Museos Espectáculo

Museos Espectáculo

senatus_aS6WRI_displaywidetallLos humanos estamos dotados de cinco sentidos: vista, gusto, olfato, tacto y oído. Pues bien, cuando proyectamos una exposición, siempre que sea posible en términos técnicos y de presupuesto, intentamos que entren en juego los cinco sentidos del visitante, nuestros cinco sentidos. Creemos que las exposiciones en las que nuestros sentidos juegan un papel activo son las que, indefectiblemente, conseguirán que tengamos una experiencia didáctica difícil de olvidar. En nuestro trabajo, si no conseguimos crear momentos especiales alrededor de una exposición, es que algo estamos haciendo mal. Hay que pensar que en el plano museístico solo actúa normalmente el sentido de la vista. Si le incorporamos un audífono guía a la visita, sumaremos a la experiencia el sentido del oído. ¿Qué ocurre con el tacto, el olfato y el gusto? ¿Porqué normalmente no entran en juego para recibir información? Es cierto que en un buen número de exposiciones no se justifica que construyamos soportes que estimulen los cinco sentidos, pero otro buen número de ellas, sí que se justifica. A esa tipología de exposiciones las conocemos con el nombre de exposiciones espectáculo. El objetivo primordial de estas exposiciones consiste en presentarnos experiencias escenográficas completas que unan la estética de una emoción completa (cinco sentidos) con la didáctica.

EVEMuseografia1No nos gusta mencionar nuestros propios proyectos en este blog, pero lo que hacemos normalmente incluye estas experiencias sensoriales y tenemos que apuntar este caso como ejemplo: Museo del Mar (Cabo Peñas), donde toda la exposición permanente se proyectó para activar los cinco sentidos de los visitantes al museo, siendo algo que no se experimenta fácilmente por ser museos atípicos en la forma de exponer los contenidos – allí se recreó una galerna en el mar con truenos y relámpagos, viento, salpicaduras de agua reales y olor a mar, todo en una sala y los visitantes encantados, toda la zona se revitalizó económicamente siendo un área históricamente deprimida

Estamos en «lucha» permanente con la concepción del museo pasivo que no busca la implicación del visitante, sino que éste es un mero espectador, que no interviene, solo observa. Creemos que ese modelo de museo está absolutamente obsoleto. Quien sigue defendiendo el museo pasivo defiende el concepto de que el objeto es sagrado y hay que rendirle pleitesía sin más: mirar y no acercarse. La importancia de los objetos, en los museos de objetos, es incuestionable; nosotros no debatimos esa importancia, nos preocupa como el público percibe ese objeto, como se relaciona con el objeto. Además, desde el sagrado objeto se deberían manifestar muchas más realidades relacionadas con el mismo que son muy importantes y que no se muestran al público; solo está el objeto y el visitante, nada más. No es suficiente, ya no.

uvamLos últimos avances tecnológicos al servicio de la museografía están cambiando la manera en la que percibimos el objeto pasivo, ya que nosotros mismos lo transformamos en activo

El museo debe ofrecer experiencias completas para no quedarse atrás. Incluso en los santuarios sagrados del conocimiento (museos de arte, p.e.) que acaban resultando verdaderos dinosaurios para una gran parte del público, hay que comenzar a cambiar. Algunos ya están en ese proceso incorporando las nuevas tecnologías a la forma de mostrar sus contenidos. Es un gran paso pero queda mucho por hacer. Os podemos poner ejemplos sobre que parte de la didáctica expositiva se hecha de menos. Ésta concretamente en relación a los museos de arte.¿Alguien se ha acercado a la experiencia de saber en que condiciones pintaba Modigliani? ¿Alguien ha podido percibir el olor de su estudio? ¿Qué intensidad de luz tenía su estudio para pintar? ¿Podemos recrear un ambiente para acercarnos mucho más a la realidad en la que generó su obra el artista? Sin duda y entenderemos mucho más su obra acercándonos a su manera de pintar y a su entorno vital. Éste es un ejemplo que se nos acaba de ocurrir, pero hay cientos. Solo en los museos etnográficos, las posibilidades de potenciar el conocimiento a través de la generación de experiencias sensitivas es enorme. Buscamos crear emociones que eduquen. No se trata de construir experiencias diferentes por capricho, se trata de crear una nueva museografía que sabemos que funciona y muy bien. El visitante agradece sobremanera poder experimentar cosas nuevas que aumenten su manera de percibir y conocer la realidad que nos rodea. Esto es especialmente importante cuando pensamos en los niños y su relación con los museos. La gran mayoría de niños se siguen aburriendo en los museos que son pasivos, museos que no generan complicidad con ellos.

social_screen_imageEn un día no muy lejano será imposible concebir un museo moderno sin que se haya ten ido en cuenta la implicación de sus visitantes de forma activa

También es cierto que, para que todos estos nuevos planteamientos se hagan realidad, la relación entre los museólogos y los museógrafos debe evolucionar aun más. Nosotros, los museógrafos que defendemos la idea de la modernización en todos los ámbitos de la museística, entendemos que para la museología tradicional no resulta fácil asimilar tanto cambio. Evidentemente hay excepciones, pero no son las más. Que la museología deba ahora relacionarse ya no solo con una nueva forma de asimilar la nueva museografía, sino que tiene que adaptar su discurso también a la intervención de otros muchos profesionales especialistas que antes solo se encontraban en el ámbito del espectáculo y que ahora hacen equipo con los museógrafos en los proyectos de renovación, es difícil de digerir para ellos. Lo entendemos, pero la sociedad evoluciona y necesita cambios, demanda cambios y de forma inmediata. La sociedad no necesita de tanta erudición, quiera acercarse a un conocimiento apto para todos los públicos. Doscientos jarrones en una vitrina no generan conocimiento; no hoy en día. Los museos convencionales se están quedando vacíos, es un dato estadístico, no nos estamos inventando nada. ¿Por qué ocurre? Pues porque los museos no ofrecen novedades que sorprendan, mientras que en otros museos, los que son visitados por el público, sí se muestran. Cierto es que lo que decimos no es aplicable a todos; no vale para casi toda la primerísima división mundial de grandes museos, pero para los museos locales aun hay mucho camino que andar.

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Recordar a los museos locales que no deben asustarse o sentirse amenazados económicamente con estas propuestas. Son reflexiones que van dirigidas sobre todo a ellos, los pequeños y medianos museos que más necesitan mucho más público. Nos dirigimos a museos cuya existencia debería revitalizar la economía de su zona. Algunas de estas intervenciones no son ni mucho menos caras, solo requieren creatividad y buenos proveedores que ejecuten las ideas. Nosotros siempre confiamos en los profesionales locales para construir las experiencias museográficas, ya que en todas partes se pueden encontrar fantásticos carpinteros, cristaleros, electricistas, pintores, etc., que están deseando trabajar en proyectos innovadores.

U-505-(9)Algunas intervenciones museográficas, si están bien proyectadas, no son en absoluto costosas

cleo1La exposición «Memorias de Egipto», instalada en la Biblioteca Nacional de París en el año 1991, fue una de las primeras intervenciones museográficas en las que se utilizó planos escenográficos para sí activar los cinco sentidos de los visitantes. En un mes fue visitada por 500.000 personas, que abonaron una entrada de unos 15 euros por individuo de media

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