Llevamos unos años inmersos en una era de rápido crecimiento e integración entre la dimensión física y virtual, así como de constantes contradicciones y fricciones entre estas dos esferas de la experiencia humana. No se trata de una condición temporal, sino de un proceso permanente y a largo plazo; ha venido para quedarse. Algunos museos están ya muy involucrados con todo esto de lo digital pero, aún así, todavía hay un largo camino que recorrer, y mucho que avanzar para enriquecer su papel y evitar volverse irrelevantes, o percibidos como tales por la sociedad.
Por lo tanto, el «verdadero museo» se convierte en una combinación de todos los elementos involucrados en un proceso interminable de «devenir», gracias a la rápida evolución de la escena tecnológica.
Lo cierto es que las conclusiones que se recogían en una frase de la primera conferencia internacional «Museos e Internet» en 1998 (no hace tanto), ya no son posibles. Era algo que sonaba así:
«Dejad que el museo sea un museo, y una web que sea una web».
Ambas dimensiones se hallan actualmente inextricablemente conectadas, y la noción del museo virtual encuentra su posible evolución en el desarrollo de la relación entre estas dos entidades; una bastante tangible (el contexto del museo físico) y la otra (Internet) totalmente inmaterial, unos y ceros, pero enormemente influyente en términos de pensamiento museológico ahora mismo y para las próximas décadas.
El profesor Paolo Paolini, ofrece un ejemplo muy interesante de este cambio de paradigma, al ilustrar el caso del Museo de Arte Moderno de San Francisco:
«Consideremos, por ejemplo, el caso de SFMOMA, el Museo de Arte Moderno de San Francisco, con su galardonado sitio web (www.sfmoma.org). El museo fue fundado en 1935 y actualmente posee más de 27.000 obras de arte. Su presupuesto total es de aproximadamente 30 millones de euros por año, con unos 600.000 visitantes anuales. El costo de la primera versión del sitio web, creado en 1995 (cuando la mayoría de las instituciones culturales ni siquiera conocían la existencia de la tecnología web) fue de aproximadamente 7.000 euros. La última revisión, completada en 2008, costó 400.000 euros (sin incluir los costos de revisión del contenido, que fue asumido por los departamentos involucrados, empleando alrededor de 17 trabajadores)».
La versión actual del sitio web del SFMOMA es impresionante: más de 9.000 objetos disponibles para su búsqueda, más de 5.000 visualizaciones interactivas, 350 archivos de video, 200 archivos de audio, recursos educativos para profesores, una revista bimestral en línea, una sala de prensa en línea, un blog, una tienda en línea, aplicaciones descargables (en iTunes y Apple Store) y su omnipresente presencia en todos y cada uno de los espacios sociales en red (Facebook, Twitter, YouTube, Flickr, etcétera). Es importante destacar que los recursos financieros para mantener y desarrollar aún más el sitio web, están incluidos en el presupuesto ordinario del museo, y no provienen de otras fuentes ni se hallan en el marco de proyectos especiales. Como consecuencia, la comunicación a través de un sitio web se ha convertido en parte de una misión ineludible del museo, y no en algo adicional o accesorio. Sus usuarios de Internet son 2.8 millones por año – ¡4,5 veces el número de visitantes físicos! Y seguimos pensando: ¿consideran las instituciones culturales que esta comunidad de usuarios de Internet es menos relevante que la de visitantes reales?
En EVE Museos e Innovación trabajamos enseñando y conferenciando sobre diferentes campos de la innovación museológica moderna, museografía didáctica, museos comunitarios, comunicación institucional, marketing y gestión de museos, programas de identidad institucional e innovación museográfica aplicada a las exposiciones.
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Fotografía principal: Stax & Cane