La industria turística está creciendo mucho mas rápido que otros sectores de la economía. Las posibilidades de desarrollo del turismo están, a su vez, estrechamente conectadas con otras ramas de la economía. En esta industria, las tendencias que más han progresado han sido los viajes culturales y de naturaleza, en los que el medio ambiente, ya sea construido o de paisaje, tiene un papel muy relevante a la hora de tomar decisiones sobre el destino final del viaje.
Por esta razón, creemos que los museos tienen una función muy importante respecto a las posibilidades de que los viajes con destinos motivados por razones de búsqueda cultural, crezcan aún más. Estos son destinos importantes para muchos viajeros, y crean grandes posibilidades de crecimiento para la propia industria turística de perfil local. Se trata de un sector activo que contrata a centenares de miles de personas, y su impacto económico, en todos los países sin excepción (salvo los que tienen conflictos armados, o están bajo amenaza terrorista), es indiscutible. Es una industria de crecimiento imparable, con una enorme necesidad de contratación de mano de obra, y con una gran relevancia para la economía en ámbitos fundamentalmente regionales.
Nuestro artículo de hoy, pretende reflexionar sobre el papel de los museos en este contexto operacional. Se ha observado que los visitantes a los museos gastan una buena cantidad de dinero fuera del mismo, en comparación con lo que se pueden llegar a gastar dentro del museo, cantidad que resulta casi irrelevante. Este dinero de los visitantes supone una fuentede ingresos muy importante para las economías regionales. Los restaurantes, hoteles, servicios de transporte y comercio minorista son los principales beneficiarios, pero también, indirectamente, las administraciones locales reciben su porción del pastel de dinero. Esto es, se incrementan los ingresos públicos que se reciben de los impuestos, lo que puede facilitar también, si las políticas sociales son las adecuadas, señor que anda deprisa, la mejora de la calidad del empleo para los sectores económicos locales. A pesar de que la tarea principal que deben desempeñar los museos tiene que ver con los valores del conocimiento cultural, no obteniendo normalmente beneficio alguno en su cometido, el impacto económico que producen los museos es indiscutible. España, entre otros, es un enorme parque temático turístico de temporada «full time», ¿aún no nos hemos enterado?
Los visitantes de los museos son personas con una educación superior al nivel medio general de la población. Sabemos que normalmente solo una parte pequeña de la población local visita sus propios museos pero, quien los visita, lo hace por los demás, es decir, varias veces. De acuerdo con los resultados que vemos en algunos estudios, los visitantes suelen pertenecer al grupo social de profesionales de mediana edad, con responsabilidades de dirección, empleados de empresas y expertos. En muchas personas que entran dentro de este tipo de perfil, resulta recurrente el hecho de que tienen ingresos más altos que la media social. Los estudios suelen concluir diciendo que las rentas más altas gastan mucho más dinero en viajes y excursiones. Por todas estas razones, el impacto económico de los viajes que realizan los visitantes de los museos es más grande que el de otro tipo de turistas.
Este impacto económico que generan las visitas a los museos fue primeramente evaluado a nivel del propio visitante individual. En una simple evaluación del impacto, se excluye a los habitantes locales que ya gastan dinero en sus localizaciones y que nunca visitarán los museos. La demanda adicional calculada y asignada al gasto de cada visitante del museo, pudiera ser de media mínima (en occidente) de 32,80 euros. Esta es una suma que puede utilizarse como base para futuras estimaciones evaluativas, y que muestra el gasto mínimo por visitante del museo, como ya apuntábamos.
Existen evaluaciones alternativas que utilizan análisis estadísticos. En este caso, también se excluyen los gastos que no se asignan a cada región. Mediante el uso de este modelo, se determina la toma de decisiones de los turistas con relación al gasto, examinando a los turistas diurnos y nocturnos por separado, los que no pernoctan y los que lo hacen. El gasto medio por visitante diurno se estima en unos 15,20 euros, y el de los que pernoctan en 73,80 euros. El gasto medio de los visitantes, incluidos todos en esta misma estimación, es de casi 50 euros. Esta estimación es bastante más alta que la realizada anteriormente, la de los 32,80 euros, y las diferencias resultan del cálculo realizado a partir de los diferentes puntos de partida de cada uno de los visitantes.
En la escala de una economía regional tipo europea, por ejemplo, los museos, con sus efectos e impactos multiplicadores en la economía local, pueden llegar a proporcionar un impacto económico adicional de entre 350 y 500 millones de euros anuales en sus correspondientes regiones. Estas son grandes cantidades de dinero a ingresar, teniendo en cuenta que la inversión media para la financiación de los equipamientos museísticos, en zonas económicamente más avanzadas y desahogadas, es de 75 millones de euros anuales de media. El aumento de la ganancia total que los museos regionales pueden llegar a proporcionar es, por tanto, cinco veces mayor. La proporción del impacto que en estos ingresos tienen los turistas extranjeros, no nacionales, es de una quinta parte. A quien no le den estos números, es que hago está haciendo mal. Nuestra impresión es que no son pocos los que lo están haciendo rematadamente mal.
La actividad y el papel de los museos a menudo son valorados a partir de sus objetivos principales, exclusivamente relacionados con sus valores de aportación del conocimiento cultural a la sociedad. Los estudios nos muestran que el papel de los museos, en cuanto a ser participantes económicos activos, es muy importante para la activación de la economía local de sus regiones. Los gastos se producen principalmente fuera de los museos, por lo que el dinero que generan las entradas, en aquellos museos que las cobran, tiene un impacto mínimo en la economía.
El aumento de los ingresos generados por el turismo está relacionado con el uso versátil y flexible que hacen los turistas de los diferentes servicios. Los ingresos recibidos a partir de la localización del museo se traducen en poco dinero percibido por el museo, pero en cambio repercuten, sobre todo, los gastos de otros turistas que son un múltiplo exponencial respecto al gasto por compra de entradas al museo. La compra de bebidas, comida, transporte, comercio y alojamiento hace irrelevante el dinero que ingresa el museo con las entradas. Estos servicios auxiliares forman en conjunto una entidad económica superior en la que los museos juegan el rol de reclamo, no tanto el de actor generador de recursos. Esa es la fría realidad por la que el modelo de ecomuseo se impone a cualquier otro planteamiento de revitalización económica local, por muy bueno que sea.
Foto principal y para redes sociales: Murad Osmann (Enhorabuena Natalia y Murad, os deseamos lo mejor en este hermoso nuevo viaje vuestro…)