Museo y Mujer

En la actualidad, podemos visitar museos de todo tipo y condición: museos del agua, de cucharas, de las banderas, de los carromatos, de los helados, de aves, de los ordenadores / computadoras, etc. En definitiva, los museos muestra un sinfín de temas al público que los quiera visitar. Solo con colocar en el buscador de sitios en internet la palabra «museo» aparecerán ante vuestra vista docenas y docenas de museos en todo el mundo, cada descubrimiento nuevo será tan único como el anterior. Sin embargo, no hay muchos museos dedicados a la mujer como contenido monográfico. Los museos que muestran contenidos monográficos responden a la necesidad de mostrar elementos específicos del tema objeto de análisis científico e histórico. Museos dedicados al hombre hay muchos, desde el que fue Museo del Hombre del Trocadero de París, ahora Museo Quai Branly, o como el Museo del Hombre de San Diego, etc. El globo ofrece una gran variedad de museos dedicados a la parte masculina de la Historia pero, ¿No hay nada específico que contar y enseñar sobre las mujeres?

Lo femenino, desde el punto de vista museológico, ofrece un contenido inmenso

Podemos establecer un paralelismo – una vez superada esta intriga sobre la casi inexistencia de museos monográficos dedicados a la mujer -, para descubrir las razones de esta grave ausencia, y más que grave: son las mismas que explican que la Historia del Arte haya apartado sistemáticamente a las mujeres de su trayectoria existencial, porque el Arte, como el coñac Soberano, parecía ser cosa de hombres… El tratamiento de lo femenino en la museología es un hecho pendiente y debería urgir encontrar una solución para esta imperdonable ausencia generalizada. Para muchos no debe ser tan urgente porque ni siquiera son conscientes del vacío. Los que mandan suelen ser hombres, y ya se sabe.  Es por este vacío el que queramos construir una solución museológica sobre el contenido de género y en especial, el de lo femenino.

Si las mujeres hubieran gobernado el planeta desde la noche de los tiempos, ¿habría habido guerras?

Lo femenino es un planteamiento que abarca multitud de variantes y enfoques museológicos diferentes, pero lo que más nos interesaría ahora es responder a las preguntas y enunciados que podrían ser contestados desde ese museo ahora imaginado. Son muchas, muchísimas las cuestiones a formular y que necesitan mostrar respuestas universales claras y adaptadas a toda condición de entendimiento, para todos los públicos. Quizá, lo más importante de todo este esfuerzo que habría que hacer inmediatamente, sería explicar porqué se ha dado a lo largo de la historia del hombre esa insistente marginación desde lo masculino a lo femenino. ¿Porqué a las mujeres se les ha negado sistemáticamente su protagonismo o ausencia del mismo en la Historia? El Museo de la Mujer, llamémosle así, debe intentar difundir un conocimiento más preciso y riguroso de cómo las diferencias y las semejanzas biológicas entre ambos sexos han sido siempre la base sobre la cual se ha estructurado toda la evolución inducida por el propio hombre. En resumen, en este museo, ahora imaginado, insistimos, es necesario en todos los lugares del mundo. Es necesario generar un discurso museológico por el cual podamos entender el papel desempeñado por la mujer en la evolución de la especie, hasta llegar al lugar que ocupa ahora en la Historia. Y cada lugar del mundo debería ser justo a la hora de explicar esa situación (no es el mismo lugar el que ocupan las mujeres de Finlandia que las de Senegal en sus respectivos países, ¿o sí?). En definitiva, estos museos sobre las mujeres del mundo, deberían ser de obligada construcción en todos y cada uno de los países, y tendrían la misión fundamental de explicar a los niños, y para todos los que quieran aprender, que los hombres y las mujeres somos iguales en todo, salvo, evidentemente, en el papel biológico que cada uno desempeña en el mantenimiento de la especie (reproducción).

Un museo que sin estridencias nos explique  a todos (sobre todo a los que tienen dificultades para enterarse), que papel desempeña la mujer en el mundo del siglo XXI en todos los lugares del planeta

Los museos tienen una enorme responsabilidad formativa universal. Todas estas instituciones deben asumir el compromiso ineludible de provocar reflexión a sus visitantes sobre la vida, lo humano y, a su vez,  sobre el conocimiento necesario para que todos nosotros seamos conscientes y hacer de este mundo un lugar mejor para vivir en igualdad. Da igual de que museo se trate, el objetivo debe ser siempre el mismo: humanizar – hacer que los hombres y mujeres seamos mejores personas cuando salgamos a la calle después de visitarlos -. Hay cuestiones, como son el lugar que ha ocupado y ocupa la mujer en el mundo, que necesitan ser abordados individualmente por su complejidad, y porque necesitan un gran esfuerzo de sensibilidad y delicadeza. Una museología que quiera centrar su atención en lo femenino, debe contemplar otros muchos temas colaterales, tales como la relación de las mujeres y el poder, así como mostrar qué cambios están ocurriendo en la actualidad en los diferentes lugares del mundo en relación al rol que la mujer desempeña: que está ocurriendo en Abu Dhabi y que ocurre en Holanda o Canadá en la actualidad, por ejemplo. O como, por ejemplo, las diferencias ideológicas, no solo políticas, sino también religiosas relacionadas con provocar diferencias entre el hombre y la mujer, existen hoy en día. La breve descripción de este Museo de la Mujer imaginado debería ser, ya para terminar: un lugar donde comencemos a desembarazarnos, ya y para siempre, de los estereotipos de genero (quien los tenga) ajustando nuestra cultura y nuestra capacidad de razonamiento para lograr que la igualdad entre ambos sexos se haga posible y, aprovechando ya que estamos, insuflar respeto hacia todo lo diferente.

Ésta de hoy, ha sido la entrada número 200. Estamos muy orgullosos de haber llegado hasta aquí, pero aun lo estamos más al comprobar que hay personas ahí fuera que nos seguís. Y no solo eso, muchos nos animáis con vuestras palabras y continuo apoyo para que lo sigamos haciendo, que insistamos en difundir la cultura de los museos. Por todo ello, a todos vosotros: ¡Gracias!