Cómo se Inicia un Museo

Cómo se Inicia un Museo

 

Generar una idea que se convierta finalmente en un museo puede ser un proceso desafiante y muy complejo. Para centrar este tema nos apoyaremos en los jefes y fundadores de cuatro museos recientemente abiertos, ya que pueden regalarnos recomendaciones sobre los pasos que debemos considerar. Estas cuatro instituciones difieren en materia de colecciones y tamaños, así como en sus ubicaciones; cubren tres continentes diferentes. Fueron varios aspectos y opiniones los que surgieron de la experiencia de estos cuatro profesionales, y es lo que nos interesa hoy. No valores este artículo como una guía exhaustiva, sino como una referencia para comenzar a pensar en abrir tu museo.

El primer paso consiste en tener una idea principal; puede ser un concepto, un museo infantil o algo completamente diferente. Gretchen Wilson-Prangley, fundadora y directora ejecutiva de Play Africa, decidió abrir el primer museo para niños en Sudáfrica, después de visitar con sus hijos el Museo Imagine Children, a las afueras de Seattle. Nos explica que su visión era la de «un espacio seguro y amigable para los niños donde pudieran jugar, aprender y soñar» en Johannesburgo. Carey Cranston, director del Museo de Escritores Americanos de Chicago, EE. UU., comenta que el museo fue impulsado por personas que sentían la enorme necesidad de que existiera una institución de este tipo, ya que no existía nada parecido en los Estados Unidos. Bridget McKenzie fundó el Museo del Clima del Reino Unido en 2018, porque «el cambio climático está provocando cambios rápidos en el planeta, en nuestra política, y nosotros como humanos, en nuestro sentido de cuidado del patrimonio y de todo tipo de personas, necesitamos apoyo para afrontar estos cambios».

Tradicionalmente, los museos se han fundado alrededor de una colección, que puede versar sobre cualquier tema. Algunos, son una combinación de una variedad de objetos e ideas. Emma Balch se inspiró en la ciudad de los libros de Hay-on-Wye para crear The Story of Books, «un museo en funcionamiento donde se narran historias acompañadas de una colección de objetos, libros y equipos específicamente exhibidos para este propósito».

Después de tener la idea para el museo, el siguiente paso es aprender tanto como sea posible sobre el área temática elegida. Este proceso de recopilación de información debe cumplir varias funciones. En primer lugar, te ayudará a desarrollar y refinar tu idea. Ponte en contacto con expertos y otras instituciones que puedan ayudarte a comprender mejor lo que deseas lograr. Wilson-Prangley dedicó el primer año a hablar con personas de Johannesburgo y de todo el mundo para asegurarse de que estaba creando algo «significativo y útil» para las comunidades a las que quería servir. Se reunió con profesionales terapeutas de juego, artistas, líderes comunitarios, defensores de los derechos del niño y mucha gente más, para tratar de refinar la misión de Play Africa. Otorgó mucho crédito a los museos para niños de todo el mundo, incluidos los de Illinois, Mississippi y El Salvador, que le brindaron tiempo y consejos para su museo. El American Writers Museum se acercó a personas que apoyaron el museo; incluso ganó una subvención de planificación de la National Endowment for the Humanities que permitió a sus fundadores consultar con escritores, editores, académicos y otras personalidades del país. Cranston aconseja: «Involucra a tantas personas como puedas para poder tener una visión lo más amplia posible de lo que desees crear».

Esta segunda fase de aprendizaje, también te permitirá conocer los detalles de la gestión de un museo. Los profesionales pueden darte consejos sobre la estructura real que debe tener tu concepto de museo (a menudo relacionada con el tema) o ayudarte a comprender las necesidades operativas a la hora de administrar una institución. Balch leyó todo lo que pudo encontrar sobre el tema que le interesaba. Escuchó charlas relevantes en línea, visitó museos y centros culturales importantes, y asistió a conferencias. Contactó con gente de su red, incluido Jim Richardson, fundador de MuseumNext, para determinar la mejor dirección para su museo.

En tercer lugar, la etapa de recopilación de información que afrontemos nos permitirá construir una red de seguidores. Ese apoyo puede ser un soporte filantrópico futuro, o podrá convertirse en una asistencia de tiempo o experiencia, como, por ejemplo, un abogado que te ayude con los aspectos legales en la creación formal de tu organización. Las sesiones de recopilación de información cumplen múltiples funciones a la vez. Las conversaciones con otros profesionales sobre la misión de tu futuro museo también pueden ir orientadas hacia el apoyo financiero, además de proporcionarte apoyo moral y emocional. Balch declaró que el estímulo recibido por parte de otros profesionales de museos aportando su experiencia «le dio [a ella] la confianza para seguir adelante».

Después de esta etapa de creación de redes, debes comenzar a pensar en la estructura de tu museo. Existen tres áreas críticas en las que tendrás que pensar. La primera tiene que ver con la estructura legal de tu organización, que dependerá en gran medida de las leyes del país en las que estés trabajando. ¿Se trata de una organización benéfica o sin ánimo de lucro que dependerá de la filantropía? ¿O pretendes que sea una empresa social? The Story of Books ha elegido ser una empresa social «que utiliza el mercado para lograr nuestros propósitos sociales, en lugar de generar ganancias por el bien de las ganancias». La estructura también afectará a la forma en que financies tu organización, por lo que es importante pensar críticamente sobre esos temas.

Una vez que hayas decidido la estructura de tu museo, deberás presentar la documentación oportuna ante el gobierno local, y abrir cuentas bancarias para manejar fondos y otras necesidades operativas. Wilson-Prangley afirma que a ella le llevó más tiempo del que había previsto, por lo que sugiere comenzar a trabajar cuanto antes.

En segundo lugar, está la cuestión de organizar un staff formal para tu museo. ¿Tendrá éste una junta de gobierno o juntas de apoyo con personas que ayudarán operativamente al museo, garantizando el buen funcionamiento de la institución y facilitando los objetivos filantrópicos? Wilson-Prangley aconseja incluir a personas «que agreguen valor y den forma a los valores que se trata de construir». Cranston señala que las juntas son instrumentales porque sus miembros «ofrecen su tiempo y dinero como voluntarios, invirtiendo en la idea realmente» antes de que se disponga siquiera de personal. Según ha declarado: «era esencial que dispusiéramos de un grupo de personas con gran experiencia». Pero un museo puede tener otras estructuras organizativas y no ser algo tan formal. The Story of Books establece para los grupos cinco categorías: museo/archivos, publicación, educación, artista/creador, sin ánimo de lucro, para cada proyecto, independientemente de cuán grande sea. Balch explicó que quería que el museo fuera más informal y democrático, y que aportara muchas voces y perspectivas para cada proyecto.

En tercer lugar, debes decidir cómo vas a posicionar tu museo en el mundo. ¿Tendrá una ubicación física? ¿Necesitará una localización permanente para abrir sus puertas? ¿Existirá en el marco de otras instituciones? ¿Existirás únicamente en línea? ¿O será un híbrido de todo esto? Obviamente, el formato real de tu museo tendrá un impacto directo en tus necesidades de financiación. Precisarás mayores fondos para una ubicación permanente que para un museo en línea. Una ubicación física puede ser excelente si planeas ofrecer una programación de actividades y clases. Esta decisión, junto con la estructura y la financiación del museo, también afectará a tu necesidad de personal. Si se trata de un museo en línea, precisarás de menos miembros del personal.

La mayoría de la gente piensa que el espacio físico es una necesidad imperiosa para un museo, pero dependerá de lo que quieras hacer. Wilson-Prangley explica cómo planearon para un espacio concreto; pero finalmente la ubicación fracasó y, junto con ella, algunos fondos críticos. Entonces decidieron que no era necesaria una ubicación física para abrir Play Africa: la ciudad se convertiría en el museo. Play Africa encontró espacios de bajo costo en las comunidades y comenzó a crear prototipos en parques, escuelas y muchos otros lugares. Wilson-Prangley explicaba: «vimos que los niños no requerían 26 millones de dólares para pasar un buen rato, solo necesitábamos brindarles una experiencia que no podrían obtener en otro lugar». Finalmente consiguieron espacio para el museo físico en una antigua prisión en Constitution Hill, Johannesburgo. Sin embargo, señaló que «una vez que dejamos de lado esa idea de ladrillos y mortero,  descubrimos quiénes podíamos llegar a ser».

Climate Museum UK, por otro lado, habla de diferentes opciones: un museo emergente que se puede llevar a otras instituciones y espacios, un museo digital de arte climático, efímero y con diseño ecológico, recorriendo pueblos y ciudades.

Por otro lado, la ubicación es una consideración importante si decides tener un establecimiento físico, porque afectará al tráfico y a la visibilidad. Cranston explicó que los fundadores eligieron Chicago para el museo después de revisar ubicaciones en todo Estados Unidos; querían que el museo estuviera localizado en Michigan Avenue, en pleno corazón de Chicago. The Story of Books fue un caso similar al de Play Africa: Balch se asoció con un negocio fuera de la ciudad que proporcionaría la ubicación, pero no llegó a funcionar. En cambio, The Story of Books encontró un hogar en Hay-on-Wye. Balch sintió que aquella decisión había fortalecido al museo, ya que podía beneficiarles el acceso de gran número de personas a la calle principal.

Hacer correr la voz es otra consideración importante. ¿Cómo conseguirás que el público acuda a tu museo? Llegar a comunidades, como lo hizo Play Africa, permitió que, desde ellas, creciera el público. Algunas instituciones utilizan campañas de marketing para correr la voz, mientras que otras disponen de presupuestos limitados. Pero deberás asegurarte de que tu público objetivo sabe que existes para que pueda visitarte. Los precios, los horarios de atención, las opciones de transporte público, etcétera, también tendrán un gran impacto en todo esto.

Después de todo este duro trabajo, abrirás las puertas de tu museo, sea lo que sea que eso signifique para tu institución. Sin embargo, a medida que tu museo crezca, deberás refinar y ampliar tu misión constantemente. Algunos procesos funcionarán, pero otros no. La misión y las personas que apoyan a la institución (el personal, las juntas, la red) te ayudarán a lograr tu propósito. Es probable que el museo vaya cambiando, a medida que descubras qué funciona y qué no. Varios directores explican que la flexibilidad es esencial para el proceso de creación de un museo. Balch y Wilson-Prangley afirman que el siguiente paso es crear «prototipos» del museo con el público (museo participativo). Como se mencionó anteriormente, Play Africa se benefició de la creación de los prototipos de las clases y talleres en todo Johannesburgo, algo que ayudó al museo a crear contenido relevante y significativo para su público objetivo. Antes de abrir su espacio físico, el American Writers Museum contaba con una exposición física sobre seis escritores que anduvo por Chicago, instalándose en bibliotecas y otros lugares públicos. Crayton explica que es importante poder reaccionar y «estar dispuesto a hacer cambios basados ​​en las reacciones del público al espacio» o la programación. De esta manera, puedes evolucionar constantemente como institución y crear las mejores exposiciones y programación para tu público, variando la visión cuando haya cosas que no funcionen, y fortaleciéndote a partir de las experiencias que vivas.

Todos estos directores también reconocieron que el proceso puede ser muy duro. Es más difícil crear algo desde cero, sin la ayuda de una gran institución o donantes «de peso» que puedan proporcionar la estructura, la mano de obra y los fondos para hacer realidad el sueño, algo obvio. Cuando se les preguntó qué les hubiera gustado saber cuando comenzaron, Balch declaró: «desearía haber sabido que todo iba a acabar bien. Hay momentos en los que nada funciona y te sientes solo. Tienes que cavar muy profundo y decirte: «realmente vale la pena luchar tanto por esto».

Recurso bibliográfico:

Elisa Shoeberger (2019): How do you start a museum? Advice from four museum leaders who’ve done it. Museum Next, 224 – 228 Park View, Whitley Bay, Reino Unido.


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