostenibilidad. Algunos especialistas argumentan que estas instituciones deben volver a ser centros de aprendizaje – no atracciones de destino – ya que solo así conseguirán ser sostenibles.

Básicamente, los principios de sostenibilidad están relacionados con dos aspectos principales:

  1. Construir relaciones profundas a largo plazo con variedad de públicos.
  2. Saber responder a contextos políticos, sociales, ambientales y económicos cambiantes y tener un propósito claro, también a largo plazo, que refleje las expectativas de la sociedad.

Los museos tienen, en particular, un gran potencial para contribuir a la creación de comunidades sostenibles, lugares en los que la gente quiera vivir, ahora y en el futuro, protagonizando los principios del desarrollo sostenible a nivel local. La sostenibilidad y la vida cultural están vinculadas, y ambas son relevantes para la participación de la comunidad local ya que, como explicaba Pink, las personas buscan conexiones y un mayor significado en sus vidas.

Como resultado, se espera que los museos conciban su sostenibilidad económica y social como parte de su función (esta idea, según nuestro criterio, debería aparecer en la nueva definición de museo).

Dado que el desarrollo sostenible debe satisfacer las necesidades del presente sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras, para dar respuesta a sus propias necesidades, la adopción de la perspectiva del visitante por parte de los museos representa un factor clave emergente. Aumenta así la intención del público de volver al museo, lo que podría contemplarse como una forma de lograr un futuro sostenible. Se trata, además, de algo relevante en la medida en que el término «sostenibilidad» se aplica a una organización con recursos suficientes para mantener la existencia y cumplir sus objetivos en el futuro.

Según la perspectiva de la sostenibilidad económica, a los museos se les pide, cada vez más, que generen valor para atraer a nuevos flujos de visitantes, lo que provoca ingresos significativos que garantizan su autosuficiencia y autonomía, y les hace más competitivos y autosuficientes. Y todo ésto tiene que ver con la necesidad emergente de que los museos demuestren su capacidad para ofrecer una buena relación calidad-precio. De este modo, logran ser competitivos ampliando su oferta y ofreciendo servicios tradicionales y culturales que satisfagan las necesidades de todo tipo de visitantes.

Por otro lado, cuando hablamos de la sostenibilidad social nos estamos refiriendo a la situación de una organización integrada en la sociedad, que incluye al público y a otras partes relacionadas. Como sugiere Villeneuve, los museos, al volverse receptivos y relevantes para audiencias diversas, pueden resultar vitales para sus comunidades locales y, por lo tanto, sostenibles. Los museos sostenibles deben desarrollar una actitud a largo plazo hacia el público, valorando, por ejemplo, a los visitantes que vuelven – promoviendo así la fidelización -. En particular, la capacidad de crear relaciones con nuevas audiencias, más allá de los límites de un proyecto de desarrollo de públicos a corto plazo, representa un paso importante para lograr la sostenibilidad. Los museos se vuelven más receptivos a los intereses y necesidades de la audiencia cuando planifican y gestionan una investigación sobre la actitud, el comportamiento y la satisfacción de los visitantes. Según Gurian, las debilidades sociales pueden ser peligrosas, hasta el punto de que un problema financiero temporal llegue a ser fatal.

La sostenibilidad social es mucho más difícil de cuantificar que el crecimiento económico o el impacto ambiental. Los indicadores de sostenibilidad social con otros propósitos son demasiado generales como para resultar útiles; es necesario, por ello, desarrollar otros indicadores específicos para entidades particulares, lo que significa que su aplicación al discurso académico en contextos individuales de sostenibilidad social puede ser cuestionable.

El proceso de valorización de los museos implica la adopción de modelos organizacionales y de gestión innovadores, y ha de incluir sistemas capaces de generar círculos virtuosos de desempeño de los museos. Estos modelos suponen la nueva visión sobre el papel del consumidor que ha evolucionado en una perspectiva proactiva. Los visitantes no son solo receptores pasivos de la oferta cultural, sino también actores activos que deberían estar involucrados en la mejora de la calidad del servicio. Además, los museos deben rediseñar su identidad institucional centrándose en los principios de la democracia y la inclusión, convirtiéndose en sistemas culturales, éticos y sociales, capaces de satisfacer las necesidades de las partes interesadas y generar valor.

Por lo tanto, para garantizar la sostenibilidad a largo plazo de los museos, se requiere un cambio radical en los enfoques y prácticas de su gestión. En particular, como argumenta Villeneuve, creemos que el desarrollo de una perspectiva centrada en los visitantes es crucial para implementar en el museo un enfoque de gestión sostenible. Sin embargo, la falta de modelos específicos en este campo nos permite comprender la necesidad de desarrollar un «Modelo Centrado en la Audiencia» capaz de apoyar a los gestores de museos en la planificación de acciones de mejora y aumentar la calidad de los servicios prestados.

El papel del consumidor cultural está cambiando, particularmente en los últimos años, transformándose en un usuario activo, directamente involucrado en los procesos de evaluación y mejora. Por lo tanto, se impone, cada vez más, la necesidad de activar y desarrollar sistemas de retroalimentación de los visitantes (clientes) para recopilar información sobre sus actitudes, comportamientos y niveles de satisfacción, con el fin de alinear su oferta con la perspectiva externa del público.

Estos datos pueden ser un activo indispensable para cualquier museo que desee planificar nuevas estrategias para proporcionar servicios innovadores y revitalizar el sector cultural.

Recursos bibliográficos:

Santagata, W. (editor) (2009): White Paper on Creativity, Towards an Italian Model of Development; Bocconi. Universidad de Milán, Italia.

Pink, S. (2006): Multimodality, multisensoriality and ethnographic knowing: Social semiotics and the phenomenology of perception. Qual. Res. Nº: 11, pags. 261–276.

Villeneuve, P. (2013): Building museum sustainability through visitor-centered exhibition practices. Int. J. Incl. Mus. Nº: 5, pags. 37–50.

Kotler, N. y Kotler, P. (2000): Can museums be all things to all people?: Missions, goals, and marketing’s role. Mus. Manag. Curator. Nº: 18, pags. 271–287.

Gurian, E.H. (editor) (1995): Institutional Trauma: Major Change in Museums and Its Effect on Staff. American Association of Museums: Washington, DC, EE.UU.

Laura Di Pietro, Roberta Guglielmetti Mugion, Maria Francesca Renzi y Martina Toni (2014): An Audience-Centric Approach for Museums Sustainability. Sustainability, Nº. 6, pags. 5745-5762.

Fotografía: Thrilist: the best museum’s restaurants in New York.


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