Creatividad Aplicada a la Práctica del Museo

La creatividad en la práctica del museo es un gran recurso, algo muy importante para cualquier profesional de museos que busque nuevas formas de pensar y apreciar el ámbito de trabajo de sus organizaciones. Son muchas las ideas que se pueden probar, generando entre todos opciones a las que podremos recurrir nosotros, los profesionales de los museos, para aprender más sobre el proceso creativo.

Pero, no solo se trata de promover la práctica creativa en la propia institución del sector. Se requiere un cambio de mentalidad del personal profesional, del museo en su conjunto y del contexto del mismo. Los museos tienden a convertirse en islas; la información sobre éxitos y errores rara vez se comparte, en detrimento del beneficio museístico global. Se debe producir un cambio que no solo evidencie los éxitos, sino que también ponga en valor el esfuerzo por ser más transparentes y por ayudar a las diferentes entidades a aprender de los errores de los demás. Esta es una información muy valiosa para construir futuros proyectos con rigor y seriedad.

Una aspecto importante que debemos tener muy presente es que no hace falta ser especial o superdotado para ser creativo. Innovación y creatividad son habilidades que cualquiera es capaz de desarrollar con una mente abierta y algo de curiosidad. El personal de los museos también puede potenciar sus roles de liderazgo dentro de una organización, ya sean miembros de la junta, directores ejecutivos, novatos o voluntarios. Todos desempeñamos un papel importante en el desempeño de la capacidad creativa en nuestras respectivas instituciones.

«Sin cambio no hay innovación, creatividad o incentivo para mejorar. Aquellos que inician el cambio tendrán una mejor oportunidad para gestionar transformaciones que son inevitables». — William Pollard.

Defender una mayor creatividad en el lugar de trabajo es más que alentar a las personas a expresar su individualidad. Se trata de plantear » los viejos problemas» desde nuevas y diversas perspectivas.

El campo museísticos y del patrimonio ya dispone de un gran numero de personas que hacen muchas cosas interesantes. La mayoría de nosotros todavía luchamos cada día por atraer a más visitantes, aumentar nuestra capacidad económica y habilitar al personal profesional para que alcance su siguiente nivel. Parece como si nos ocupáramos siempre de los mismos problemas de la misma manera. Encontrar soluciones innovadoras que cambien el juego representa un verdadero desafío.

¿Cuándo fue la última vez que tu museo propuso algo realmente nuevo, creativo e innovador? ¿Cuándo hace que probaste algo que podría fallar?

Abraza la creatividad: deja de temer la posibilidad de un fracaso; este es solo un paso en el camino hacia el éxito.

La creatividad no se limita únicamente a «unos pocos». Décadas de investigación han demostrado que todos tenemos un potencial creativo. Aprender a ejercitar los  «músculos creativos» puede brindarnos información más valiosa y útil para resolver problemas.

Usar técnicas creativas es algo más que sentarse y proponer una lluvia de ideas. Aunque ésta puede ser parte importantísima de un proceso, el brainstroming constituye solo uno de los muchos elementos que componen un proceso creativo.

Otros métodos para probar podrían ser los siguientes:

1. Polinización cruzada. Comienza a interesarte por publicaciones y otros medios que normalmente no sigues. Es posible que te sorprendas de las conexiones que se puedan hacer accediendo a esa información.
2. Cambia tu estado de ánimo. Tómate un descanso y trabaja en otra cosa por un tiempo – si te lo puedes permitir -. Cuando regreses, lo harás desde una nueva perspectiva.
3. Vuelve a plantear el problema. Pregúntate: «¿Cuál es, realmente, mi objetivo?».
4. Lánzate a crear múltiples ideas. En lugar de centrarte en una sola opción correcta, elabora una lista completa de posibles soluciones, aunque algunas puedan parecer poco probables o descabelladas. Podría ayudarte a generar una combinación de ideas que sean justo lo que necesitas.

Evidentemente, esta no es una lista completa de procesos de pensamiento creativo. Existen incontables recursos, disponibles tanto en línea como en la biblioteca o librería local, que pueden ayudarte a convertirte en un pensador más creativo.

Aprovecha al máximo tu capacidad de resolución de problemas y trabajo, ampliando los métodos creativos que puedes llegar a utilizar a tu favor.

La polinización cruzada es un método interesante pero susceptible de hacer conexiones. Consiste en tomar información aparentemente aleatoria y combinarla para crear algo diferente e innovador. ¿Qué habilidades necesitas para ser un polinizador cruzado exitoso?:

1. Sé curioso. Es una gran cualidad, fundamental para llegar a ser más creativo e innovador. El deseo de explorar, investigar y aprender te llevará a fascinantes descubrimientos.
2. Tener muchos intereses y seguir las tendencias en otros campos. Piensa en cómo los procesos de diferentes industrias pueden combinarse para lograr un nuevo propósito. Tomemos, por ejemplo, tiendas de comestibles y museos, muy diferentes tipos de organizaciones con distintos propósitos. Sin embargo, el escáner de código de barras, tan comúnmente utilizado en una tienda de ultramarinos, es también una herramienta útil para la gestión de las colecciones y el control de inventario.
3. Mantén una mente abierta. Las nuevas ideas llegan mejor a aquellos que son receptivos con otras personas, culturas, teorías, opiniones y tecnologías.
4. Conviértelo en pasatiempo. No solo estarás comprometido e inspirado, sino que además podrás establecer una conexión que puede ayudarte a resolver un problema en tu trabajo. Asistir a una clase de jardinería podría derivar en la planificación de un nuevo jardín para un lugar de historia viva.
5. Habla con mucha gente y comparte información activamente. Vete a comer con un colega de un departamento o ámbito distinto, de otro museo, o que trabaje en un campo diferente. Comparte noticias interesantes con compañeros de trabajo, especialmente si provienen de una fuente que probablemente no siguen.
6. Sé un aprendiz de por vida. Busca, siempre, el camino del conocimiento.
7. Valora las limitaciones como un desafío interesante, más que como una barrera. Mira Master Chef, Monster Science o cualquiera de los mil millones de reality shows – sin exagerar – que echan en la televisión. Verás algunos ejemplos realmente buenos de cómo las limitaciones pueden resultar ser un desafío muy valioso para un proyecto. Haz un traje de baño con pelotas de playa; un pastel con puré de patatas; se trata de generar una idea. Los museos conviven, constantemente, con numerosas limitaciones: no gastes dinero; no dañes los objetos; no trates mal al donante. Somos maestros en el manejo de las restricciones.

Si te has perdido la cultura de los creadores, te has perdido algo mágico y hermoso. Desde videos instructivos, hasta información de código abierto y bricolaje, es sorprendente lo que la gente puede lograr compartiendo información con otros. Una búsqueda rápida en Internet para «movimiento de creadores» te hará llegar a cientos de recomendaciones para hacer de todo, desde el uso de impresoras 3D hasta tejer un árbol. Si realmente quieres probar algo nuevo y divertirte, hackéalo, interprétalo tú mismo. Todo lo viejo puede volver a ser nuevo.

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