Hay quien define a los ecomuseos como «museos sin paredes», aquellos que guardan un patrimonio que convive en un área geográfica determinada, pudiendo ser ésta un paisaje histórico, una zona cultural y natural protegida e interpretada, o no. Un ecomuseo ofrece la oportunidad de conservar los vestigios de la evolución histórica en su contexto real, algo que los museos tradicionales no pueden hacer normalmemente. Un ecomuseo permite la interpretación integral de las características concretas de una zona, como son los sitios arqueológicos, los objetos recuperados, los edificios, el medio ambiente natural y los residentes locales, en relación a las cualidades tangibles e intangibles de su memoria colectiva, las tradiciones orales y el folklore. Un ecomuseo requiere el apoyo y la participación directa de las comunidades locales para poder ser eficaz de cara al visitante. Los ecomuseos tienen sentido si están perfectamente acoplados a la comunidad donde se encuentran.
Edificios comunitarios
Cuando los edificios pierden su utilidad, cuando ya no disponen de su capacidad original, pueden ser adaptados para servir a otras necesidades de la comunidad. Los gobiernos municipales han de tener una lista de prioridades públicas en materia de inmuebles: Oficinas administrativas públicas, bibliotecas, aulas de arte, salas de exposiciones, salas de reuniones públicas, y así sucesivamente, de modo que cuando los edificios históricos se encuentren disponibles, puedan ser adquiridos para satisfacer esas necesidades – siempre que haya dinero -. Este enfoque asegura que la conservación del patrimonio sea parte de un plan y que existe un propósito, que permitirá que el proyecto se afronte por etapas distribuidas en el tiempo, así el coste de ponerlo en funcionamiento se podrá alargar en un período de tiempo más largo que lo hará más asequible.
Por otra parte, la rehabilitación de edificios, con el fin de darles un uso residencial o comercial, puede aportar vida a las zonas más antiguas de la ciudad. Volcando la atención sobre estos edificios, se puede promover la revitalización del vecindario, o simplemente llevar a cabo un proyecto que permita que la gente viva y trabaje en un lugar especial.
Preservación
Si hablamos de la preservación de los objetos que la gente fabrica o usa, al igual que en el caso de los edificios, la cuestión principal es encontrar el equilibrio entre un cuidado adecuado del objeto y su acceso y uso público. Estos objetos forman parte de nuestra cultura material y juegan un papel importante en la tradición y en el aprendizaje. Debemos tener en cuenta que dichos objetos podrán integrarse en una colección en función de su importancia histórica, su rareza y condición, para decidir qué nivel de preservación y qué tipo de uso es el apropiado darles. Por ejemplo, muchos museos desarrollan un sistema concreto para clasificar objetos, y detectan que , en ciertos casos, algunos requieren un alto grado de protección, mientras que otros resultan más adecuados para su uso «práctico» en actividades didácticas.
Colecciones privadas
Si disponemos de nuestra propia colección, antes de tomar la decisión de abrir un museo nuevo, debemos tener en cuenta que existen muchos excelentes museos que ya están operando y que podrían beneficiarse de ella, considerándola como una donación o préstamo. Podemos comenzar a colaborar con el museo siempre que hayamos contrastado previamente que se trata de un museo profesional y responsable. También se pueden generar formas de colaboración que van más allá de la donación, enviando voluntarios a al museo y aumentando así aun más el nivel de contribución. Si deseas que tu colección permanezca cerca de ti, considera todas las formas para que éso se haga posible. ¿Dónde y cómo puede tu colección mantenerse segura y ser expuesta en público?
Entendemos como colección comunitaria a los objetos que están en poder de los individuos que forman la comunidad, pudiendo ser reunidos periódicamente para su exhibición o estudio, y que están documentados en un registro central. Esto permite a la comunidad, encontrar e identificar objetos importantes que se encuentran en manos de individuos o grupos, y que puedan estar disponibles para su exhibición sin transferencia de propiedad. Los propietarios mantienen los objetos en sus casas, pero nosotros les proporcionamos formación e información para la preservación de los mismos, registrando la historia de dichos objetos y explicándoles, si fuese necesario, su significado cultural. De esta forma, podemos proporcionar a nuestra comunidad el acceso a la colección, sin tener que lidiar con un mayor gasto que podría surgir al pretender organizar exposiciones permanentes en un edificio público que actuara como museo y que debiéramos administrar. Lo que queremos decir, es que los objetos pueden ser prestados para organizar exposiciones temporales en espacios públicos alrededor de nuestra comunidad, creando un museo móvil que incluya equipos de asistencia didáctica para escuelas, clubes y grupos de la tercera edad, e incluso para el desarrollo de exposiciones en línea. Hay muchos objetos de relevancia histórica que se guardan en las casas de nuestros vecinos, y es una verdadera pena que nunca se muestren en público.
Colecciones familiares y narrativa
«Mostrar y narrar», forma parte de una vieja idea que aún hoy es una buena fórmula para que los niños aprendan sobre la historia de las familias, y para compartir cosas e historias que puedan ser importantes para ellos. Debemos trabajar con los niños para registrar información acerca de lo que son a partir de objetos importantes para sus familias. Podemos hacerlo más fácilmente si enseñamos a los mismos niños cómo llevar a cabo entrevistas a otros miembros de su familia, o vecinos amigos, sobre los objetos que ven en sus casas. Fotografías, dibujos y escritura creativa, pueden complementar la información recogida por los niños, y utilizarse para preparar una exposición o presentación que puedan compartir con sus compañeros en la escuela, en un club de niños y niñas, o participando en una fiesta del colegio. Considerad la posibilidad de motivar a los niños para que hagan sus propias exposiciones digitales, que pueden estar disponibles en línea o en un CD-ROM.
Podemos combinar fotografías de objetos que se hayan ido recopilando en nuestra investigación con el audio y el vídeo, para crear, con todo ello, una exposición virtual en la red. Los sitios web nos permiten ofrecer diferentes tipos de información en diversos formatos. Pueden incluir información compleja y detallada sobre los objetos y su contexto histórico, e ir acompañados de anécdotas de interés general, juegos infantiles y actividades didácticas.
La contextualización de la colección particular
Utilizar artefactos en la organización de una sesión de narraciones para que los participantes puedan interactuar con dichos artefactos en un entorno creativo. La narración del patrimonio ayuda a las personas a visualizar su historia y fomenta el conocimiento de su cultura; los artefactos ayudan a proporcionar algo tangible a lo que la mente se puede aferrar. Podemos involucrarnos con un grupo narrativo (teatro) en nuestra área y «devolver a la vida» lo viejo y casi olvidado en nuestra comunidad. Estas acciones son particularmente valiosas en comunidades indígenas, que disponen de un enorme capital ancestral que es intangible (las historias y recuerdos de sus mayores).
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Foto principal y para redes sociales: Marchand&Meffre