Pues volvamos a Brideshead

brideshead3 Los ingleses son una raza curiosa. Lo que denominamos «flema inglesa» tiene que ver con su capacidad para no inmutarse por nada como bien sabéis. Podemos golpearnos la cabeza con una viga de madera delante de ellos, sí no te caes al suelo redondo, aun dando gritos de dolor, no se moverán, pero te mirarán sin abrir la boca como diciendo: la próxima vez mira por donde vas, torpe (nos ha pasado). Nosotros siempre lo hemos entendido como una pequeña «tara idiosincrásica» sin importancia, siendo algo que a los ingleses, por ser así, les ha venido muy bien con el correr de los tiempos. Esa «flema británica» hizo y hace que el imperio se mantenga porque la commonwealth siempre ha estado dirigida por gente así, de personas henchidas de flema que no se complican la vida pero que organizan la de los demás. Puede estar tranquila su majestad.

En el campo propiamente cultural, los ingleses utilizan esa flema tan suya para hacer que las cosas respondan fundamentalmente a aspectos prácticos, por encima de cualquier otra valoración. Nosotros siempre hemos admirado ese sentido práctico, ¿para qué darle tantas vueltas a las cosas?, ¿porqué optar por el camino complicado si hay uno sencillo? Pues bien, fijémonos en como han organizado que las personas de la tercera edad con inquietudes culturales, instrumentos para la preservación de su patrimonio cultural, personal sin coste alguno y con mucho tiempo libre, hagan un fantástico servicio a su país. Podemos afirmar que es todo un regalo a los visitantes foráneos que tengan una gran curiosidad por el patrimonio histórico. A esta organización nacional de ancianitos encantadores la han llamado «National Trust» – http://www.nationaltrust.org.uk/ -.

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Pues bien, si viajáis a Inglaterra y os adentráis conduciendo por las carreteritas de la campiña inglesa, ya sea hacia el norte, sur, este u oeste, observaréis que hay un gran número de fantásticas casas-palacio señoriales, con maravillosos jardines y todo perfectamente cuidado. Si, algunas son exactamente como Brideshead. Es casi seguro que la casa-palacio de ensueño que os habéis encontrado detrás de una curva imposible, con un tractor enorme que viene de frente, pertenezca a la National Trust. Podéis estar tranquilos, un grupo de venerables y educadísimos ancianitos ingleses, ojo, son los que visten un jersey verde, estarán dispuestos a mostrártelo todo y a contarte la historia de esa casa. Ellos se encargan de que tu visita sea una experiencia, en riguroso orden de recorrido y listo para que los visitantes no se dejen nada en el tintero, no vayáis con prisa. Las labores pesadas del cuidado y mantenimiento del patrimonio, aquellas que requieren esfuerzo físico, las hacen sus hijos o sus nietos. Si tienes suerte podrás encontrarte con delicias dulces (lo salado no acaban de dominarlo) cocinadas por ellos mismos porque de esos lugares saldrás al exterior por una tienda, te lo aseguramos. Inglaterra debe estar orgullosa de ese colectivo de personas que preservan su enorme patrimonio nacional con tan esmerada dedicación. También es un método fantástico para que sus mayores se sientan útiles, entretenidos y estén activos.

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No sabríamos recomendar algún sitio especial o diferenciado del National Trust, todo lo que muestran tiene interés. Visitando cualquiera de esos lugares harás un viaje en el tiempo. No se usa el artefacto de H.G. Wells, pero si te podrás dejar llevar por pilotos ancianitos que harán que tu visita sea toda una experiencia. Para los que vayáis por primera vez, os recomendamos que alquiléis un coche, y mejor no lo hagáis en Londres porque conducir en la ciudad, por dirección inversa a la nuestra, es una pesadilla. Además circular por Londres es de pago. Hay que practicar primero despacito en lugares amables, pueblecitos o polígonos industriales directamente. Una vez dominado lo de conducir por la izquierda, podréis perderos por las carreteras comarcales (cuidado, no tienen cuneta, solo hay huecos cada 500 metros) y descubrir maravillas accidentalmente evitando las autopistas. Es una forma muy agradable de viajar por Inglaterra.

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De la comida mejor no hablar, salvo que sea domingo y puedas comer «Sunday roast» en un pub rural de nombre imposible, siempre que te guste la carne o el pollo. Olvídate del pescado salvo el «fish and chips» que encanta a los peques.

Photos of National Trust Tea Room, Corfe Castle
This photo of National Trust Tea Room is courtesy of TripAdvisor

2 comentarios en «Pues volvamos a Brideshead»

  1. Pues sí,con su flema y demás particularidades,reconozco que el pueblo inglés me genera cierta curiosidad.Creo conocer el país más o menos, después de haberlo recorrido durante años y opino que vuestra descripción , a grandes rasgos, es bastante buena; sus paisajes, sus pubs, su gente…
    Realmente creo que la idea de crear Asociaciones de este tipo es acertada y bonita.Inglaterra es un país en el que los viejos siempre me han parecido «menos viejos y más entrañables» que en muchos otros sitios.
    Enhorabuena por vuestra interesante página.Un saludo.Rodrigo.

    1. Gracias por tu comentario Rodrigo. Hemos generalizado mucho en un intento de caricaturizar sin maldad, ellos lo hacen con nosotros también. Tenemos grandes amigos en Inglaterra y ellos saben que sabemos lo particulares que son para algunas cosas. Las personas mayores son muy colaborativas y especialmente amables, nunca nos cansaremos de decirlo. Por eso, iniciativas como el National Trust, son tan valiosas al dar una oportunidad para que sus mayores estén en contacto con gente de otros países y cuenten su historia. Saludos Rodrigo y gracias de nuevo.

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