Museos del Futuro y Emociones

«Lo fundamental es el principio de la diversión». – Mikhail Baryshnikov

Imagen: Jaco Haasbroek

En un imaginado escenario de futuro relacionado con los museos y los centros de interpretación del patrimonio, orientamos nuestro pensamiento hacia el objetivo de lo que podríamos denominar amenidad. Al menos nosotros queremos apuntar hacia ese objetivo, el de presentar contenidos y conceptos de una manera amena y amable, que podamos explicar el mensaje en los museos y exposiciones de una manera divertida. Y que los academicistas no se nos asusten y se tiren de los pelos, porque construir un museo divertido no es perderle el respeto ni al Arte, ni a la Historia, ni a la Ciencia, etcétera. De eso nada, al contrario, es que pretendemos acercar el conocimiento a la sociedad para que la sociedad se costumbre a acercarse al conocimiento. Puede que así de primeras suene un poco pretencioso o utópico, pero es nuestro objetivo, y cuando decimos nuestro nos gustaría hacerlo en nombre de todos los museólogos y museógrafos de la nueva generación.

Archivo EVE

Los nuevos recursos interactivos, la puesta en funcionamiento de talleres para niños y adultos que sean participativos, las visitas teatralizadas, la contextualización de los contenidos, todo está encaminado para conseguir amenidad. Disponemos de análisis psicológicos del comportamiento de los visitantes, que muestran que ese concepto de amenidad lo valoran como fundamental para que los museos dejen de ser tostones insufribles y agotadores, para pasar a convertirse en una experiencia agradable y divertida.

Imagen: Mario Hugo

En cualquier caso, al margen de este objetivo de alcanzar la amenidad en la exposición de los contenidos de museos y exposiciones, existe otra variable que nos parece fundamental en el planteamiento museológico y museográfico del futuro: el concepto de emoción en los museos. Lo emocionante es algo que va más allá de los divertido y lo ameno, puesto que tocamos otros resortes en la psicología de los visitantes, de todos nosotros. Generar emoción no está en contradicción con el ejercicio de enseñar didácticamente, de divulgar conocimiento, función básica y fundamental que todo museo que se precie debe desempeñar. Exponer didácticamente los contenidos – objetos, arte, artefactos, especímenes, etcétera. – se puede conseguir perfectamente de forma impactante. ¡Sorpresa!

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Generar emoción es añadir un valor en la búsqueda de efectos sobre los visitantes: iluminación, escenografía, sonido (música), aromas, efectos especiales (nosotros hemos llegado a generar lluvia y viento dentro de un museo, en una exposición sobre marinos y galernas). Los efectos multisensoriales está ahí para ser usados, con nuevos planteamientos visuales porque la tecnología está muy avanzada y sirve para ser utilizada en todos los ámbitos de la didáctica museográfica. Todo planteamiento es justificable si trabajamos con el referente de lo creativo profesional, y en la construcción de soluciones que no solo sirvan para acercar a nuevos visitantes a los museos, sino que ésta sea la razón por la cual la sociedad perciba los museos como lugares donde no solo aprendemos observando pasivamente el legado del saber y el conocimiento humano, sino donde también ocurre que la visita se transforme en experiencia participativa, en algo que agitará nuestras emociones.