Museo 9/11

World-Trade-Center-9-11-cross-1-1024x678 No podía creer lo que estaba viendo por televisión aquel día 11 de septiembre de 2001. Las primeras imágenes que se emitieron, relatadas por Matías Prats Jr., parecían pertenecer a un trailer de una película de catástrofes increíblemente realista. Hubo un momento de vacío mental porque aquello que estaba viendo en la tele no cuadraba con nada. El cerebro se negaba a entender que aquello estaba pasando realmente. Me quedé clavado al sofá, no daba crédito a lo que estaba viendo. Si, aquello era el telediario, entonces tenía que estar pasando de verdad. Mi cerebro se centró inmediatamente en los chavales del piso 127 de la Torre Norte, los que atendían el fast food de aquella planta, estudiantes casi todos ellos, ¿qué estarían haciendo para ponerse a salvo? No podrán llegar al suelo porque la torre ya estaba dividida en dos. Recordé por un instante a los camareros de «Windows on the World» de las plantas 105 y 106; el restaurante bar tenía 73 empleados; me vino a la cabeza el dato sin más. Pensé en sí conocería a alguna más de los centenares de víctimas que con toda seguridad se habrían producido con el impacto del primer avión contra el centro de la Torre Norte. Aun no había impactado el segundo avión en la Torre Sur; el torrente de pensamientos que se mezclaban con la sensación de angustia y horror se multiplicaban hasta el infinito. Cuando comenzaron a caer personas ya no pude contener el llanto.

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Se trata de no olvidar lo que el hombre es capaz de hacerle al hombre. Se trata de que aquel horrible día perdure en la memoria de todos, sobre todo en la de aquellos que se acerquen a Nueva York, y aun más, si visitáis la Zona Zero. Se trata de honrar y recordar a las víctimas del 11S, héroes nacionales. Se construye el museo no solo para no olvidar, sino también, para dar a conocer lo que era el World Trade Center a los nacidos post-acto terrorista, nuevas generaciones, y también a aquellos que no tuvieron la suerte de visitar las torres antes del ataque. El segundo objetivo es mostrar, de la mejor manera posible, lo que ocurrió aquel día y como ocurrió. Finalmente, se pretende explicar lo que aconteció en la Zona Zero desde el día después, el 12 de septiembre de 2001, hasta el día de hoy. Esos tres objetivos formarán los contenidos del Museo 9/11 que se va a inaugurar en primavera del 2014.Estamos seguros que para nosotros, los profesionales de los museos, será un referente en museología y museografía moderna.

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Sabemos que el museo se ubica en lo que fueron los cimientos de la Torre Norte – http://www.911memorial.org/museum -. Allí se ha trasladado ya, lo que quedó de las torres y que se había almacenado previamente en el hangar 17 del aeropuerto JFK, desde el día en que se disipó el humo y el polvo. Principalmente estructuras de acero retorcidas y algún muro de hormigón. Nos imaginamos que va a ser un lugar que encoja el corazón de los vivitantes. Los norteamericanos saben muy bien como «agitar la conciencia» y más si se trata de honrar a sus compatriotas fallecidos en acto de servicio, a los héroes del 11S: los bomberos, al NYPD, al personal sanitario y, por supuesto, a todas las víctimas civiles, las de las torres y la tripulación de los dos aviones. Todos y cada uno tendrán su espacio en el museo que se extenderá hacia el exterior. En los inmensos huecos cuadrados que han dejado vacíos las torres desaparecidas se han construido dos fuentes-memoriales. En el murete que rodea cada fuente están escritos los nombres de todas las víctimas. Es ya un espacio para la reflexión; el sonido del silencio se podrá escuchar en toda la Zona Zero.

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Según los responsables del proyecto, la mayor parte del espacio subterráneo es sorprendentemente amplio y sereno. La exposición puramente histórica, contenida en el volumen una vez ocupado por la torre norte, será estrecha e irregular, casi laberíntica. Deliberadamente el recorrido es difícil, con la idea de inquietar las conciencias de los visitantes. Al dar la vuelta a una esquina, por ejemplo, el visitante se encontrará de bruces sobre la parte trasera del camión 21 – «Mantenga la espalda a 200 pies de la torre», ordena un cartel del camión -, te acabas de encontrar con un viejo camión de bomberos que ha visto mucha acción, la ha sufrido mejor dicho. Te alejas unos pasos más en la galería y, al mirarlo de nuevo en la distancia, se revelará como un cadáver mecánico abandonado.La cabina, toda la tapicería y chapa abrasadas, se asemejan a una calavera. Transiciones como ésta, generarán momentos impactantes, otros momentos serán tranquilizadores, otros angustiantes y alentadores, siempre inspirador… Son las sensaciones sobre las que estará construido el museo memorial 9/11, y si producen sensaciones didácticas y finalmente positivas, pues se convertirá en un lugar que no nos podremos perder, en un hito.

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Nota del autor: Os recomendamos que lo visitéis a primera hora de la mañana (a partir de primavera del 2014, o sea, mayo). Aquellos que no hayáis estado nunca en Nueva York, recomendar que una vez abandonéis la Zona Zero, os dirijáis hacia el Battery (norte) al que se llega perfectamente andando. Preguntáis por la estación del Ferry a Staten Island o lo miráis en el mapa del smartphone y os embarcáis, es gratis. Son las vistas más espectaculares de Manhattan en el viaje de vuelta (después de las que se ven desde el River Café, a pie del Brooklyn Bridge) y más baratas. Podréis ver la Estatua de la Libertad y la isla de Ellis. Será, con toda seguridad, la mejor forma de aliviar la tensión emocional que con toda seguridad os producirá la visita a la Zona Zero, sí no tenéis el corazón de corcho. Nosotros siempre echaremos de menos las dos magníficas torres.

Un comentario en «Museo 9/11»

  1. Hola,impresionante entrada.Creo que muchos de nosotros aún conservamos perfectamente en la memoria lo que ocurrió el 11S.Nos pilló por sorpresa y ese día todo se paralizó,se paralizaron las actividades y nos paralizamos todos un poco, o al menos ,nos paramos a pensar .
    Estoy convencido de que el futuro museo va a ser impactante.Lo que no tengo tan claro es si se ha dejado pasar tiempo suficiente como para que muchos de los afectados hayan podido curar un poco su dolor.,a mi , la verdad, me costaria mucho acercarme.
    Gracias por terminar el artículo con una visión bonita,casi mágica ,de N .York.Un saludo,Carlos.

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