Cultura: Navegando por Tiempos Inciertos

Cultura: Navegando por Tiempos Inciertos

 

La propagación mundial y el impacto de la pandemia de COVID-19 puso al descubierto la fragilidad del sector cultural frente a los paros prolongados. Casi todas las organizaciones de artes escénicas y visuales cerraron durante los picos de la pandemia, con empleados despedidos y pérdidas financieras millonarias a diario. Pero se dieron otros factores que lo complicaron todo aún más: la desigualdad económica; la polarización política; el resurgimiento de gobiernos nacionalistas en todo el mundo; los avances tecnológicos continuos, incluida la inteligencia artificial; una crisis climática; y todos ellos se están gestando paralelamente. Cada problema es complejo en si mismo; cuando se combinan, proyectar el futuro como base para la toma de decisiones estratégicas y operativas, supone un gran desafío. Los cambios repentinos e impredecibles pueden ser la nueva normalidad.

¿Cómo puede avanzar el sector de las artes y la cultura en esta coyuntura? Si bien muchas organizaciones están actualmente consumidas por la toma de decisiones a corto plazo (programación rediseñada, personal en sus casas, gestión del flujo de caja, etcétera), otras miran ya hacia el futuro. Pero, ¿cómo es ese futuro y cuál es el lugar que ocupan las organizaciones culturales, artistas individuales, trabajadores de apoyo, financiadores, etcétera, en él? Aunque es posible que no podamos predecir lo que va a pasar, una herramienta que puede ayudar a prepararnos para los posibles resultados es la planificación de escenarios.

La planificación de escenarios, cuando se basa en el pensamiento de futuros a largo plazo, permite hacer precisamente eso: desarrollar ideas concretas sobre resultados futuros inesperados. El proceso implica escanear el entorno externo en busca de fuerzas macro y tendencias de la industria que, cuando se combinan, crean mapas de posibles situaciones emergentes. Esto ayuda a disminuir la dependencia excesiva del desempeño pasado para predecir el futuro, lo cual es especialmente importante en tiempos de cambios rápidos y «discontinuidad radical» como los que estamos experimentando actualmente. Es muy probable que la recuperación después de las crisis actuales no se parezca a la del 2019, ni procederá como los eventos que siguieron a la Gran Recesión de 2008, el 11 de septiembre, la crisis financiera asiática de 1997, la caída del mercado de 1987, la «estanflación» en la década de 1970 o el movimiento de derechos civiles de la década de 1960.

Los escenarios que mencionamos aquí intentan responder a la pregunta de cómo se verá el mundo y el sector cuando lleguemos a una «nueva normalidad». No pretenden ser predicciones exactas, sino sugerir una gama de futuros posibles lo suficientemente diversos como para despertar el pensamiento creativo sobre el modo de responder a cada uno de ellos. Ese pensamiento incluye analizar el impacto de todos los posibles escenarios en el sector y sus actores y comparar los puntos en común que existen entre ellos. A través de estos pasos, podemos comenzar a examinar los impactos potenciales y a explorar los pasos concretos necesarios. Se trata de indicaciones que nos llevan a preguntarnos: ¿qué haremos si esto sucede?

Metas de la planificación de escenarios:

  1. Proporcionar un marco para la planificación en condiciones de incertidumbre.
  2. Asegurar que la planificación tenga en cuenta las fuerzas sociales, económicas y otras exógenas más amplias que probablemente conlleven impactos significativos.
  3. Protegernos del pensamiento sistémicamente optimista o pesimista alejándonos del «pensamiento de rebaño».
  4. Encontrar puntos en común dentro de posibles futuros que se puedan planificar hoy y promover una respuesta ágil cuando los resultados no estén claros.
  5. Identificar cómo los individuos y las organizaciones pueden focalizarse en su propósito central y ser «moldeadores» proactivos dentro y entre futuros potenciales.

Inicialmente en respuesta a la pandemia de COVID-19 y continuando durante las manifestaciones antirracistas del pasado verano (2020), ampliamos esta investigación para identificar más de 90 tendencias que actualmente impactan los macro impulsores globales del marco STEEP: Sociedad, Tecnología, Economía, Medio Ambiente, y Política. Hemos complementado ese marco con las referencias existentes de tendencias artísticas y culturales, agrupadas como Creatividad, para mostrar una imagen completa del estado del mundo anterior al COVID-19 relacionado con el sector de la cultura.

Dentro de estas tendencias, aún se desarrollan numerosas incertidumbres futuras que podrían impactar significativamente sobre el futuro, como la duración y nuestra respuesta a la pandemia, el carácter y profundidad de la recesión económica, la velocidad y el efecto de las medidas adoptadas para mitigar el cambio climático, o el impacto de los movimientos de justicia social; todas dan como resultado cambios duraderos en el sector y la sociedad. Combinando estas incertidumbres con los datos de tendencias anteriores al COVID-19 y los impactos actuales de la pandemia y el movimiento antirracismo, podemos comenzar a imaginar cómo será nuestro futuro.

Si bien estos escenarios futuros son el resultado de muchas de las tendencias y movimientos anteriores, hemos trazado cuatro posibles escenarios a través de dos incertidumbres, que creemos tendrán un efecto significativo en la gama de resultados en el sector durante el período de los próximos cinco años:

  1. Vida cooperativa: el virus se controla en gran medida en un plazo de 12 a 15 meses, aumentando el enfoque en la justicia social, lo que crea una nueva sensación de optimismo y regresa a la escena social con vigor y entusiasmo.
  2. Nuevos medios de reunión: un virus resurgente crea desafíos importantes pero, en última instancia, los comportamientos sociales profundamente arraigados perseveran en formas transformadas.
  3. Desintegración social – Conexión digital: si bien la pandemia de COVID-19 está contenida, la amenaza de futuros brotes derivan hacia un distanciamiento físico continuo y al enfoque en la interacción digital.
  4. Desintegración social: el brote prolongado de COVID-19 y las pandemias recurrentes de un virus mutado conducen al declive de la vida social y los sistemas de apoyo subyacentes.

Escenario 1: Vida cooperativa.

La pandemia de COVID-19 estará controlada a finales de la primavera de 2021 (en los países del primer mundo) gracias a la coordinación continua entre los gobiernos y el sector privado. La comunidad científica aprovecha las nuevas tecnologías (secuenciación del genoma, aprendizaje automático, métodos avanzados de producción, etcétera) para desarrollar e implementar un vacuna de gran alcance contra el virus, calmando los miedos y creando una sensación de que podemos «vencer al enemigo». Junto a los primeros éxitos en la reforma de las instituciones a raíz de las protestas sociales en 2020, surge una nueva era de optimismo, con un profundo compromiso social.

En contraste con la ansiedad observada durante los primeros días de la propagación del COVID-19, la derrota del virus marca el comienzo de un nuevo entusiasmo y la sensación de que la voluntad colectiva de la sociedad puede lograr grandes cosas y volver a las actividades sociales: los eventos a gran escala, como conciertos y espectáculos deportivos, registran una asistencia récord, ya que la gente está entusiasmada con volver a las formas de vida conocidas anteriormente. Las actividades presenciales son, de alguna manera, más populares que antes, aunque ahora están más enfocadas en acciones que demuestran un nuevo enfoque y energía colectivos. El movimiento por la justicia climática está ahora a la vanguardia.

El sector cultural vuelve focalizado en la nueva creación y en los eventos participativos. El sentido del bien colectivo y la justicia de base amplia adquieren una consideración aún mayor como parte del trabajo artístico, con artistas individuales y organizaciones creativas más pequeñas que regresan con una nueva visibilidad, tras haber manejado energías creativas con presupuestos reducidos en el período de crisis. Las audiencias se enfocan hacia la «alineación de valores» y regresan a las organizaciones que brindan un foro para que las personas se reúnan, en particular las organizaciones culturalmente específicas con vínculos estrechos con sus comunidades. De esta manera, se aprovecha eficazmente el desarrollo de nuevas tecnologías después de la crisis, pero navegando, también, por las preocupaciones sobre la privacidad.

Implicaciones críticas.

El compromiso orientado a la misión con los problemas sociales a gran escala es fundamental, ya que las audiencias están buscando oportunidades para abordar problemas más importantes y construir la justicia colectiva:

  • A raíz de las protestas contra el racismo, aumenta la presión para obtener movimientos más representativos y cambios institucionales. Las organizaciones culturalmente específicas adquieren un nuevo protagonismo y se convierten en un nuevo foco de financiación.
  • Los eventos participativos son un foco, con audiencias interesadas en unirse a los movimientos de los artistas.
  • El empleo se recupera y el interés por los derechos de los trabajadores conlleva que el salario aumente para los de nivel junior y menos cualificados.
  • Una reacción tecnológica importante implica una mayor focalización sobre los problemas de privacidad en las plataformas digitales.
  • La salud mental es un enfoque mayor.

Escenario 2: Nuevos medios de reunión.

La pandemia de COVID-19 se acaba en dieciocho meses, pero resurge seis meses después, ya que la vacuna inicial no es tan efectiva y está menos disponible de lo previsto. Esto provoca nuevas rondas de trabajadores desde casa y la reintroducción de medidas de distanciamiento social. Los gobiernos tardan en responder, y la sociedad inicialmente se muestra reacia a cumplir con las nuevas medidas de contención. Surgen otras vías de participación pública, en particular para promover la justicia social.

El deseo de reunirse personalmente estuvo en pleno efecto durante el período de seis meses de «todo despejado» en 2021, y muchos se centraron en el compromiso social. Los restaurantes y museos experimentaron un número de visitas cercano a su capacidad total. El regreso del virus supone malas noticias para los sectores de la hostelería y el entretenimiento, pero no evita por completo las reuniones sociales, ya que las personas buscan formas alternativas de participar de manera segura fuera del hogar y el trabajo para promover los movimientos de justicia social. La ubicación digital y el seguimiento biométrico avanzan aún más durante la segunda ola para identificar puntos de acceso y posibles portadores de virus. Algunos, incluidas las poblaciones vulnerables, optan por quedarse en casa utilizando principalmente medios digitales de participación. Mientras tanto, los primeros signos de fuga desde los densos centros urbanos aumentan durante la recurrencia: los habitantes pudientes de las ciudades huyen al campo y costa, dejando en gran parte las principales áreas metropolitanas a hogares de menores ingresos.

El sector cultural reabre con un entusiasmo inicial de la audiencia a un nivel no visto en años. Si bien algunas organizaciones pequeñas y medianas se vieron obligadas a cerrar, las empresas más ágiles, así como las enfocadas en temas de justicia social, se relanzan de inmediato. Las instituciones heredadas buscan atraer al público con «¡Regresamos!», pero se cancelan repentinamente en el segundo brote. Los lugares adoptan prácticas de distanciamiento social a largo plazo y las nuevas plataformas digitales permiten que las audiencias se conecten desde casa. Los artistas jóvenes, muchos de ellos interesados en ser socialmente activos, usaron la cuarentena como un período de incubación de nuevas ideas y métodos de creación, alterando fundamentalmente el número de personas que consumen y valoran las artes.

Implicaciones críticas:

  • Una recesión de «doble caída» provocada por una segunda ola de virus aumenta el desempleo.
  • Existe un deseo continuo de reunirse a medida que la pandemia aumenta la soledad y la depresión; las organizaciones artísticas emplean modelos de producción de bajo costo en lugares físicamente distanciados.
  • Las protestas en apoyo de campañas de justicia social se convierten en temas principales para obras de arte específicas.
  • La producción creativa aumenta a medida que los artistas buscan nuevos métodos y plataformas de distribución de contenido socialmente comprometido, y gran parte de esa actividad creativa se traslada al espacio digital.
  • El rastreo de contactos y el monitoreo de la salud se consideran críticos, y la vigilancia gubernamental es bienvenida, consolidándose en la mayoría de los países.

Escenario 3: Conexión digital.

La respuesta médica a la pandemia de COVID-19 tiene éxito y se desarrolla una vacuna que se distribuye ampliamente antes del invierno de 2021 / 2022 en el primer mundo. Esto crea una sensación de estabilidad a nivel mundial y el impacto económico negativo es menor de lo que se anticipó. Sin embargo, el efecto psicológico de una nueva ola del virus – que apareció una vez que se levantaron las medidas de distanciamiento social -, combinado con la amenaza de posibles brotes futuros, provoca cambios duraderos en nuestros comportamientos sociales.

Si bien la pandemia finalmente se contiene, la distribución de la vacuna es lenta y costosa y las siguientes olas provocan impactos psicológicos duraderos. Una nueva sensación de fragilidad y ansiedad dedemboca en una menor propensión a juntarse en grandes grupos. Las reuniones en apoyo de los movimientos por la justicia social retroceden, aunque el activismo continúa en línea y hay un mayor enfoque sobre la salud y el bienestar, ya que la autopreservación es de suma importancia. El trabajo remoto está normalizado para quienes ocupan puestos que pueden realizarse desde casa. A medida que las personas pasan más tiempo en sus hogares, el mundo digital se arraiga más y la vida social se convierte, en gran medida, en virtual. Una inversión significativa en I+D crea nuevas tecnologías eficientes a medida que la IA, las tecnologías de realidad aumentada y la robótica se vuelven más asequibles y generalizadas. Los cismas se agudiizan en la sociedad entre quienes tienen acceso digital confiable y de alta velocidad y quienes no.

El sector de la cultura y las artes se ve obligado a acoplarse a estos cambios, con una necesidad urgente de repensar la programación y los modelos de negocio para adaptarse a la nueva normalidad. La programación digital y altamente localizada adquiere más importancia, ya que el público se muestra reacio a salir de casa y, cuando lo hace, no está dispuesto a viajar lejos. Se desarrollan nuevos mercados para los servicios de transmisión y otras formas de cultura digital, entretenimiento y aprendizaje, y el sector de las artes y la cultura trata de contribuir al desarrollo de nuevas ofertas y modos de experiencia. La migración digital se combina con el crecimiento de la cultura y las artes hiperlocales, con un interés renovado por la cocina, la pintura, la música y otros pasatiempos a medida que se pasa más tiempo en el hogar.

Implicaciones críticas:

  • La vida profesional y social se traslada cada vez más al mundo digital, ya que las personas se muestran reacias a reunirse y las nuevas tecnologías mejoran nuestra capacidad para comunicarnos de forma remota.
  • Una fuerte disminución de la asistencia presencial se combina con un rápido crecimiento de nuevas audiencias digitales, generando oportunidades para la creación y distribución artística.
  • Sin embargo, esto deja atrás a poblaciones marginadas que carecen de Internet de alta velocidad y acceso a nuevas tecnologías en casa.
  • Con base en los nuevos comportamientos de la audiencia, los productores y presentadores de arte y cultura cambian su enfoque cada vez más hacia formatos locales digitales y de pequeña escala.

Escenario 4: Desintegración social.

Si bien la vacuna para COVID-19 se distribuirá totalmente a mediados de 2021, su implementación es costosa, lo que limita el uso generalizado. Los casos recurrentes de COVID-19 y otros virus nuevos continúan afectando a las personas con condiciones de salud vulnerables, los trabajadores de primera línea de riesgo y sus familias, y esto altera la vida social y económica. Mientras tanto, los disturbios civiles continúan a medida que la política se polariza y no surgen líderes confiables para sellar las fracturas que han comenzado a manifestarse en la sociedad.

La renuencia a participar en grandes reuniones lleva a las personas a limitar la socialización y el entretenimiento a la comodidad de sus hogares o de los lugares locales y públicos más familiares (pubs, bares, restaurantes). El aislamiento social es la nueva normalidad para muchos grupos vulnerables, que buscan nuevas conexiones en el espacio virtual y mantienen el mismo círculo social y hábitos que desarrollaron antes del brote de COVID-19 y otros virus novedosos que le siguieron. Todo esto conduce a una disminución de la empatía y la tolerancia hacia los que son diferentes y conduce a una mayor polarización social y económica.

El sector de la cultura y las artes se fragmenta: las grandes organizaciones ven una disminución de la financiación en una economía deprimida; las de tamaño medio con altos costos fijos son eliminadas por los bajos niveles de asistencia y la tensión financiera resultante; y las organizaciones pequeñas que no están estrechamente vinculadas a sus comunidades han de encontrar formas de cambiar, haciendo una transición potencial hacia el espacio digital. Algunas organizaciones culturalmente específicas encuentran una manera de conectar con su audiencia principal, pero la financiación es un desafío para muchos, y un aumento en el extremismo implica que su trabajo se convierta en un lugar para la controversia. Existe una demanda basada en el lugar para experiencias individualizadas e íntimas a las que asisten principalmente Gen Z y algunas audiencias de la Generación Y y la Generación X, cambiando así la naturaleza de la producción artística para satisfacer los gustos de las audiencias más jóvenes y locales. Los influencers del arte, nuevos tipos de superestrellas creativas, continúan emergiendo en la esfera virtual, pero sus vidas creativas son cortas porque les resulta difícil monetizar su producción creativa. La producción artística que requiere aportaciones colectivas está en declive.

Implicaciones críticas:

  • La sociedad está aún más polarizada por el acceso desigual a los recursos clave y la atención médica, lo que hace que los grupos previamente desatendidos poco probablemente participarán en actividades artísticas.
  • La producción creativa se traslada, en gran medida, al ámbito digital y a nuevos formatos hiperlocales, a menudo impulsados por artistas individuales – en lugar de organizaciones -.
  • La falta de capacidad para reunirse en espacios públicos traslada el consumo cultural a la plataforma digital y a las actividades y búsquedas de grupos pequeños.
  • El aumento de las presiones económicas y sociales conduce a una crisis en salud mental y se anima a las organizaciones artísticas a desempeñar su papel y asociarse con proveedores de servicios sociales y de salud.

Oportunidades y desafíos para el sector de las artes y la cultura.

Vida cooperativa:

  • Una mayor participación abre las puertas a nuevas prácticas artísticas.
  • La participación cercana de la comunidad brinda una oportunidad para la «creación conjunta».
  • Las nuevas herramientas tecnológicas dan prioridad a las personas y mantienen los estándares de privacidad.
  • Alejarse de las ciudades reduce las presiones de costos para los artistas.
  • Centrarse en la justicia social y los remedios contra el racismo institucional.
  • La reducción de los viajes a gran escala implica que las nuevas opciones de audiencia sean limitadas.
  • Las empresas con ánimo de lucro pueden competir mejor por el tiempo libre que las organizaciones sin fines de lucro con problemas de liquidez.
  • La financiación filantrópica puede verse desplazada, ya que ahora se centra en otras prioridades.
  • Sentido general de complacencia que limita la innovación y la resiliencia.

Nuevos medios de reunión.

  • Existe un fuerte deseo de la audiencia por el contenido digital y en persona.
  • La colaboración entre los socios de la industria aumenta para compensar los nuevos gastos.
  • Se traslada más trabajo a ciudades pequeñas y vecindarios históricamente desatendidos.
  • Se construyen / modifican lugares existentes para adaptarse a las nuevas regulaciones de capacidad y al distanciamiento social.
  • La capacidad cae a medida que se imponen límites al número de personas que pueden reunir.
  • Los precios de las entradas también caen a medida que los ingresos disponibles se gastan en artículos esenciales.
  • Algunos consumidores se alejan de la cultura en busca de humor y «alivio ligero».
  • El turismo nacional e internacional disminuye significativamente.
  • Los vuelos urbanos (y el miedo al transporte público) reducen la asistencia en las principales ciudades.

Desintegración social.

  • Las experiencias hiperlocales y personalizadas atraen audiencias leales.
  • Se crean nuevas formas organizativas y modelos de operación (por ejemplo, inversión de impacto).
  • Nuevas disciplinas creativas que fusionan tecnología y arte conducen a otras alianzas y prácticas.
  • Las iniciativas artísticas ofrecen formas de mejorar el bienestar a través de la práctica en grupos pequeños y la participación en línea.
  • Deterioro de la vida pública.
  • La salud mental reduce la capacidad de participación cultural y artística de las audiencias.
  • La transmisión y los juegos en línea compiten con éxito con las artes tradicionales.
  • El riesgo de terrorismo en una sociedad fracturada crea más obstáculos para las reuniones grupales presenciales en lugares culturales.
  • Disminución pronunciada del turismo y la población urbana.

Conexión digital.

  • Nuevas tecnologías y mercados para el consumo digital se desarrollan rápidamente.
  • Nuevas oportunidades de financiación surgen especialmente para la programación digital y local.
  • Mayor patrocinio para artistas y creadores individuales, como «influencers», quienes hoy. progresivamente se están yendo a vivir a Andorra.
  • Mayor demanda de creatividad y aprendizaje en el hogar.
  • Visitas a eventos basados en la ubicación; las experiencias se reducen significativamente.
  • Se prioriza el entorno de financiación competitivo para las artes como impacto social.
  • Las organizaciones de arte y cultura luchan por competir con las empresas tecnológicas corporativas.
  • Se agudiza la brecha digital para los grupos de bajos ingresos y marginados.
  • La apreciación de la cultura material está amenazada.

Los escenarios futuros incluyen algunos resultados comunes.

  • Mayor enfoque en la equidad racial y la justicia social: cambio entre el liderazgo y los fideicomisarios de las artes a fin de crear un espacio para aquellos que han estado infrarrepresentados.
  • Existe una diversidad más amplia de arte y artistas representados y defendidos por organizaciones culturales.
  • Mayor escrutinio de la gestión de las artes, la financiación y la toma de decisiones programáticas.
  • Incremento de la conexión digital: proliferación de nuevos creadores y plataformas enfocadas a la producción y consumo digital.
  • Desarrollo de nuevos modelos de negocio y marcos regulatorios especializados para el ámbito digital.
  • Riesgo de mayor inequidad y profundización de la brecha digital a medida que surgen nuevas tecnologías.
  • Disminución del turismo nacional e internacional: centrándose en el desarrollo de la audiencia local y la creación conjunta con las comunidades existentes, para así profundizar en las relaciones y desarrollar nuevos tipos de experiencias culturales.
  • Cambiar de exposiciones, eventos y festivales internacionales a experiencias digitales y regionales específicas.
  • Disminución del apoyo gubernamental y / o filantrópico: necesidad de innovación en la generación de ingresos del trabajo, especialmente aquellos habilitados por lo digital.
  • Desarrollo de canales para apoyar directamente a artistas y creadores.
  • Forma y función adaptadas de la infraestructura cultural: reutilizar y rediseñar los espacios culturales para permitir el distanciamiento social y fomentar nuevos usos durante los cierres o el tiempo de inactividad.
  • Capacidades del lugar disminuidas y / o flexibles para mantener medidas de distanciamiento social y aumentar la circulación .
  • Necesidad de acción ambiental: los desastres climáticos recurrentes son motivo de mayor preocupación, y la infraestructura cultural en algunas áreas estará en riesgo. Las artes y la cultura ayudan a liderar el desarrollo de una comprensión de la acción colectiva necesaria para abordar la crisis climática.
  • Mayor atención hacia los impactos en la salud mental: más flexibilidad y apoyo para artistas y trabajadores, p. Ej. horarios de trabajo flexibles y oportunidades para el trabajo a distancia.
  • Mayor énfasis en el papel de las artes para abordar condiciones psicológicas como ansiedad, depresión, trastorno de estrés postraumático soledad.

Contempla los posibles futuros por ti mismo.

En cada escenario pregúntate:

  1. ¿Qué importancia tiene nuestra misión / propósito en este contexto?
  2. ¿Cuál sería el impacto probable en nuestro:  A/ ¿Comunidades y públicos? B/ ¿Programación? C/ ¿Generación de ingresos? (ingresos del trabajo, ingresos contribuidos y fondos) D/ Infraestructura / activos físicos?
  3. ¿Cuáles son los mejores caminos para remediar los legados del racismo institucional y avanzar hacia la equidad y la inclusión?
  4. ¿Cómo respondemos a la crisis climática y creamos un futuro sostenible?
  5. ¿Cómo podemos apoyar a los artistas y a la generación de nuevos trabajos culturales?
  6. ¿Qué fortalezas o activos tenemos para ayudar a lograrlos?
  7. ¿Qué debilidades nos lo obstaculizarían?
  8. ¿Qué nuevas oportunidades habría? ¿Cómo podemos convertirnos en «modeladores» activos del futuro?
  9. ¿Cuáles son las mayores amenazas para nosotros?

Otras preguntas que debes considerar:

  • ¿Cuáles de tus supuestos anteriores sobre el futuro necesitas repensar? ¿Qué perspectivas que parecían improbables, o para las que faltaban años, podrían acelerarse?
  • ¿Qué escenario describe mejor el mundo para el que te estás preparando actualmente? ¿Conoces algún escenario que esté siendo ignorado actualmente?
  • ¿En qué podría ser diferente su mercado / contexto local al de otras áreas del país? ¿Tu comunidad requerirá una respuesta diferente?
  • ¿A quién puede llegar y a quién no? ¿A quién no está sirviendo el mercado?
  • ¿Qué nuevas organizaciones, modelos de negocio y ecosistemas podrían surgir en respuesta a este futuro? ¿Cómo puedes posicionarte para aprovecharlos?
  • ¿Qué futuro sería más desafiante? ¿Cómo puedes mitigar esos impactos?
  • ¿Sobre qué capacidades, asociaciones y estrategias necesitas aprender más?

Consultas: gestion@evemuseos.com

Recursos:

EAE Consulting y Wallace Foundation (2020): Navigating Uncertain Times. A Scenario Planning Toolkit for the Arts & Culture Sector.


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