Falsos Genios

FalsosGenios1 La falsificación de arte se remonta a hace más de dos mil años. Los escultores romanos, por ejemplo, fabricaban numerosas copias de esculturas griegas; aclarar que los compradores en aquel tiempo sabían perfectamente que adquirían copias.La identidad del artista en aquella época importaba muy poco, a los artistas se les consideraba artesanos sin más, por lo tanto hablamos de clase media, media-baja, a los ojos de los potentados de aquella época. Ahora a la copia que no es delito la denominamos facsímil y se hace con el objetivo de ser mostrada en los museos como referencia puramente didáctica.

CopiaSarcofagoAlejandro Facsímil del sarcófago de Alejandro tal y como estaba pintado el original

Durante el Renacimiento los pintores disponían de alumnos en sus talleres que estudiaban las técnicas de pintura copiando las obras y el estilo de su maestro. Como pago por su formación al maestro, a los aprendices se les permitía vender los cuadros. Algunas copias eran tan buenas que en muchos casos los especialistas se las ha atribuido directamente al maestro. Pero lo que nos interesa aquí nada tiene que ver con las enseñanzas de los «trucos» de un maestro consolidado a sus alumnos, sino de los trucos para colocar en el mercado de arte falsificaciones tan buenas que ni los especialistas son capaces de detectar – en ocasiones los certificados de autenticidad (falsos) les despistaban -. Tampoco la prueba del carbono 14 dio en la diana en algunos casos.

FalsoVanGohg.jpg.885x491_q90_box-0,97,4500,2595_crop_detail Grandes casas de subastas internacionales han sido víctimas de las falsificaciones

Una película, «Incógnito» (1997) concretamente – http://www.filmaffinity.com/es/film719043.html -, explica muy didácticamente como es posible engañar a los más importantes especialistas y «forenses de arte» en pintura, y sobre las técnicas de análisis como son el carbono ya mencionado o los rayos X. Christies concretamente subastó una obra de Cézzane como auténtica, por poner un ejemplo; la firma de subastas ha tenido que devolver muchos millones de obras falsas vendidas sobre todo a magnates rusos (?), y se han dado muchos más casos que han determinado que la copia era casi indetectable, dejando a algunos «expertos» a la altura del betún. De todos los falsificadores de la historia (hay muchos) dos concretamente, a nosotros, nos han llamado siempre la atención por su absoluta maestría, dominio de la técnica pictórica y el dibujo: Han van Meegeren y Elmyr de Hory. A este último se lo oyó decir alguna vez: «Soy el artista con mayor número de obra expuesta en las grandes pinacotecas del mundo». Un enorme histriónico que ha inquietado a muchos marchantes, coleccionistas y responsables de las colecciones de museos de arte.

Elmyr de Horye Elmyr de Hory en una de sus excéntricas exhibiciones

Meegeren y Hory eran maestros en el dominio del dibujo y la técnica pictórica. Los dos fracasaron estrepitosamente con su propia obra y se cree que ambos se convirtieron en falsificadores por despecho; sentían un desprecio absoluto por la crítica artística con la que jugaron durante toda su vida. Por eso también, llegaron a la pronta conclusión de que pintar obra ajena, hacer falsificaciones, resultaba muchísimo más rentable. Meegeren (1889-1977), «el pintor que engañó a los nazis», se hizo especialista en copiar la obra de los grandes genios de la pintura de la edad de oro holandesa (Veermer, Frans Hals, Pieter de Hooch, Gerard ter Borch y muchos más), aunque también pintó obra de otros grandes artistas como fueron Caravaggio o el mismo Rembrandt. Meegeren estaba obsesionado con la idea de conseguir la «falsificación perfecta» y era muy vanidoso. Acabó sus días trabajando exclusivamente en la reproducción de la obra de Veermer, del que estaba absolutamente obsesionado, llegando a dominar su técnica con absoluta maestría. Se propuso como meta personal, definir al detalle los procedimientos técnicos y químicos necesarios para crear sus falsificaciones perfectas. Meegeren compraba lienzos auténticos del siglo XVII para pintar sobre ellos. Mezclaba sus pinturas con materiales crudos (como lapislázuli, albayalde, añil y cinabrio) comprados en talleres antiquísimos de Italia, usando viejas fórmulas para asegurar su «autenticidad». Además usaba exclusivamente pinceles de pelo de tejón que el mismo fabricaba, similares a los que se sabía que usaba Vermeer, y ciertos productos químicos para que sus pinturas parecieran tener 300 años edad. Después de terminar una pintura, las horneaba entre 100 y 120 °C para endurecerlas y luego las enrollaba en un cilindro para aumentar las grietas. Finalmente lavaba las pinturas en tinta china para rellenar las imperfecciones. La confianza que tenía en su propia maestría hacía que pusiera «sus Veermers» bajo la lupa de expertos que finalmente dictaminaban, después de severísimos, exámenes que eran auténticos. Llegó a tener hasta 25 millones de euros en el año 1943, viviendo con su mujer en un barrio exclusivo de Amsterdam. Como anécdota sobre su capacidad «productora» comentaba que poseía 52 casas en la ciudad, algunas muy lujosas en los canales y 15 casas de campo. Todo un genio y figura.

DoctorMeegeren Meegeren en su estudio de Amsterdam

Meegeren, a través de su marchante y agente comercial, llegó a vender al mariscal nazi Hermann Göring un Veermer de su producción propia («Cristo con la adúltera») por 5 millones de euros. Los aliados después de la guerra descubrieron el cuadro escondido en una mina de sal austriaca y le siguieron la pista hasta que supieron que era una falsificación de Meegeren. Fue arrestado por las fuerzas aliadas bajo la acusación de amparar a los nazis. A partir de aquel día todo fueron calamidades para Meegeren al que finalmente se le enjuició culpándolo de falsificación y fraude, y demandó a que el acusado cumpliera dos años en prisión por sus crímenes. Se le liberó en enero de 1946. Actualmente el Rijksmuseum de Amsterdam exhibe dos obras suyas. Murió de un ataque al corazón en 1977.

Meegeren1 Meegeren cuando estaba siendo procesado

Elmyr de Hory (1906-1976), al que se le hizo una exposición en el Círculo de Bellas Artes de Madrid este mismo año – http://www.espaciomadrid.es/?p=17777 -, era un genio y aristócrata húngaro, de personalidad y carácter totalmente distintos a Meegeren, pero un maestro también de la técnica pictórica. Se le tenía no tanto como un falsificador sino como un imitador de estilos. Tenía la costumbre de hacer las falsificaciones sin incluir la firma falsificada del autor en el cuadro, siendo su marchante quien hacía ese trabajo sucio. Comenzó su carrera en la falsificación vendiendo dibujos de Picasso, realizados por él, entre sus amigos ricos. Así se hizo millonario viviendo muchos años a todo tren en su mansión de Ibiza. Orson Wells, nada más y nada menos, le hizo un documental muy curioso titulado «Fraude» – http://www.filmaffinity.com/es/film177171.html -.

HoryWELLS Orson Welles y Elmyr de Hory en Ibiza, 1972

No todo fue un camino de rosas para Elmyr. Se dejaba manipular por debilidad, siendo sus socios Legros y Lessard durante muchos años los que se hicieron con la comercialización de su «obra». Ambos desaprensivos lo timaban dándole unos pocos dólares para que fuera tirando y se veía obligado por los dos desaprensivos a trabajar más si quería cobrar más. Finalmente Elmyr explotó provocando una enorme discusión de la que se hicieron eco marchantes de arte clientes de Legros y Lessard, destapándose finalmente que lo que venían adquiriendo estas galerías de renombre mundial, era obra falsificada. Descubiertas las falsificaciones, el «Tribunal de Vagos y Maleantes» abrió una investigación, y fue condenado a dos meses de cárcel de Ibiza por homosexualidad, convivencia con delincuentes y «carecer de medios demostrables de subsistencia». Esta reclusión, aunque breve y la noticia de que iba a ser expatriado, le sumió en una profunda depresión que desembocó en su suicidio en diciembre de 1976 en su casa de Ibiza.

HoryIbiza Elmyr de Hory en su casa de Ibiza

Si estáis interesados en profundizar sobre este personaje además de ver el documental mencionado anteriormente os recomendamos que leáis el libro «Fake!». Sobre Meegeren hay menos referencias. Hay una página web – http://www.meegeren.net/ – y un artículo bastante completo en la emeroteca de El País 2010 – https://evemuseografia.com -.UsPinturaRecuperada1 Los aliados recuperan el cuadro de Meegeren «Cristo con la adúltera» en una mina de sal austriaca

2 comentarios en «Falsos Genios»

  1. Hola,muy interesante el mundo de las falsificaciones,tengo entendido que existen verdaderas mafias y que hay «coleccionismo de obras falsas» ,falsificaciones legales, para entendernos.
    Leí hace poco que en el Reina Sofía realizan análisis exhaustivos de autenticidad y que , con autores contemporáneos , se recurre a la colaboración del propio autor en la «investigación».Y también tengo entendido que la Iglesia ,ha sido una de las grandes «falsificadoras » de todos los tiempos ,le pese a quien le pese,¿os consta este tipo de afirmaciones?.Enhorabuena por vuestros excelentes comentarios,un saludo,Eduardo.

    1. Gracias Eduardo por tu comentario. En relación a lo que dices sobre las mafias, pues si las ha habido y las hay. Aquí en España fue muy famoso Erik «el belga», que arrasaba con todo lo que encontraba a su paso, sobre todo en lo relacionado ya no tanto con las falsificaciones, sino con los expolios a iglesias en algunos casos con el beneplácito del cura guardés que miraba para otro lado. Los análisis en los museos de arte son algo muy serio en estos tiempos y más cuando se empezó a sospechar que algunos cuadros expuestos, muy importantes, no eran originales. De las barbaridades que ha hecho iglesia en toda su historia nos creemos todo, por eso somos «creyentes». Saludos.

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