Artistas Ante la Mirada de Psiquiatras

Artistas Ante la Mirada de Psiquiatras

Es una vida muy dura la de los artistas, demasiadas veces luchando contra periodos de sequía total en ventas, enfrentándose al sufrimiento cuando llegan las temporadas de absoluta negación en su capacidad creativa. Las vicisitudes en la vida del artista, que son muchas y variadas, cambian constantemente (ahora estás, ahora no estás). Además, los artistas son muy susceptibles a la crítica, al elogio, estando a merced de la misma condena del público, con la absoluta creencia, en ocasiones, de que su intensa y extensa formación académica les ha empujado a una vida sumergida en el desempleo y en la inestabilidad emocional.

Sin embargo, el aspecto más problemático de sus vidas y carreras suele ser la percepción general de la sociedad hacia los artistas, que tiende a ser negativa y/o despreciativa en demasiadas ocasiones. Encontramos esa percepción negativa recurrente en novelas y películas (donde los artistas se muestran como figuras problemáticas, inmorales o amorales, a menudo descuidados/as, siempre egoístas, con frecuencia alcohólicos o adictos a las drogas, sexualmente irresponsables…), y observamos esas afirmaciones y constataciones en una amplia serie de estudios psicológicos de artistas, de personas relacionadas con la creatividad en general (normalmente en la búsqueda de trastornos neuróticos o psicóticos, como ingredientes esenciales de la creación artística). Estas percepciones reflejan y dan peso a los prejuicios sociales que, con demasiada frecuencia, traen a un público primer plano los debates sobre la financiación pública de las artes o su censura. Se percibe fácilmente cierta ira en sectores conservadores y neoliberales de cuello blanco, que cuestionan cómo los artistas socavan los valores tradicionales de la sociedad, cómo dilapidan recursos públicos, y por qué no deben ser apoyados entonces en su trabajo creativo, por lo demás muy poco productivo (según la opinión de los de cuello blanco).

Por desgracia, este estereotipo negativo sobre los artistas no es un fenómeno nuevo, de hecho, tiene una larga historia. Lo que es más lamentable es que los artistas jóvenes, inseguros en cuanto al lugar que ocupan en el mundo del arte, y en su intento de buscar o hacer el papel de artista, como se define en sus arquetipos, fracasen en ese intento, poniendo incluso en grave riesgo su salud física y mental (un buen número de músicos, por ejemplo, se han reconocido adictos a la heroína, ¿habían oído que las drogas duras eran importantes para la creatividad?). Es más sorprendente que las actitudes seculares continúen en nuestros días, oscureciendo los debates más significativos sobre el arte y su proceso creativo. Tener dos factores en contra, en la mente del público, es una de las presiones más graves a la que se enfrentan los artistas hoy en día.

¿Qué provoca que los artistas hagan lo que hacen? Esta es una pregunta que ha tenido muy ocupados a ensayistas, filósofos y psicólogos durante siglos, con reflexiones en nuevas épocas que proporcionan, a la vez, nuevas teorías. Despreciando la irracionalidad aparente del proceso artístico, Platón describió al poeta como «una mente que no es cuerda», poseída por la musa de la «razón… que le ha abandonado» y, muchos siglos después, Friedrich Nietzsche escribió que «no parece posible ser un artista y no estar enfermo». Ciertamente, otros han asignado atributos más elevados a los artistas que los meros trastornos mentales o físicos, pero los artistas han tendido a ser vistos a través de los años como «outlaws», fuera de las preocupaciones del mundo real (excepto, por supuesto, la pobreza). El qué y el por qué hacer arte, ha seguido siendo un misterio para una sociedad que nunca ha sostenido un pincel en la mano.

Vamos entonces a echar un vistazo a cómo los psicólogos han visualizado a los artistas. (Tópico: Las fuentes de la creatividad son las fuentes mismas de algo anormal). Un nuevo estudio de varios autores en la revista Personality and Individual Differences, titulado «Investigando el modelo psicópata pro-social de la personalidad creativa: La evidencia de rasgos y psicofisiología», concluyó que actores, artistas plásticos y músicos, frecuentemente muestran tendencias similares a aquellos con «rasgos psicopáticos», que tienen a tener altos niveles de «desinhibición emocional», haciéndolos «propensos a la falta de honradez y a la asunción de riesgos». «Los artistas sufren de desinhibición emocional, en forma de audacia psicopática, siendo en realidad parte integral de algunas personalidades creativas y funcionalmente relacionados con el proceso creativo». Según el estudio, y seguimos leyendo el tocho infumable, «un campo creativo no sólo podría dar forma a un individuo con una personalidad más arrogante o deshonesta, que podría ser la selección de manera activa, no por el bien de tener rasgos desagradables, pero debido a que tales rasgos co-varían con la creatividad misma». Aquellos que se deleitan con la idea de que los artistas están inherentemente fuera de la ley y que son unos transgresores, pueden estar satisfechos con estas afirmaciones propias de los nazis. El resto de nosotros, «personas normales», podemos preguntarnos por qué los artistas son tan a menudo asociados a toda clase de problemas.

A un estudio realizado por Adrianne John R. Galang, Vincenzo Leonardo C. Castelo, Leonardo Santos C. III, Christopher Michael C. Perlas, y María Antonina B. Ángeles, se le suma toda una estantería ya a rebosar de otros libros y estudios de investigación sobre el tema. El otoño pasado, Trends in Cognitive Sciences, publicó un editorial titulado «Pensar demasiado: pensamiento auto-generado como el motor de la neurosis», que explora «la creatividad y la ‘angustia’, no situational», mientras otro informe habla de las «poligénicas puntuaciones de riesgo para la esquizofrenia y trastorno bipolar predecibles en el esfuerzo creativo». En la revista Nature Neuroscience, se afirmó que «las personas creativas son mucho más propensas a portar los genes relacionados con la esquizofrenia y el trastorno bipolar, que los que trabajan haciendo labores convencionales».

La investigación sobre la relación entre la enfermedad mental y la creación artística es muy amplia, y una serie regular de conferencias sobre el tema de la creatividad y la locura (Creativity and Madness), se programan constantemente en el mundo. Documentos de todo tipo se presentan, pretendiendo demostrar los vínculos que existen entre la creatividad artística y estados neuróticos y psicóticos, pero esta área de investigación se extiende mucho más allá de las conferencias. Un estudio realizado en 2009 por el investigador húngaro Szabolcs Kri, se reivindica para identificar un «gen de la esquizofrenia» que influye en la creatividad. En 2011 la revista Scientific American informó sobre otro hallazgo que buscaba explicar «¿Por qué la gente creativa es menos excéntrica?». Un libro preeminente sobre el tema está escrito por Kay Jamison: «Tocado por el fuego: la enfermedad maníaco-depresiva y el temperamento artístico», que hace una fuerte conexión entre los «trastornos del estado de ánimo y la creatividad» en general, al comprobarse «un solapamiento entre los temperamentos artísticos y maníaco-depresivos». Jamison afirmó que, «no todos los escritores y artistas están deprimidos, son suicidas, o son maníacos. Es más bien que, una cantidad desproporcionada de ellos lo son; que los temperamentos-maníacos depresivos y artísticos son, en muchos aspectos, las superposiciones; y que los dos temperamentos están causalmente relacionados uno con otro».

Nosotros nos planteamos dos preguntas: ¿Es esta relación tan fuerte? y ¿cuáles son los supuestos que llevaron a estos estudios a sacar esas conclusiones? De hecho, las dos preguntas se funden en la idea de cómo la relación entre la locura y la creatividad sólo puede ser «encontrada» cuando se han estudiado específicamente ambas, siempre probando científicamente los resultados.

Tomemos, por ejemplo, un estudio sobre quince artistas de una escuela de arte de Nueva York, en el que se observa que dos de los artistas se suicidaron. Jamison afirma que a partir de este estudio, «la tasa de suicidios entre los artistas… es al menos trece veces más alta que la tasa general [población]». No se le ocurrió pensar o comprobar que este grupo de quince es bastante pequeño y que, además, fue especialmente elegido a dedo, viéndose fuera de cualquier contexto real . Arshile Gorky y Mark Rothko, los dos alumnos que se suicidaron, por ejemplo, estaban viviendo un infierno. Rothko estaba en las últimas etapas de cáncer, y un accidente había dejado totalmente inútil la mano derecha de Gorky, con la que pintaba. Si todos los estudios están hechos con ese nivel de detalle, aviados vamos.

La investigación en este campo debe ser un nicho mucho más académico. Así no se les seguirá faltando el respeto a las personas creadoras, sistemáticamente. Ernest Hartmann, investigador del sueño y profesor de psiquiatría de la Facultad de Medicina de la Universidad de Tufts, hizo un estudio para descubrir la conexión entre las pesadillas y la actividad creativa. Escribiendo en The American Journal of Psychiatry que los sujetos de su estudio «tienen una vulnerabilidad biológica a la esquizofrenia», señaló que «casi todos los sujetos tenían ocupaciones o planes de carrera relacionados con las artes o la artesanía». No mucho tiempo después, Karl U. Smith, un psicólogo de la Universidad de Wisconsin, descubrió que las personas que son más expresivas en el lado izquierdo de la cara, son más propensas a ser creadoras que otras que lo son «en en lado derecho de sus caras». En 1999, el psicólogo de la Universidad de Stanford, Robert Solso, declaró que, «los artistas tienen diferentes estructuras cerebrales innatas al resto de las personas». Existe un objetivo un tanto extraño en la «nueva psicología», la psicología de los artistas ahora se ha trasladado a la vanguardia, con sus propias conclusiones que hacen crecer la literatura sobre este tema tan especial.

En su estudio, «La creatividad y la locura: Los estudios psicológicos del arte y artistas», Barry Panter, Evelyn Virshup, y Bernard Virshup consideran que la creatividad está conectada a la psicopatología, mientras que el libro «La cólera, la locura» de Stephen Diamond, así como «Génesis psicológica de la violencia, el mal y la creatividad», identifican un fuerte vínculo entre la ira, la rabia, la violencia, el mal y la creatividad. D. Jablow Hershman y Julien Lieb, en su estudio de la depresión maníaca y la creatividad, argumentan que la depresión maníaca puede ser utilizada como un factor positivo en la vida del artista creativo, y Ludwig M. Arnold, y su ensayo «El precio de la grandeza: Resolución de la creatividad y la locura», considera el arte como una resolución exitosa de la locura. En todos estos libros, la figura de Van Gogh se utilizó regularmente para probar un punto de vista general sobre el estado mental de todos los artistas.

Más allá del análisis de los datos, hay un problema estructural, es decir, la manera en que se consiguieron estos datos. ¿Por qué sólo investigar a artistas plásticos en lugar de hacerlo sobre un grupo más generalizado de creadores? (Cuando sólo se mira a los artistas plásticos, sus conclusiones únicamente puede relacionarse con esos artistas y otros profesionales.) ¿Qué hay de los abogados, médicos, físicos, psiquiatras y otros individuales que también están altamente capacitados, que a menudo trabajan de forma independiente, y que necesitan desarrollar soluciones creativas a espinosos problemas? El hecho es que los artistas hacen su trabajo y, a través de ese trabajo, sus vidas se exponen para el consumo público de una manera que pocas otras profesiones lo hacen. Los artistas están en el escaparate público, continuamente. No sabemos qué piensan los abogados generalmente sobre el suicidio, porque la suya, es una interpretación tácita de la ley, que es lo que les da de comer, en lugar de recabar una valoración desde sus sentimientos más personales, entre otras cosas.

Tal vez, ésto sea sólo un ejercicio académico, la búsqueda de una cepa de la psicología empeñada en demostrar que los artistas tienden a ser problemáticos mentalmente. ¿Por qué debería importarle al resto del mundo? Debido a la asociación de la creación artística y la inestabilidad mental, se está condenando al Arte, presentando un ataque ad hominem en el medio artístico. Cuando hablamos de vender arte a coleccionistas, nos gustaría que pensaran que los artistas son profesionales cualificados y reflexivos, que no están locos. Cuando se busca apoyo financiero para un proyecto de gran envergadura, se desea que la fundación privada o agencia gubernamental mire y valore a los artistas como profesionales responsables, no como seres mentalmente desequilibrados. Este último es un retrato del artista que necesita ser cambiado con urgencia, por ser absolutamente falso e injusto. Son demasiadas las veces en las que la pasión – algo escasa en nuestros tiempos, y por eso cada vez más desconocida – se confunde con el desequilibrio mental.



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Foto principal: Art Nau

3 comentarios en «Artistas Ante la Mirada de Psiquiatras»

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