El Arte del «Argyrol»

new-barnes-foundation-5-29-12-12 Argyrol es el nombre comercial de un antiséptico antimicrobiano que consiste en un compuesto de proteína y plata. Fue desarrollado y comercializado por el médico estadounidense Dr. Albert Barnes Coombs para tratar la gonorrea y también como preventivo de la ceguera a consecuencia de la gonorrea heredada de sus padres en los recién nacidos.

MansionBarnes Mansión de la familia Barnes en las afueras de Filadelfia, Pensilvania (EE.UU.)

Hace muchos años un buen amigo en Estados Unidos, nos invitó a que le acompañáramos a una recepción en la casa del doctor Barnes. Se trataba de la conmemoración de un aniversario que se iba a celebrar en la casa. Nuestro amigo no nos adelantó detalle alguno sobre la recepción en cuestión, sólo nos había dicho que su mujer ya estaba allí en representación del Museo de Arte de Filadelfia – http://www.philamuseum.org/ -. Recordamos la sonrisa de complicidad que mantuvo durante todo el trayecto mientras conducía de noche su coche. Una vez salimos de Filadelfia, nos adentramos en Merion, la zona de las antiguas mansiones de los dueños de las grandes fortunas de Filadelfia, como era el caso del doctor Barnes (o la familia Kelly muy conocida gracias a Grace, ya fallecida). Ya en Lower Merion, cruzamos la enorme verja de la mansión y nos acercamos a la casa señorial estilo neoclásico americano de dos plantas rodeada de enormes jardines con árboles. Nuestro amigo seguía manteniendo una sonrisa muy particular en su cara. Bill se paró ante la puerta que daba al interior del primer salón y nos abrió la puerta. Entonces pudimos entender el porqué de aquella sonrisa cómplice, cuando la puerta nos dio paso a una de las imágenes más espectaculares que podamos recordar.

new-barnes-foundation-5-29-12-6 En la primera pared que vimos en la casa había colgados un Cézanne, un Renoir, un Matisse, otro Cézanne, otro Matisse…

En la casa del ya fallecido doctor Barnes, entre otras, cuelgan de sus paredes 180 pinturas de Renoir, 69 de Paul Cézanne, y 60 de Henri Matisse, así como la obra de otros numerosos maestros modernos como son: Giorgio de Chirico, Paul Gauguin, Édouard Manet, Amedeo Modigliani, Claude Monet, Pablo Picasso, Maurice Utrillo, Vincent Van Gogh, Maurice Prendergast, y para rematar, una gran variedad de obras de arte africanas. También en sus paredes cuelgan cuadros de artistas como El Greco y Francisco Goya. Nunca en la vida habíamos visto una colección tan colosal de arte y mucho menos en un lugar tan pequeño en relación a la inmensa obra expuesta y sin medidas especiales de seguridad. Los cuadros se agolpaban en las paredes, ya que no había prácticamente sitio material para colocar tantos cuadros. Llegamos a penar que la fantástica colección Impresionsita del doctor Barnes, inventor de la vacuna contra la gonorrea, podía perfectamente ensombrecer los fondos de museos como el d’Orsay de París, por poner un ejemplo. Estábamos fascinados y bastante enfadados ante la idea de como no éramos conscientes de la existencia de ese tesoro hasta el momento.

membership-winter2013 En aquella época se podía disfrutar la mayor colección privada de obras impresionistas a solas

Hasta fecha reciente este colosal repertorio apenas era conocido internacionalmente, ya que la fundación (de acuerdo al señor Barnes) gestionaba su colección bajo condiciones muy estrictas: no prestaba ninguna obra para exposiciones y restringía el acceso del público general para favorecer una contemplación tranquila del arte y dar prioridad a la formación didáctica, mayormente de estudiantes y clases sociales desfavorecidas. El objetivo original de la fundación Barnes (que no era una colección de arte a la vista del público, sino una escuela) fue en realidad obra del filósofo John Dewey, quien ayudó a Barnes a darle un sentido a su tesoro. Dewey involucró a dos de sus alumnos para que lo ayudaran, Lawrence Buermeyer (1889-1970) y Thomas Munro. Munro encabezó el Programa Educativo en la Barnes durante varios años. Para conservar la identidad de la institución, Barnes estableció detalladamente los términos de su operación en un contrato de fideicomiso que debía respetarse a perpetuidad después de su muerte. Estas condiciones incluían que la admisión de público externo se limitase a dos días a la semana para dar prioridad a los alumnos de la escuela. En contra de las pautas habituales de los grandes museos, ávidos de público y dinero, Barnes prohibía prestar o vender obras de su colección, enviarla a exposiciones itinerantes, y exhibir muestras temporales. Se dice que Matisse mencionó la escuela como el único lugar «sano» de Estados Unidos para disfrutar del arte. Pero con los años todo cambió.

barnes-foundation-parkway-philadelphia-new-640uw Sede de la Fundación del doctor Barnes en la actualidad, situada muy cerca del Museo de Arte de Filadelfia, en el que Rocky sube corriendo las escaleras para luego, una vez arriba, dar unos cuantos saltos de triunfo

A partir de finales de los años 80, el arte impresionista disparó su valor de mercado, convirtiendo a la colección Barnes en objetivo deseado para los buitres administradores de museos e instituciones más o menos benéficas. El Museo de Arte de Filadelfia, al que Barnes detestaba, maniobraban y condicionaban a la opinión pública para trasladar la Fundación al centro de la ciudad y convertirla en un museo convencional, abierto al turismo y a la explotación comercial. En 1992 los responsables de la colección tuvieron que admitir que la mansión Barnes, muy envejecida, requería profundas reparaciones y que la Fundación en es momento carecía de dinero para afrontar la renovación de las instalaciones. Los buitres vieron que llegaba el momento que estaban esperando. La Fundación, atascada en un callejón sin salida, tuvo que admitir que tenía que alquilar obras a otros museos, lo cual exigía romper algunos términos del contrato fundacional firmado por Barnes. Entre 1993 y 1995 una selección de 83 pinturas impresionistas francesas emprendió una gira mundial, lo que permitió recaudar fondos para la reparación. Paralelamente, el deseo de captar más turistas llevó a las autoridades a plantear la construcción de un parking junto a la sede de la colección. Este proyecto no gustó nada a los vecinos y provocó un largo conflicto judicial; la Fundación se ubicaba, como os contamos al principio de la entrada, en una zona residencial muy tranquila, con grandes jardines y calzadas estrechas, que no estaba preparada para recibir el tráfico de autobuses turísticos. Para complicar aun más la situación, el dinero recaudado en la gira internacional de las 83 pinturas desapareció: las obras de renovación, los gastos en abogados por los litigios, y presumibles irregularidades financieras (también hay corruptos en Estados Unidos), llevaron la situación financiera de la Barnes al declive, hasta provocar su quiebra.

ar-pho-acb-103_1r_i1 El doctor Barnes no pudo predecir que las estrictas condiciones que impuso para preservar su colección después de su muerte, no iban a ser respetadas a causa de la falta de recursos económicos

La Fundación – http://www.barnesfoundation.org/ -, ante la gravísima situación que atravesaba, solicitó judicialmente, en el año 2002, que quedara liberada de algunos de los términos del fideicomiso del doctor Barnes para poder recaudar fondos. Entre los requisitos más problemáticos que el doctor quiso imponer destacaba la permanencia de la colección en la mansión de Lower Merion. Las autoridades opinaban que el tesoro debía estar en el centro de Filadelfia, integrado en el circuito museístico y turístico de la ciudad. Después de dos años de litigio, la ley dio permiso (?) a que la Fundación cambiara de lugar. Otras tres fundaciones privadas acordaron ayudar a la Barnes a recaudar ciento cincuenta millones de dólares a condición de que el traslado se aprobara. Antiguos estudiantes que se habían formado en la fundación expresaron su preocupación de que la nueva galería fuese un museo a gran escala más que una escuela como ellos la habían conocido y disfrutado.

Barnes Foundation Actualmente, la Fundación Barnes es un museo al uso convencional, atestado de visitantes todos los días, ensombreciendo al buque insignia de la ciudad: el Museo de Arte de Filadelfia

Finalmente y después de muchas idas y venidas judiciales y económicas, los arquitectos Tod Williams y Billie Tsien diseñarían la nueva sede museo de la Fundación Barnes. La asociación «Amigos de Barnes» presentaron demandas ante la corte del orfanato origen de la escuela Barnes en Montgomery County Orphan’s para reabrir el caso. La asociación alegó al juez que en las circunstancias actuales, la fundación podría subsistir y mantenerse en la mansión de Lower Merion si se gestionaban adecuadamente sus recursos. Este intento fracasó, y finalmente la nueva sede de la colección se inauguró en el centro de Filadelfia en mayo de 2012. Intentando conciliar el público masivo con los deseos del señor Barnes, se decidió reproducir la distribución y aspecto de las salas originales de Lower Merion, si bien externamente el edificio adopta una estética moderna que nada tiene que ver con el estilo de la mansión original. Una pena, aunque nosotros pudimos disfrutar de la colección tal y como el doctor Barnes deseaba que se conservara.

img34 Ya no es lo mismo, poderosos caballero es don dinero y el tiempo no pasa en balde para las casas

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