Una exposición ha de narrar una historia al visitante. El diseño de una exposiciones debe atraer a las personas a través de sus sentidos:
- Generando estímulos visuales, que constituye la solución más potente y memorable.
- Creando sensaciones, como la audición, que es inmediata y asociativa.
- Utilizando palabras y lectura, aunque requieren un mayor esfuerzo y procesamiento mental.
Antes de empezar.
El diseño físico de una exposición debe ser un proceso planificado y secuencial. Está basado, en gran medida, en la creación de una estructura que garantice su funcionamiento. El diseño surge tras la toma de decisiones sobre lo que se va a exponer y por qué. La trama de la narrativa nos dará una idea de la cantidad de espacio que vamos a necesitar, la ubicación de los objetos y la secuencia ordenada a través de la cual los visitantes se moverán alrededor de la exposición.
El mensaje de la exposición es una guía esencial para el diseño.
La planificación básica:
Organizar una exposición implica afrontar un conjunto de tareas que es poco probable que cambien mucho, independientemente del tamaño y el alcance de nuestro proyecto particular de exposición. Las principales variables serán la cantidad de tiempo asignada a cada tarea, el número de personas involucradas y la existencia de algún trabajo de construcción por hacer.
Etapa uno: la planificación:
- Planificación general y elaboración del presupuesto y cronograma.
- Redacción del resumen / desarrollo de la narrativa de la exposición.
- Recogida delos objetos y del material para su visualización.
Etapa dos: desarrollo del diseño:
- Evaluar los objetos y realizar un diseño general de la exposición, incluyendo gráficos, marca, títulos y cualquier otro material de soporte.
- Requisitos finales para iluminación y exposición ( bases, vitrinas, etcétera).
- Obtención de presupuestos para cualquier trabajo de producción.
Etapa tres: producción:
- Redacción de cartelas.
- Construcción de zócalos, determinando el tiempo para secar y desgasificar la pintura (la liberación de humos de las pinturas), e incluyendo barnices y ciertos materiales de construcción; permitir al menos dos semanas.
- Preparar el espacio de la exposición (eliminar muebles no deseados, accesorios, herramientas, etcétera, antes de limpiar, pintar y afrontar la instalación final).
- Producción de gráficos (reproducción de fotografías, paneles gráficos planos / de texto, o letras de vinilo para un muro con el título de la exposición).
Cuarta etapa: instalación y finalización:
- Impresión de las cartelas.
- Organización de la iluminación.
- Instalación de zócalos, vitrinas, gráficos, etiquetas y otros materiales de apoyo para la exposición.
- Colocación de objetos en vitrinas y bases.
- Apertura o lanzamiento de la exposición.
Iluminación.
Alineación horizontal a la parte superior de los objetos con la línea central medida 1500 mm desde el suelo. Lo más importante que debes saber acerca de la iluminación es que la sobreexposición de los objetos a niveles altos de luz puede causarles daños irreversibles. Las fotografías, las telas y los recortes de periódicos se desvanecen a niveles de luz total después de meses de exhibición. El nivel de luz se mide en lux. Los dispositivos de medición conocidos como medidores de luz se pueden comprar a precios relativamente bajos en las tiendas de electrónica.
Podrás gestionar la iluminación de tu exposición:
- Limitando el tiempo de exposición de los objetos a altos niveles de lux.
- Reduciendo el nivel de lux de la iluminación eléctrica a 100 lux, empleando un sistema de atenuación y medidor de luz.
- Reduciendo la cantidad de luz natural, mediante persianas o películas de UV aplicadas directamente a los cristales de las ventanas.
Contratar a un museógrafo.
Si tu proyecto es muy grande, considera la posibilidad de contratar a un museógrafo local para que diseñe tu exposición. Puede ayudarte a aprovechar al máximo tu proyecto y tu presupuesto, con el uso de su experiencia y conocimiento del diseño museográfico, la mecánica y gestión de los proyectos. Un museógrafo trabajará sobre una tarifa fija, o con una tarifa por hora. Trabajar con una tarifa por hora suele dificultar la evaluación del costo final, mientras que una cotización de tarifa fija le otorgará un mayor control sobre su presupuesto.
Una cotización de tarifa fija se calcula sobre el número total estimado de horas, y según la información que proporciones al profesional para que haga un cálculo de tiempos. Si hay cambios en las instrucciones originales (por ejemplo, cosas que se te olvidaron decirle o porque has cambiado de opinión), cuenta con una variación en el costo final. Por lo tanto, es importante que le des la mayor cantidad de información posible. Esto generalmente se lleva a cabo mediante un documento escrito simple, o a través de un breve resumen con lo siguiente:
- Objetivos del proyecto.
- Presupuesto de montaje y el calendario.
- Información sobre los proveedores.
- Ubicación de la exposición.
- Información sobre el visitante (por ejemplo, nuestro público objetivo)
- Documento con el contenido de la exposición por escrito, incluyendo los objetivos de comunicación.
- Información sobre los objetos (fotografiados y medidos, que proporcionan altura, profundidad, peso y anchura).
- Otros elementos auxiliares que deben ser incluídos, como asientos, monitores, gráficos, título de pared, textos.
- Cualquier otro parámetro, por ejemplo, si la exposición se aloja en un edificio con una orden de conservación.
Ese informe debe especificar el alcance del trabajo involucrado y aclarar las responsabilidades de cada cual. Cuando contrates al museógrafo, todos los detalles del trabajo deben estar claramente descritos en un acuerdo firmado, además de contar con los procesos y plazos acordados.
Normalmente, las responsabilidades de un museógrafo incluyen:
- Realizar una medición precisa del espacio de la exposición si no hay planos disponibles.
- Proporcionar un concepto de diseño para su aprobación.
- Proporcionar un diseño de exposición de objetos así como un plan de iluminación.
- Proporcionar documentación de diseño y construcción.
- Asistir a reuniones.
- Supervisar la producción y el montaje de la exposición.
- Cumplir con el calendario y con el presupuesto.
Entre las responsabilidades del organizador de la exposición están:
- Facilitar el contenido de la exposición (objetos, gráficos, videos, sistemas multimedia, etcétera).
- Aportar la documentación del objeto.
- Proporcionar los textos.
- Organizar y supervisar el trabajo de los electricistas y otros técnicos.
- Gestionar todos los aspectos del presupuesto y pago de proveedores.
- Identificar quién firma en el proyecto y coordinar su aprobación.
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Un comentario en «Guía Básica del Diseño de Exposiciones»