Qué es Proyecto Museográfico

Qué es Proyecto Museográfico

 

Alguna vez hemos hablado sobre como enfocamos un proyecto museográfico desde el kilómetro 0. Hoy los desarrollaremos con un poco más de detalle, sobre todo en lo que tiene que ver con el seguimiento de aquello que consideramos los puntos más importantes del proyecto museográfico. Todo parte como sabéis de que nosotros recibamos la memoria museológica con el concepto general del museo que incluye algunos de los detalles más importantes. A los museógrafos les gusta intervenir desde el momento en el que los museólogos se ponen a trabajar en el proyecto y no esperar a que la narrativa museológica esté ya terminada. A este punto también preferimos que los arquitectos estén presentes en las mesas de trabajo que convocamos, y todos formando un equipo sólido con el objetivo común de desarrollar las mejores soluciones posibles en su conjunto para la nueva institución o para la que vamos a modernizar.

Los museos de ciencia suelen tener mayor grado de complejidad que otros y su estructura museográfica es más compleja porque los contenidos evolucionan en cortos periodos de tiempo y el museo debe estar preparado para acoger las evoluciones y novedades.

Los museos de historia, arte y de temáticas únicas y muy definidas, suelen ser lo menos problemáticos de proyectar porque los contenidos no necesitan prácticamente actualizaciones; no hay que tener en cuenta la introducción de muchos cambios en el tiempo. Los proyectos museográficos que se diseñan para este tipo de proyectos suelen estar cerrados y no se tocan una vez terminados. Si se da el caso de que dispongan de mucho material y espacio reducido, podemos recurrir a programar exposiciones temporales para ir mostrando paulatinamente al público ese material «almacenado». Todo lo interactivo, es decir, aquella forma de exponer contenido en el que se solicita la intervención del visitante, debe ser susceptible de ir modernizándose sin grandes inversiones cada determinado periodo de tiempo. La interactividad en el museo es la disciplina que evoluciona a mayor velocidad porque tiene que ver con la tecnología. Todo se queda antiguo con demasiada rapidez – el público exige que el museo esté actualizado -, siendo el caballo de batalla de los museos con presupuestos más modestos.

La evolución tecnológica también afecta la manera en la que los museos exponen sus contenidos interactivos, sobre todo en su relación con los más jóvenes que son los que exigen novedades y actualizaciones constantes.

Pero hay elementos que si están correctamente diseñados seguirán invariables a lo largo del tiempo, ahorrando mucho dinero al no tener que ser renovados. En los museos siempre deberá haber vitrinas de cristal. Algo aparentemente tan sencillo a la vista genera no pocos problemas si no están bien diseñadas. Casi todos nosotros hemos visto museos que tienen el interior de las vitrinas llenas de polvo siendo un problema. Hay que tener en cuenta muchos factores antes de diseñar una vitrina y construirla, sin mencionar la iluminación, otro de nuestros caballos de batalla. Todo lo construido debe ser accesible sin problemas para el afrontar un mantenimiento sencillo, que no obligue a contratar especialistas salvo para cuando se necesita manipular las piezas expuestas. Este es la parte más compleja porque normalmente tratamos con piezas de valor incalculable y es una enorme responsabilidad para el museógrafo el plantear todo el sistema expositivo de la manera más adecuada para evitar que las piezas sufran. El buen diseño hace que las cosas duren mucho más y sobre todo aquellas que van a estar en permanente contacto con el público..

Las piezas delicadas requieren un tratamiento museográfico muy especial, incluyendo la solución para su iluminación, algo realmente complejo en ocasiones.

Cuando en nuestro proyecto museográfico las exposiciones permanentes se apoyan con explicaciones audiovisuales y con efectos especiales – ha habido casos en los que hemos montado la recreación de una galerna marina -, la primera decisión que hay que tomar antes de hacer nada es «cablear» de fibra óptica todo el museo. Por este cable viajaran la órdenes digitales que saldrán de un ordenador central controlando todas las acciones – ya hemos mencionado en alguna ocasión los que entendemos por domótica museográfica -. También, desde el primer esbozo, el museógrafo debe decidir que enfoque va a usar para generar la línea visual de las exposiciones. Estos enfoques son muy diversos: colores predominantes – gama de colores por sección -, alejarse de los clichés de moda que se acaban quedando obsoletos muy rápidamente – lo moderno se convierte en antiguo de un día para otro, lo neutro no -, elegir los materiales que, además de ser atractivos a la vista, sean duraderos, buscar la originalidad, la diferenciación, asentar las bases de una identidad museística sólida que no sufra con el paso del tiempo, que sea reconocible, que nos de juego cuando la usemos en estrategias de márketing y comunicación. También debemos respetar, por encima de todas las cosas, la importancia y naturaleza del contenido, verdadera alma del museo. Es un error conceptuar visualmente un proyecto museográfico que se «coma» al objeto de la exposición.

El exceso de entusiasmo en la realización de un proyecto museográfico puede resultar apabullante para el visitante; hay que saber contenerse para mantener una relación respetuosa del público con el contenido y que la didáctica permanezca.

Todo enfoque en el proyecto museográfico debe responder a la naturaleza del contenido invariablemente, este es quizá el punto más importante de todos. El entorno en el que se enmarcará la exposición permanente también es muy importante y hay que tenerlo muy en cuenta. Nosotros insistimos en la necesidad de contextualizar los objetos de la exposición ya que algunos nos hablan o deberían hablarnos – arte -, pero otros se deben explicar con detalle – vestigios de la Historia de la Humanidad -. Respetar y resaltar el objetivo museológico apoyado con nuestras soluciones de diseño, es fundamental para el éxito en el resultado final del proyecto del nuevo museo o de la actualización. A partir de aquí el público emitirá su propia opinión sobre si les mostramos lo que quieren ver y como lo quieren ver. Afortunadamente todo está pensado, previamente se ha reflexionado insistentemente y a fondo, para que el posible rechazo o el desencuentro público-exposición no sea una posibilidad.

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Fotografía principal: Planos Retail.


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