Grandes Museos y los Otros

Grandes Museos y los Otros

«Estoy de acuerdo con Dante, que el lugar más horrible del infierno está reservado para aquellos que, en tiempos de crisis moral, mantienen su neutralidad». ― Martin Luther King

A finales del año 2002, los directores de alguno de los museos más importantes del mundo desarrollado: Prado, Louvre, British, Metropolitan, Hermitage, etcétera, firmaron una declaración – que ellos mismos redactaron – en la que se comprometían a no reintegrar jamás a sus lugares de origen aquellas piezas y objetos. Al margen de la legalidad o ilegalidad de las maneras en las que esas piezas acabaron en sus galerías, de sus formas de adquisición, incluido el robo, ellos firmaron su propia declaración de intenciones y se quedaron tan tranquilos. Como se suele decir en castizo, los hicieron «por el artículo 33», algo relacionado con los pelendengues. Esas piezas expuestas permanentemente o formando parte de exposiciones itinerantes en esos grandes museos que se autorregulan y hacen sus propias leyes a medida, no se van a devolver jamás. Y no solo eso, además estos museos se intercambian obras entre ellos con el beneplácito de sus gobiernos, mientras los legítimos conservadores de esas piezas y objetos son testigos de semejante provocación delante de sus mismísimas narices, con el correspondiente enfado monumental, como no podía ser de otra manera. Digamos por otra parte – reflexión nuestra – que todas esas piezas y objetos en realidad son Patrimonio de la Humanidad, por lo que debería ser la Humanidad la que decidiera si esas piezas deben estar en el lugar al que pertenecen o en el lugar de los expoliadores. ¿Quién representa a la Humanidad? ¿UNESCO?

three2_smallThe Good, the Bad and the Dead Man / Gold Spirit Art

A nosotros el asunto griego nos duele más que ninguno y más ahora si cabe después de lo que ha pasado con el intercambio entre Hermitage y British, para celebrar el cumpleaños del primero, delante del mismo rostro de Grecia. ¿Os imagináis que hubiera pasado si en vez de las estatuas del friso/frisos del Partenón, lo que estuviera en juego fuera un trozo de la puerta de la Abadía de Westmister expuesta en Atenas? Todos conocemos la respuesta. Estos grandes museos tiene un curioso concepto de los otros. Los otros son los legítimos conservadores de muchos de los objetos y piezas que, siendo Patrimonio de la Humanidad, no están en los países donde deberían estar. El caso más infame es el de Grecia (país de la Unión Europea), está también Egipto, Mesoamérica, pero hay muchos, muchos otros. ¿Quién defiende a los otros?

8524181408bf752a3f25817cbfcd09cdPanagiotidis Dimitrios, Hell is real

El tiempo parece ser modus operandi de la negativa a la legítima devolución, señalando el olvido de las barbaridades como justificante. Podemos hablar de delito, que lo es, pero el poder siempre ganará, el rico seguirá pisoteando al pobre, el listo ganará siempre al cándido de buen corazón. Estos poderosos siempre manejan el argumento – perorata – de que si no fuera por ellos esas piezas se hubieran perdido para siempre. Aseguran que ellos, y no los otros, son los únicos que saben cómo conservar, cómo cuidar, que es como decir que Grecia, Egipto, o Guatemala, por poner algún ejemplo de muchos, no son capaces de preservar de forma adecuada su patrimonio histórico. Imaginamos que el ICOM, UNESCO e incluso la Interpol, son incapaces de mediar para recuperar lo robado, evitando si cabe que las prácticas comerciales de guante blanco, con el patrimonio de los otros, sigan ocurriendo aun hoy. Lo que antes se expolió y no se devuelve, ya que nadie obliga a devolverlo, se transforma en la constatación universal de que la fechoría no es ilegal. ¿Cuándo la denominación «Patrimonio de la Humanidad» obedecerá a algo real? ¿Cuándo existirá un organismo internacional que tenga el poder de defender a los otros? ¿Cuándo los unos respetarán a los otros?

bea195710Golfos Apandadores (Beagle Boys) Walt Disney Productions

The Guardian: Parthenon marbles: Greece furious over British loan to Russia

Imagen principal y redes sociales: 5 Olive Oil

BIBLIOGRAFÍA:

DÍAZ BALERDI, I.
La memoria fragmentada. El museo y sus paradojas
Editorial TREA, 2014.

 

 

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