Colón No Descubrió América

Ayer tuve ocasión – abandono de nuevo la tercera persona, pido disculpas – de ver la película «Kon-Tiki», que es la versión cinematográfica del libro que narra la aventura de un noruego un poco chiflado llamado Thor Heyerdahl (1914-2002). Recuerdo que leí su libro cuando tenia 14 años y me impresionó muchísimo («La expedición de la Kon-Tiki» por Thor Heyerdahl, Editorial Juventud). Este «loco» noruego contaba en su libro, ahora también película, que los incas habían podido llegar a la Polinesia en balsas, atravesando el océano Pacífico. Organizó la misma hazaña construyendo una réplica exacta de la balsa inca, el apoyo de su panda de amigos locos, poniendo proa hacia el oeste del Pacífico y así demostrar su teoría. Vivieron toda clase de calamidades, convivieron con toda clase de «bichos marinos», algunos muy peligrosos, y un loro. ¿Lo consiguieron? La expedición de la Kon-Tiki también tiene su propio museo en Noruega – http://www.kon-tiki.no/ -.

Thor Heyerdahl, vikingo del siglo XX, con su panda de locos exploradores

Paralelamente a la lectura de aquel libro, recuerdo que leía tambien sobre las aventuras de los vikingos exploradores, que viajaban con sus drakkars a la búsqueda de otros mundos sin miedo, a la brava. Uno de los libros sobre estos viajes de aquellos que en sus cascos no llevaban cuernos (señores de Hollywood, ojo al dato), explicaba las operaciones de reflotamiento de dos de esos drakkars en la bahía de Roskilde (Dinamarca), donde se pueden comer unos churros madrileños muy ricos. Me parecía imposible que aquellos guerreros y marinos pudieran atravesar el océano Atlántico hasta llegar a la actual Canadá en semejantes botes. Los asentamientos vikingos encontrados en L’Anse aux Meadows (norte de Canadá) en 1963, y que parecen datar del siglo X, atestiguan que así lo hicieron, navegando con sus pequeños drakkars sorteando icebergs. Tuvimos ocasión de ver los dakkars reflotados cuando visitamos el Roskilde Museum (el museo de los drakkars vikingos – http://www.vikingeskibsmuseet.dk/en/ -. Hay que decir que esta institución es un ejemplo de lo que debe ser un museo didáctico. El número de actividades que el museo programa para niños y adultos es enorme y muy interesantes. Se enseña incluso a construir un dakkar.

Clase de carpintería de ribera estilo vikingo

Si los vikingos habían llegado a Canadá en el siglo X, y los incas se iban de excursión en balsa recorriendo 8.000 kilómetros por el Pacífico, ¿en qué lugar dejaba eso a Colón? ¿Qué pretendían vendernos los libros de historia? Me estaba haciendo un verdadero lío con todo aquello a mis catorce años y encima, a la vez, lidiando con la pubertad.

Muchos años después, hacia EL 2005, viviendo en Singapur, me encontré con la historia de un nuevo jugador que podía destronar definitivamente a Colón y su hazaña del descubrimiento de América en 1492. Se trataba de almirante chino Zheng He (1371 – 1433). Los chinos aprendían en las escuelas que el almirante Zheng He viajaba por todos los mares y océanos del globo con absoluta facilidad. Los chinos no dudan en que el almirante Zheng He había llegado al sur de América en el año 1421, setenta años antes que la arribada de Colón a la isla La Española (ahora República Dominicana-Haití, paraíso del «todo incluido»). Hay mapas supuestamente cartografiados por la «flota del tesoro» como se conocían a los barcos comandados por Zheng He, y donde aparecen todos los continentes. Sea como fuere, esto sembraba dudas sobre la autoría del descubrimiento de una manera radical. Más, teniendo en cuenta que hay mapas de la costa oriental de América que se atribuyen a su vez a Armando Cortesao, marino luso, que los dibujó en 1424 y posiblemente saludando desde el puente de su carabela a Zheng He.

Mapa de Zheng He

Los barcos de Zheng He tenían una eslora media de 120 metros y se sabe que disponían de frigoríficos. Su flota estaba también equipada con toda clase de instrumentos de navegación inventados por ellos mismos, como la brújula, por ejemplo. Navegaban por todos los mares con absoluta tranquilidad. Si se encontraban con una nave enemiga, en vez de disparar un cañonazo al insensato, simplemente lo atropellaban. Todo esto se terminó cuando el emperador Hongxi, con multitud de problemas de gobierno internos, decidió prohibir la navegación fuera de los mares de influencia del territorio chino. Esto imposibilitó el intercambio de información en el avance de los descubrimientos que se habían producido hasta entonces. China quiso ser un país en silencio y aislado del mundo.

Comparación del tamaño del barco de Zheng Ze con el de una carabela de Colón

Todas estas historias me parecían increíbles por lo poco conocidas que eran en occidente, así lo veía y entendía. En su momento decidí que había que hacer justicia a la versión china del descubrimiento de América y diseñamos un proyecto. Para ello me puse en contacto con el Banco de China, me reuní con sus directivos de marketing y comunicación y les presenté la idea de lo que podía ser «la exposición itinerante del descubrimiento de América versión almirante Zheng He». Pretendía ser una exposición viajera, para mostrarla por todo el mundo y patrocinada por «Bank of China». Nosotros en aquella época funcionábamos así, un poco a lo kamikaze. La idea les encantó, pero nos contestaron – con su innata rigidez y protocolo – que no se podía llevar a cabo el proyecto porque levantaría una enorme polémica en occidente. No querían ensombrecer la idea de que los europeos habían descubierto América y no los chinos. Nosotros lo único que pretendiamos era hacer justicia sobre una figura, la del almirante Zheng He, que fue uno de los grandes exploradores de la historia y casi desconocido en occidente. Echamos de menos que se haga, al menos, una película sobre su figura ya que la exposición itinerante no fue posible.

Almirante Zheng He (1371-1433). Museo Marítimo de Quanzhou – no tiene página web (?) -.