La preservación es el deseo de mantener lugares, objetos y cualquier bien histórico seguro para las generaciones futuras. También implica mantener vivas las historias para que sean conocidas, estudiadas y poder disfrutar de ellas. La preservación es la fuerza motivadora que está detrás de la mayor actividad relacionada con el patrimonio. A menudo evoca una imagen congelada del pasado, un fotograma aislado, incluso nos invita a dar marcha atrás en el tiempo. Sin embargo, la historia no se limita solamente a un pasado lejano, es algo que se sigue escribiendo cada minuto que pasa. Una comunidad responsable ha de fomentar una relación activa entre el pasado, el presente y el futuro. La preservación, al igual que muchos otros aspectos de la labor del patrimonio, es una cuestión de equilibrio.
La mejor protección para el patrimonio de nuestra comunidad no contempla sólo una actividad de preservación, sino también una actitud de cuidado y de respeto. Desde los museos debemos facilitar el debate, la concienciación de los responsables públicos y órganos de decisión, y la sensibilización hacia dicho respeto y cuidado del patrimonio. Todo nuestro esfuerzo, desde el museo, puede tener un impacto amplio y muy positivo, una inversión de trabajo y esfuerzo a largo plazo que contribuya a la preservación del patrimonio en nuestra comunidad.
La preservación de un edificio, paisaje o lugar
Preservar un lugar implica decidir el grado de intervención que es deseable. Y esta decisión determina cómo se conserva un sitio, teniendo muy en cuenta la integridad del lugar en sí y todo su paisaje, ya sea un paisaje urbano o un medio ambiente natural. Debemos comenzar poniéndonos en contacto con los gobiernos provinciales y municipales para orientarlos sobre cómo abordar la situación. La mayor parte de los ayuntamientos de sitios pequeños no tienen ni idea de lo que significa preservar, sabemos lo que estamos diciendo.
Archivo EVE
Como regla general, cuanto menor sea el grado de intervención, mejor llegará a ser la integridad histórica, o autenticidad del sitio que se pretende conservar. Cada espacio se encuentra bajo diferentes circunstancias, y cada proyecto de preservación no se puede llevar a cabo de la misma forma, ni supone el mismo grado de intervención. Por ejemplo, la preservación de una calle histórica puede impedir que una tienda se expanda, que un hotel no tenga la flexibilidad necesaria para renovarse, o que un restaurante no pueda disponer de la infraestructura necesaria para crecer. Por otro lado, una alteración significativa de estos edificios, podría suponer la pérdida del carácter de alguno de ellos, lo que ocasionaría un impacto muy negativo en cuanto al mantenimiento del atractivo de la zona. Los edificios y lugares patrimoniales deben mejorar nuestra calidad de vida, proporcionando un sentido de conexión del legado histórico con nuestra comunidad; una mezcla equilibrada, y con respeto, de lo viejo y lo nuevo, evidencia un pasado y un futuro vibrante. Hay muchas formas creativas y sostenibles que algunas comunidades han llevado a cabo para mantener la integridad histórica de sus calles y paisajes en poblaciones que están creciendo o que son cambiantes. En Francia, por ejemplo, casi todas las villas y pueblos son un ejemplo de respeto hacia el patrimonio. No así en Latinoamérica, entre otros muchos lugares del mundo, donde ocurre más bien todo lo contrario.
Los edificios históricos a veces pueden adaptarse fácilmente para otros fines; en otras ocasiones, requieren una restauración o renovación significativa para que sean apropiados para asumir usos modernos. Por ejemplo, la utilización de un edificio histórico para que pueda albergar un museo, suele plantear problemas con respecto a los controles ambientales, el acceso público, las exposiciones, el almacenamiento adecuado y la disponibilidad de espacios de administración. Debemos considerar lo que cada espacio es capaz de ser, y pensar en el mejor uso que le podamos dar para mantener su integridad, sumando un bien racional a nuestra comunidad.
Paneles informativos e interpretativos del patrimonio
Recomendamos que se utilicen paneles interpretativos para explicar la historia y significado de un lugar. Los paneles se pueden diseñar no sólo para soportar información, sino también para crear un punto de atención hacia los visitantes sobre la sutil evidencia de que algunas cosas han dejado de existir. Por los caminos y viales silvestres, distribuidos en un área grande, los paneles pueden ser parte de una «caminata interpretativa» al aire libre.
Paseos del patrimonio
Los paseos y excursiones a pie, pueden atraer visitantes a nuestros sitios patrimoniales más importantes Estos recorridos, a su vez, favorecen a otros sectores de nuestra comunidad, como el comercio, los restaurantes o las galerías de arte. Las empresas que se benefician de un aumento en el tráfico de personas que van a pie, pueden ayudar asumiendo parte del coste de un folleto o un mapa ilustrado. Si los lugares a visitar se encuentran algo alejados, puede proponerse el uso de bicicletas, u organizar una gira cultural a través de otro medio de transporte.
Placas y marcadores
Debemos utilizar un formato fácil de identificar para señalizar los sitios importantes. Algunos lugares que precisan señalización son, por ejemplo, las iglesias, y los edificios y paisajes emblemáticos. Podemos complementar estas señalizaciones ampliando la información, ofreciendo al público folletos o libros, que puedan estar disponibles en un centro de información turística o en la biblioteca.
Programas de actividades para calles emblemáticas
Hay muchos ejemplos de ciudades que han iniciado programas de calle para revitalizar la apariencia y uso de los centros históricos. Una calle principal histórica saludable puede hacer que la actividad comercial y social renazca, sobre todo en zonas centrales que pueden haber sido olvidadas como consecuencia de un cambio en las prioridades de la comunidad. Es fundamental conseguir que se asocien el gobierno municipal, los negocios y los residentes locales, para participar conjuntamente en un programa de revitalización de calles.
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Publicaciones
Nuestro museo puede trabajar con otros grupos de defensa y estudio del patrimonio, tales como organizaciones, archivos, sociedades históricas y grupos de «veteranos», y llevar a cabo, entre otras cosas, la edición de un libro, CD-ROM, o un sitio web para documentar las construcciones y lugares históricos. En la edición del soporte podremos incluir fotografías, historias y anécdotas sobre cada sitio. Estas publicaciones suelen convertirse en grandes difusores de conocimiento sobre el patrimonio local, además de suponer motivo de orgullo para los vecinos.
La contribución de los medios de comunicación
Podemos solicitar la ayuda de los medios de comunicación locales para difundir el conocimiento sobre un lugar histórico de la comunidad y crear conciencia sobre la preservación de ese patrimonio. Intentar, por ejemplo, que una columna informativa sobre el patrimonio local sea publicada de manera regular en el periódico; o emitir un video o audio en la cadena de televisión local, o en la radio. A través de estos medios, sería muy interesante conseguir involucrar a un buen número de personas para que se animaran a contar sus historias, con sus propias voces.
Cuando un museo decide emprender un proyecto de preservación del patrimonio, en realidad se está uniendo a una comunidad dinámica de trabajadores, voluntarios y colaboradores con las raíces de su historia. Existen muchos recursos disponibles para ayudar a que encontremos el proyecto adecuado y decidir la forma de llevarlo a cabo. Una vez que lo hayamos conseguido, habremos donado un legado histórico insustituible para beneficio de nuestra comunidad.
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Foto principal y para redes sociales: Rene Burri